“Necesitaba proteger mi vida… iban a matarme”: La historia detrás del exilio forzado de miles de nicaragüenses

Más de la mitad de los exiliados nicaragüenses no superan los 45 años, el grueso de esta población que huye de la represión orteguista son universitarios, defensores de derechos humanos, activistas de movimientos sociales y campesinos, personas que apoyaron las manifestaciones, médicos, periodistas y desertores de fuerzas represoras. La CIDH ha documentado sus testimonios.

Los 17 meses de crisis en Nicaragua bien se pueden resumir en cifras: 70,000 exiliados, al menos 328 asesinados, 700 enjuiciados por razones políticas, 2,000 heridos, 300 profesionales de la salud despedidos, 144 universitarios expulsados.

Los datos forman parte del informe Migración Forzada de Nicaragüenses a Costa Rica, elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que, con base en testimonios, logra construir el perfil del exiliado nicaragüense e identificar a las dos principales fuerzas represoras responsables de que en tan poco tiempo tantos connacionales hayan tomado la decisión de abandonar el país para proteger sus vidas.

De los 70,000 nicaragüenses en el exilio, al menos 55,500 se encuentran en Costa Rica. La mayoría son estudiantes que protestaron (23%); defensores de derechos humanos y líderes de movimientos sociales y campesinos  22%); y personas que apoyaron a los manifestantes (18%). Le siguen médicos, periodistas y desertores del régimen que se negaron a reprimir.

¿Qué los obligó a salir del país? Según la CIDH, la persecución. Como responsables de esa acción que ha motivado el desplazamiento forzado de miles señala a: parapoliciales (46%), Policía Orteguista (37%) y Consejos de Poder Ciudadano (17%).

Las historias detrás de estas cifras permiten entender este fenómeno migratorio que en Costa Rica tiene dimensiones alarmantes y que ellos mismos expusieron ante la CIDH: