Ortega justifica y elogia la sangrienta Operación Limpieza
Daniel Ortega aseguró que ordenó la Operación Limpieza cuando no consiguió que en el Diálogo Nacional la oposición llamara a desmontar los tranques. Se le agotó la paciencia dijo y "la Policía tenía que salir de sus cuarteles a restaurar el orden, a desmontar los tranques y darle tranquilidad al pueblo", justificó.
- septiembre 24, 2019
- 02:08 AM
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Daniel Ortega aseguró que ordenó la Operación Limpieza cuando no consiguió que en el Diálogo Nacional la oposición llamara a desmontar los tranques. Se le agotó la paciencia, dijo, y "la Policía tenía que salir de sus cuarteles a restaurar el orden, a desmontar los tranques y darle tranquilidad al pueblo", justificó.
Leyting Chavarría suplicó que no lo mataran. Según testigos, cuando el muchacho de 16 años se vio acorralado por los armados, le gritó a quien le apuntaba: “Loco, no me matés”. Lo siguiente que escucharon quienes se encontraban ese 23 de julio de 2018 en el barrio Sandino, de la ciudad de Jinotega, fue la detonación de un arma de fuego.
A escasos metros de Leytin fue abatido Bryan Odoniel Picado Blandón, de 22 años. En la acción armada también cayó Benito Rodríguez González, quien habría muerto desangrado, rogando atención médica, recoge el informe de Amnistía Internacional “Sembrando el Terror”, que documenta la sangrienta jornada desplegada para desmantelar los tranques.
El operativo fue ordenado por Daniel Ortega, este lo volvió a reivindicar la noche del martes al referirse a la barbarie como parte del cumplimiento de las misiones que encomendó a su policía.
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En el acto por el 40 aniversario de la institución, identificada como el principal brazo represor del régimen, Ortega reveló que manejó la crisis con frialdad, “paciencia” le llamó él, la cual dijo se le agotó cuando a través del Diálogo Nacional no logró que la oposición accediera a su pedido de levantar los tranques.
Ortega incluso se jactó que mientras los opositores se decían “ya esta gente va de viaje…ya tiene listo el avión”, él en realidad estaba preparando para exterminar con la resistencia cívica alzada desde el 18 de abril.
“No entendían que estábamos agotando todos los recursos, incluyendo, recuerdo, el último intento que hicimos de esas famosas comisiones (de la OEA y ONU) que se dicen defensoras de derechos humanos”, dijo el líder sandinista para justificar el mandato de acabar con los tranques a fuerza de balas; siendo las últimas víctimas Leytin, Odoniel y Benito en Jinotega.
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“Ya agotados todos los recursos y cumpliendo con lo que manda la Constitución, pues la Policía tenía que salir de sus cuarteles a restaurar el orden, a desmontar los tranques y darle tranquilidad al pueblo que estaba pidiendo también que la Policía saliera a poner orden”, insistió en su discurso.
En Carazo en un solo día fueron asesinados entre 22 y 38 ciudadanos, según los datos recabados por organismos de derechos humanos que calificaron esa jornada como la más violenta de la Operación Limpieza.
FUE UN PEDIDO
Ortega, volvió a decir que el despliegue de sus fuerzas no fue algo unilateral, y recalcó que fue pedido que le hicieron las autoridades del gobierno de Estados Unidos, pese a que "alentaban por debajo", las protestas.
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“No quedó más camino que los que establecen las leyes y que nos reclamaban aquí, incluso, los de la embajada norteamericana, que por un lado alentaban por debajo le echaban leña al fuego y por otro lado cuando estos terroristas también los asaltaban a ellos… Entonces nos decían: ‘¿Y qué hace la Policía? ¿Para qué está la Policía?’ Ellos pidiéndonos que sacáramos a la Policía. Mientras nosotros, haciendo esfuerzos para que los que aparecían en el diálogo votando siempre a favor de los tranques”, argumentó acuerpado por la Dirección Nacional del cuerpo policial.
El dictador sobre quien pesan sendas condenas y advertencias de sanciones por llevar al país a un alarmante nivel de violación de derechos humanos, culpó a líderes de la iglesia católica y a los representantes de los organismos internacionales de derechos humanos que expulsó del país de “echarle leña al fuego” alentando a los manifestantes a resistir desde los tranques, asegurándoles que la policía estaba derrotada.
“Una locura completa. No entendían lo que era tener paciencia, porque son momentos (en los) que se necesita tener la paciencia de Job, porque en cualquier otro país del mundo, la reacción no se hubiera hecho esperar de parte de las fuerzas encargadas de resguardar el orden. No se hubiera hecho esperar, porque eso no se negocia”, sostuvo Ortega exaltando la actuación del cuerpo policial bajo la dirección de su consuegro, el comisionado general Francisco Díaz, quien es parte de la lista de sancionados por Estados Unidos y Canadá por su participación en graves violaciones a los derechos humanos.
MUERTE Y EXILIO
Amnistía Internacional registró que los ataques registrados en junio y julio de 2018 causaron al menos 302 personas fallecidas, la mayoría de ellas a manos de fuerzas estatales.
“El día 23 de julio marcó la culminación de la Operación Limpieza tras el ataque a Jinotega dejó tres muertos, única ciudad que mantenía barricadas hasta ese momento. Tras el retiro completo de estos ‘tranques’, el Gobierno incrementó su estrategia persecutoria, y llevó a cabo detenciones arbitrarias de manera masiva contra personas que habrían sido identificadas como participantes de las protestas”, dice además logra identificar que el régimen se escuda en un discurso oficial basado en negar y criminalizar.
Las muertes en Nicaragua, tras 17 meses de crisis, se cifran en 328. En este tiempo también se registra el exilio de al menos 70,000 nicaragüenses, según un reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.