Báez: “La injusticia y la opresión que sufren los pueblos no son un simple problema social y político, sino un problema religioso”

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, dijo este domingo que la injusticia y la opresión que sufren los pueblos no son un simple problema social y político, “sino un problema religioso”, porque oprimir a los pueblos y quitarles su libertad es algo inhumano e incluso sacrílego.

Báez se refirió a los faraones de antes y los faraones de hoy, que surgen cuando los poderosos consideran a los pueblos como sus sirvientes y esclavos, cuando sus deseos se vuelven ley y ven a los hombres y mujeres del pueblo como seres sin valor, que utilizan para alimentar su egoísmo y saciar sus enfermizas ansias de riqueza y de poder. Pero “Dios no tolera a los faraones de la antigüedad ni a los faraones de hoy”, advirtió.

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Por eso, afirmó Báez, se debe denunciar y rechazar siempre la injusticia y la violencia y comprometerse para que en la sociedad se respete la dignidad de los seres humanos.

Según el jerarca católico, Dios “baja” siempre a través de hombres y mujeres dispuestos a luchar contra la opresión y la injusticia. “Dios baja siempre que se denuncia a los faraones endiosados y crueles que someten a los pueblos”.

“Dios baja cuando los pueblos se organizan y luchan contra los poderes opresores. Dios está misteriosamente presente cuando defendemos a los pobres, cuando exigimos que se libere a los presos políticos, cuando reclamamos que se devuelva la palabra a quien se ha querido callar, cuando se hace justicia a las víctimas del poder opresor. Dios está bajando siempre para devolver a los seres humanos su dignidad y su libertad”, insistió el religioso en su prédica desde Miami donde se encuentra exiliado desde el 2019.

MONSEÑOR ÁLVAREZ PIDE ORAR POR LOS EXILIADOS

Por su parte, el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, en su homilía dominical en la catedral matagalpina hizo un llamado a respetar la dignidad de las personas y proteger a los más frágiles de la sociedad.

“La Iglesia renueva hoy su fuerte llamamiento para que se defienda siempre la dignidad de cada persona, el respeto de los derechos fundamentales”, destacó el obispo.

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Llamó a proteger a los más frágiles de la sociedad, porque son personas a las que el evangelio invita a defender, cuidar y servir. “Debemos trabajar por la dignidad de nuestros hermanos”.

Pidió orar por los privados de libertad, por los "sin techo", los desempleados, los sin comida, por "nuestros hermanos escondidos" y los exiliados. También pidió oraciones por los "peregrinos" que buscan nuevas y mejores formas de vida y encuentran la violencia, el secuestro y la muerte.