La Asamblea Nacional, sin independencia y reducida a aprobar cualquier capricho de Daniel Ortega
La última sesión del Parlamento duró menos de 15 minutos. Gustavo Porras declaró "agotada" la agenda de trabajo.
- febrero 18, 2022
- 12:09 AM
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Ochenta y nueve diputados de la Asamblea Nacional, incluyendo 75 del Frente Sandinista, llegaron este jueves al Parlamento para "trabajar". La sesión duró apenas 11 minutos y 50 segundos. Gustavo Porras reconoció el motivo: se agotó la agenda.
El trabajo legislativo en Nicaragua ha quedado a dispensas del dictador Daniel Ortega. Los diputados solo trabajan cuando llega una iniciativa de Ley desde El Carmen, la solicitud de ratificación de algún acuerdo presidencial, la modificación de una ley a solicitud de la Presidencia o, últimamente, para cancelar personerías jurídicas de organizaciones de la sociedad civil incómodas para el régimen.
En la sesión de este martes, una de las más cortas de lo que va de Legislatura, el único que intervino en la sesión, además de Gustavo Porras, fue el diputado sandinista José Ignacio Balladares para celebrar que el próximo 19 de febrero se conmemora el día del cooperativismo. Después de eso, los diputados se levantaron.
Lo mismo ocurrió en la sesión del 3 de febrero cuando Gustavo Porras anunció que desde un día antes ese Poder del Estado había cumplido con el orden del día. La espera, si acaso, era por si llegaba alguna iniciativa urgente del dictador Daniel Ortega.
La Asamblea Nacional ya no debate y desde hace mucho tampoco legisla como tal. La oposición no responde, no cuestiona y tampoco propone.
El trabajo de esta semana quedó reducido a aprobar una reforma a la Ley de Estabilidad Energética y la cancelación de la personería jurídica a seis organizaciones y fundaciones. Además, ratificaron el acuerdo marco de cooperación entre China y Nicaragua.
Algo más de trabajo fue que pasaron a comisión una propuesta para otorgarle una pensión de gracia a Rafael Obando, un jugador de beisbol miembro del Salón de la Fama. Esos fueron los temas que marcaron la agenda de tres días de sesiones de trabajo parlamentario.
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Para los críticos, la Asamblea se ha convertido en un poder decorativo que no cumple con funciones constitucionales. Este órgano recibió en 2022 jun presupuesto de 725 millones 135 mil 000 córdobas para aprobar los antojos de Daniel Ortega.
“En Nicaragua solo existe un poder, es el Poder Ejecutivo, los demás se subordinan al dictador. Es decir, los parlamentarios en este caso son simplemente peones de un sistema que no respeta la Constitución, consecuentemente no asumen las responsabilidades emanadas por el pueblo”, critica una fuente ligada al Parlamento.
DANIEL ORTEGA ANIQUILÓ EL DEBATE EN LA ASAMBLEA
Ahora en el plenario, controlado por el partido Frente Sandinista, no hay discusiones de las leyes o acuerdos que llegan con carácter de urgencia. Ni siquiera cumplen con el trámite de ser remitidas a comisión.
Una fuente dentro de la Asamblea señala que es nulo el trabajo de las comisiones parlamentarias. "El proceso de formación de la norma es inexistente en Nicaragua”, comenta.
La Asamblea dejó de ser "Nacional" y ha quedado bajo control absoluto de Daniel Ortega. En las votaciones pasadas, el Consejo Supremo Electoral (CSE) le asignó al partido del dictador 75 de 91 curules. Al PLC le fueron asignadas 10 plazas; la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y el Partido Liberal Independiente (PLI) obtuvieron dos diputaciones cada uno; mientras la Alianza por la República (APRE) tiene un diputado al igual que el partido indígena Yatama.
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El analista político Pedro Fonseca señala que en Nicaragua el Poder Ejecutivo es el que “propone, dispone y rige” sobre la Asamblea. Dice que el Parlamento ha sido reducido a un órgano gestor del presidente para aprobar todas sus propuestas y transacciones, lo cual refleja el nivel de debilidad, fragilidad y inestabilidad política que vive el Estado de Nicaragua.
“En Nicaragua no existe la realidad de frenos y contrapesos entre los poderes del Estado dado que como se ha notado, el Presidente únicamente envía proyectos de ley a la Asamblea y la Asamblea procede únicamente a aprobarla”, explicó Fonseca.
El politólogo criticó el hecho que los parlamentarios en muchos casos no revisan las iniciativas de Ley y su impacto en la sociedad en el mediano y largo plazo, lo que "ha quedado evidenciado en temas que tienen que ver con derechos políticos, humanos y civiles”.
“Esta gente solamente cobra sus salarios, sus prebendas y nada más, esta gente no tiene capacidad para definir qué ley es positiva o negativa para Nicaragua funciona según sus intereses personales y de la dictadura”, manifestó el analista.
UN “TRABAJO” BIEN PAGADO
Con una aplanadora sandinista en el Parlamento, el régimen de Daniel Ortega se ha asegurado la imposición de leyes represivas contra la oposición, la modificación de presupuestos a su antojo y la búsqueda de recursos sin objeción en instituciones financieras internacional.
El trabajo de diputado es bien recompensado. Los legisladores en Nicaragua gozan de inmunidad. Además de un salario base 3,265 dólares mensuales que incrementa un 5% cada año, según una investigación de La Lupa.
Reciben 720 litros de combustible al mes, 20 mil córdobas para becas y 466 mil córdobas para ayuda social cada año, manejados a discreción.