Antimotines, perros, paramilitares y turbas: mega operativo del régimen no frenó protesta

Las manifestaciones contra el régimen de Daniel Ortega este sábado en Managua evidenciaron lo que el lema de la convocatoria indicaba: “nada está normal, aquí si hay dictadura”. El régimen movilizó todas sus fuerzas represivas para tratar de frenar la protesta cívica, pero no lo logró.

El régimen de Daniel Ortega evidenció este sábado que no está dispuesto a devolver el derecho a la manifestación pacífica a los nicaragüenses. Desde tempranas horas de la mañana en todo el país hubo reportes de retenes policiales, despliegue de turbas, técnica canina y, en Managua, centenares de antimotines se tomaron la carretera a Masaya para evitar que se desarrollara una marcha opositora convocada por la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).  

Pese al asedio y la represión orteguista, centenares de personas salieron a las calles para desafiar al régimen y ante la imposibilidad de marchar en la ruta prevista, realizaron piquetes exprés y bajo la lluvia alzaron sus banderas, entonaron el himno e hicieron escuchar sus demandas: libertad para los presos políticos, justicia para los asesinados y el cese de las ejecuciones extrajudiciales contra campesinos en el interior del país.  

Las manifestaciones fueron convocadas también para recordar a Matt Romero, un joven de 16 años asesinado por paramilitares del régimen el 23 de septiembre del año pasado durante una marcha en Managua. A un año del crimen, su muerte sigue impune.  

La UNAB había convocado a los manifestantes en cuatro puntos de partida: uno en Movistar, carretera a Masaya; el segundo en la Lotería Nacional, el tercero en el Edificio Pellas; y otro frente a la Plaza Vistana en la Colonia Centroamérica. En estos sitios los antimotines detonaron bombas arturdidoras contra los manifestantes, atacaron con gases lacrimógenos e intimidaron y golpearon a varias personas. 

El joven Pedro Estrada, excarcelado político del régimen, fue herido en la cabeza con una bala de goma en el sector del Edificio Pellas, mientras que Karla Patricia Ñamendi, de Monimbó, fue impactada por una bomba de contacto. 

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EL OPERATIVO Y LAS INCIDENCIAS 

Desde las seis de la mañana de este sábado todos los puntos donde se tenía prevista la concentración de manifestantes contra Ortega estaban tomados por la Policía, con técnica canina desplegada en las zonas y paramilitares acechando a cualquier persona que con la mínima intención de protestar.  

En San Rafael del Sur se reportó el secuestro de Martha Rosa Jara Muñoz, esposa de Henry Briceño, excarcelado político y sus dos hijos de seis años de edad. Fueron detenidos cuando viajaban a Managua para participar en la marcha y fueron trasladados a la estación policial. Posteriormente fueron liberados.  

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En todo el país hubo reportes de retenes policiales donde requisaron vehículos particulares y de transporte público. Todos los accesos a la capital fueron cubiertos por policías que detenían a las personas y les preguntaban adónde se dirigían, de dónde eran y para qué iban a Managua.  

El régimen también volvió a sacar a sus grupos de rotonderos en las rotondas El Periodista y Rigoberto López Pérez. 

En Tipitapa, la Unidad Nacional Azul y Blanco denunció el acoso policial en la casa de Ivania Álvarez, del Consejo Político de la UNAB.  

Nelly Roque excarcelada de Matagalpa; Cruz Valle excarcelado de Camoapa y de Bryan Alexander Palma excarcelado de Ticuantepe; fueron requisados en un bus que cubría la ruta Matagalpa – Managua y oficiales de la Policía decomisaron las banderas que traían a la marcha.  

Finalmente, Radio Corporación, que transmitía en directo desde las manifestaciones, denunció que desconocidos ingresaron a sus torres de transmisión y robaron cobre, poniendo en riesgo que la radio siga al aire en amplitud modulada (AM).