Monseñor Báez llama a no acostumbrarse "a la falsa paz y a la engañosa normalidad" impuesta con el miedo

Monseñor Báez denunció a los regímenes que se imponen con las armas para crear una falsa paz y provocar sometimiento y exilio.

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  • abril 24, 2022
  • 06:07 AM

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, llamó este domingo a no acostumbrarse "a la falsa paz" ni "a la engañosa normalidad" que se impone con terror de las armas. Las palabras del obispo coinciden con la escalada de violencia desatada por la dictadura Ortega-Murillo en el cuarto aniversario de la Rebelión de Abril.

"No nos acostumbremos a la falsa paz y a la engañosa normalidad que los poderosos quieren imponer con el miedo y las armas para conservar sus privilegios", dijo Báez en su homilía.

Baéz señaló que "los pueblos viven todavía bajo sistemas políticos que se imponen con terror sobre las personas, obligando a poblaciones enteras al sometimiento o al exilio en busca de una tierra de paz".

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Él mismo es parte de los al menos 170 mil nicaragüenes forzados al exilio, la mayoría refugiadas en Costa Rica, Estados Unidos y España.

A esa ola de exiliados ahora se seman ciudadanos nicaragüenses condenados al destierro por el régimen de Daniel Ortega. Los más recientes casos son los de Salvador Espiniza, Xóchitl Tapia y Josué Monroy, quienes tras ser secuestrados fueron obligados a abandonar Nicaragua.

Báez pidió a los católicos y la población en general a procurar acabar "con los prejuicios que dividen, las palabras que hieren, los muros que separan y la violencia y el odio que destruyen la vida".

TIEMPOS DE GUERRA

Durante su homilía, monseñor Báez advirtió que la humanidad entera se enfrenta a grandes desafíos. En el mundo -dijo- " soplan aires tenebrosos de guerra", después que Rusia impusiera el terror en Ucrania al masacrar al pueblo.

"Hoy que en el mundo soplan aires tenebrosos de guerra, necesitamos acoger el don de la paz del Señor Resucitado y orar por la paz, conscientes de que toda guerra es un fracaso y una derrota de la humanidad", apuntó.

Dijo que la humanidad está llamada a "ser constructores de la paz verdadera, la que brota de la justicia y produce la reconciliación".

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También pidió por la unidad y llamó a despojarse de la amargura, la ambición y la venganza que busca la división de las sociedades.

"No habrá paz social si no hay paz interior en las personas. Sin paz en el corazón viviremos siempre con un profundo vacío interior y no podremos transmitir ni paz, ni gozo ni esperanza", reafirmó.

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