Monseñor Báez: “Es inhumano acostumbrarnos a ver el dolor ajeno sin sentir nada”

En su homilía del Domingo de Ramos, el obispo recordó a los exiliados, a los presos políticos condenados y maltratados injustamente, y a las madres de las víctimas de la represión.

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  • abril 10, 2022
  • 04:30 AM

El Obispo Auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, llamó este domingo a no ser indiferentes al dolor ajeno, principalmente de los pueblos que sufren la guerra o la opresión “a causa de poderosos desquiciados y malévolos” y de sociedades empobrecidas a causa de la corrupción.

En su homilía de este Domingo de Ramos, desde su exilio en Miami, el obispo aseguró que “es inhumano acostumbrarnos a ver el dolor ajeno sin sentir nada en nuestro propio corazón, es escandaloso volvernos espectadores de la injusticia del mundo desde el cómodo balcón de la indiferencia”.

“Mientras no nos toca sufrir a nosotros, mientras no somos nosotros quienes padecemos, lo que les ocurre a los otros no nos preocupa demasiado ni estamos dispuestos a exponernos ni a complicarnos la vida por ellos. Este es el mayor mal de nuestra sociedad”, advirtió.

EL DOLOR DE LOS PRESOS POLÍTICOS

Este Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa, la Iglesia reflexiona sobre el Evangelio que narra la crucifixión y muerte de Jesús y cómo éste respondió a su condena con perdón.

“¿No sabían lo que hacían aquellos verdugos? Por supuesto que sí lo sabían. La condena y la muerte de Jesús había sido planeada con premeditación y los soldados al pie de la cruz sabían que le quitaban la vida a un ser humano. Sin embargo, Jesús dice: “no saben lo que hacen”. Jesús habla de una ignorancia más profunda: la ignorancia del corazón. Es el no saber de quienes no saben lo que es el amor; no saben que dañando se hacen daño y que justificando su crueldad se condenan a sí mismos; no saben que condenando al justo, echan a Dios de su vida y de la historia; no saben ni quieren saber que Dios es amor y por eso torturan, condenan injustamente y matan con tanta crueldad”, explicó Báez.

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Lamentablemente, agregó el religioso, todavía hoy hay gente que “no sabe lo que hace” y por eso sigue habiendo crucificados.

“Jesús sigue siendo crucificado allí donde se irrespeta la dignidad, la libertad y la vida de las personas; en los pueblos que sufren la guerra o la opresión a causa de poderosos desquiciados y malévolos y en las sociedades empobrecidas a causa de la corrupción”, dijo.

Las palabras de monseñor Silvio Báez llegan en un contexto en que la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua mantiene en prisión a unos 181 presos políticos y cada día más nicaragüenses dejan el país huyendo de la represión y la difícil situación económica de las familias.

“Dios padece la pobreza y la incertidumbre de quienes se ven forzados al exilio en nuestros países, Dios sufre con los presos políticos condenados y maltratados injustamente, Dios llora con las madres de las víctimas de la represión”, concluyó.

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