Femicidio en Siuna eleva a ocho la cantidad de mujeres asesinadas en 2022

Rosa Emilia Mendoza Mejía, de 39 años, fue asesinada por su pareja la noche del viernes en la comunidad El Consuelo, municipio de Siuna, siendo el segundo femicidio en menos de cinco días en el Caribe y el número ocho en lo que va del año en Nicaragua.

Versiones preliminares indican que la mujer estaba participando en un cumpleaños junto a su pareja, Areyson Ortega, quien durante la fiesta le disparó en el rostro porque la víctima expresó su intención de irse de la fiesta, a lo que el hombre se negó.  

Tras cometer el crimen, el femicida huyó del lugar. La Policía Nacional no se ha pronunciado sobre el caso. Una hija de la víctima recurrió a las redes sociales para solicitar información que dé con la captura del presunto femicida.  

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71 ASESINADAS EL AÑO PASADO 

Nicaragua cerró el 2021 con 71 femicidios, según datos del organismo no gubernamental Católicas por el Derecho a Decidir. Una cifra similar se registró en el 2020. 

Martha Flores, directora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir señala que cada vez hay más saña contra las mujeres.    

Rosario Murillo, vocera gubernamental, anunció el 4 de enero pasado la elaboración de un plan de prevención de la violencia machista en Nicaragua que estaría a cargo de la Policía Nacional y otras instituciones del Estado.  

El plan ha sido engavetado para coincidir con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo.  

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Al anunciar el plan, la vocera de la dictadura, que limita el femicidio a las relaciones de pareja, calificó estos crímenes “una plaga, una peste, una pandemia en el mundo entero”. 

Sin embargo, feministas consultadas por DESPACHO 505 catalogan la estrategia de Ortega y Murillo como una burla y puro populismo. Lo dicen porque la institución de seguridad ha hecho caso omiso a las denuncias de las mujeres, además porque las obliga a mediar con sus agresores. 

Tras haber cerrado la Comisarías de la Mujer en la década pasada, el Gobierno ha vuelto a reabrir las mismas, aunque sin los efectos esperados, según diferentes organizaciones defensoras de las mujeres.