Familiares de presos políticos entre la desesperación y el pánico

Dora Chavarría Sevilla se cosió los labios para demandar la liberación de los presos políticos en Nicaragua. La fotografía de esta mujer en la que se aprecia la costura en su boca se viralizó el lunes en medio de la expectativa entorno a la propuesta de diálogo que han lanzado los familiares a la dictadura Ortega - Murillo. Están desesperados.

El acto de Chavarría es el reflejo del estado de angustia y miedo que invade a los familiares de los más de 170 opositores encarcelados. Miedo, impotencia y zozobra son sentimientos que experimentan. Chavarría es madre de un expreso político y su acción solidaria es una alerta sobre el deterioro de la salud mental las víctimas directas e indirectas de la represión.

Chavarría anunció su decisión a través de un video en redes sociales. Comenzó su testimonio sonando una cazuela y dijo: “les saluda la señora de las cazuelas, he tomado la decisión de coserme los labios en protesta por la liberación de las presas y los presos políticos, por la paz de los periodistas, por los derechos humanos. ¡Que viva Nicaragua libre!".

En noviembre del 2019 había participado en una huelga de hambre en la catedral de Managua para demandar la liberación de su hijo Francisco Julián Narváez Chavarría, quien fue liberado el 30 de diciembre del mismo año. Su hijo se exilió en Costa Rica debido al asedio y hostigamiento policial.

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Ruth Quirós, psicóloga del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+, señala que los familiares de los presos políticos están sometidos a un grado de “desesperación alto” ya que están conscientes del daño irreversibles a nivel físico y mental que les causa a sus parientes estar en la cárcel.

Los familiares, según explica, viven en un “constante estado de alerta” ya que también son sometidos a amenazas y están conscientes de la tortura que viven sus parientes que están incomunicados.

“Viven en constante estado de pánico, bajo el control del miedo y ningún ser humano está habilitado para vivir en esas condiciones, así que los niveles de desesperación son muy altos en la familia”, indica la psicóloga.

RELATAN TRATOS HUMILLANTES

La madre de un preso político a quien llamaremos María, ya que tiene miedo a represalias en su contra y su hijo, expresa cuando le toca visitar a su pariente en la cárcel La Modelo, el trato que recibe es “humillante”.

"Nos miran como miserables”, dice. El asedio comienza desde que entran, ya que son fotografiados y no los dejan solos ni un momento.

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“Usted viera los registros que nos hacen, nos quitamos los zapatos, nos soltamos el pelo, me quitan la mascarilla, abro mi boca, me suben el brasier”, explica María.

 SECUELAS EN LAS FAMILIAS

La psicóloga Ruth Quirós señala que este estrés al que están sometidos los familiares de los presos políticos les afecta en todas las dimensiones de la personalidad, ya que invade pensamientos, estados de ánimo, sentimientos y conductas.

“Por ejemplo los pensamientos comienzan a ser irracionales, negativos, incluso autodestructivos. Sentimientos fuertes que nosotros no podemos manejar y nos comienzan a manejar, y estos sentimientos son ira, frustración, tristeza, pánico, desesperación, estos estados de ánimo pueden ser variantes”, apuntó la psicóloga.

Un familiar de otro preso político al que llamaremos Pedro indica que toda la situación que vive dentro del penal su pariente le causa “frustración” y que el maltrato se evidencia en que no les entregan la paquetería completa y a tiempo, por eso él “se arma de paciencia y sabiduría”, porque “ellos pretenden que nosotros caigamos en acto de violencia o irrespeto” y que sirva de excusa para su actuar.

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El encarcelamiento injustificado deja secuelas en las familias ya que hay rupturas de los vínculos afectivos que también afecta a los menores de edad. Los parientes de los presos políticos que están en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), también conocida como El Nuevo Chipote, han denunciado que no les permiten el ingreso de dibujos que elaboran sus hijos.

“La infancia es un periodo de especial atención que necesita mucho vínculo afectivo, confianza, seguridad, tenemos que tener mucho cuidado de lo que hablamos frente de los niños, cómo lo hablamos”, explica la psicóloga.

La experta recomendó a los familiares a buscar ayuda y aprender a sobrellevar las emociones y encontrar cómo expresarlas. “Muy recomendable apropiarnos de nuestros pensamientos, luchar con ellos porque en una situación así nuestro pensamiento va tender a lo negativo y tenemos que luchar con esos pensamientos negativos, refutarlos, convertirlos en algo positivo, buscar siempre una esperanza, una lección”, recomendó.