El régimen deja en mayor indefensión a los presos políticos con la expulsión del representante de la Cruz Roja

Las organizaciones de familiares de presos políticos y defensores de derechos humanos repudiaron la acción de la dictadura de Daniel Ortega de expulsar de Nicaragua al representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y afirman que lo que trata el régimen es dejar en mayor indefensión a los reos de conciencia.

La delegación para México y Centroamérica del CICR confirmó a DESPACHO 505, a través de María Cristina Rivera, encargada de comunicaciones de esa oficina, que desde el lunes pasado recibieron una notificación oficial por parte de Managua de que le retiraban “el beneplácito” a su delegado residente en el país, Thomas Ess, pero el régimen no le dio a conocer los motivos para tal medida.

Ante ese anuncio, las organizaciones de familiares de presos políticos reaccionaron repudiando la expulsión porque consideran que la dictadura está tratando de aniquilar toda posibilidad de defensa de los reos de conciencia y de cerrar todas las puertas que permitan el acceso a una posible negociación para el excarcelamiento de los opositores.

Grethel Gómez, de la Organización de Víctimas de Abril (OVA) señala que la intención de Ortega, al expulsar al representante del CICR, es eliminar todo canal de mediación en el país para obligar a las autoridades de Estados Unidos a negociar directamente con él.

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“Ortega quiere eliminar todo canal de entendimiento en el país porque busca un contacto directo con EE.UU:. Las sanciones le están haciendo mucho daño aunque no lo reconozca. La dictadura demuestra que está en una situación insostenible”, afirma la familiar de víctimas de la represión.

Además, considera que el dictador está cerrando todas las puertas y endureciendo sus posiciones totalitarias para enviarle un mensaje a sus seguidores de que “está fuerte y que no va a retroceder ni se va a detener ante nada ni ante nadie”. En ese sentido, recordó que la Cruz Roja Internacional jugó un papel muy importante en la liberación de los primeros presos políticos en el 2019. 

Por su parte, el Comité de Familiares de Presos Políticos (CFPP) condenó la expulsión del máximo representante de la Cruz Roja Internacional y advirtió que tras esa acción de la dictadura Ortega-Murillo puede seguir un peligro y es el aumento de los maltratos hacia los encarcelados por razones políticas.

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“Estamos totalmente desprotegidos, sin apoyo. El CICR era lo último que nos quedaba como instancia internacional con presencia en el país para buscar apoyo en defensa de nuestros familiares encarcelados. Ya no sabemos ante quien denunciar los abusos”, dijo una integrante del CFPP.

En tanto, Ulises Rivas, presidente de la Asociación de Familiares de Presos Políticos (AFPP)  destacó que esa organización “rechaza y condena” las acciones de la dictadura en contra de la Cruz Roja Internacional . “Era el último canal de comunicación que teníamos para buscar mejorar la situación de los presos políticos que son mantenidos en las cárceles en condiciones inhumanas”.

CENIDH: “ESTO ES UNA AMENAZA PELIGROSA CONTRA LOS PRESOS POLÍTICOS”

La Presidente del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez calificó como “una amenaza peligrosa para los presos políticos”, la expulsión por parte de la dictadura del representante del CICR.

Para la defensora, las acciones de la dictadura frente a la comunidad internacional y organismos como la Cruz Roja son “contradictorias y absurdas”, dado que recientemente condecoró al representante regional de la organización humanitaria y ahora expulsa al máximo representante en el país. 

“Es inexplicable, lo que puedo interpretar es un cierre más de espacios a cualquier posibilidad de mediación para un cambio de condiciones o la liberación de los reos de conciencia. Es una maniobra encaminada a profundizar la indefensión de los reos políticos dentro de las cárceles”, expuso Núñez. 

Señaló que la dictadura no da explicaciones sobre los motivos que provocaron el retiro del beneplácito al representante del organismo humanitario por lo que “no nos queda más que interpretarlo como una acción de la furia perversa de la pareja que desgobierna el país”.

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El pasado 6 de marzo, el régimen de los Ortega-Murillo también “retiró el beneplácito” al representante del Vaticano en Nicaragua, el nuncio apostólico monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag. En esa ocasión la dictadura tampoco expuso los motivos para tal medida, que fue ejecutada repentinamente. 

El Nuncio Apostólico también era considerado un canal de acercamiento para que el régimen aceptara hablar sobre la liberación de los reos de conciencia. Tras la expulsión del representante de la Santa Sede y ahora del representante del CICR, los familiares de los presos políticos consideran que están totalmente desamparados.