"Cuando faltan líderes auténticos, llegan al poder los mediocres y los corruptos", pero no todo está perdido, asegura monseñor Báez

La homilía de este domingo de monseñor Silvio Báez incluye una dura crítica a la "carencia alarmante de liderazgo" entre la clase política y que propicia que poder caiga en manos de los mediocres y los corruptos.

El contundente mensaje del religioso exiliado en Miami ocurre en la víspera de la auto investidura de Daniel Ortega, este 10 de enero. Es el quinto mandato del caudillo sandinista de 76 años, el cuarto consecutivo desde que regresó al poder en 2007, y el segundo llevando a su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta.

"Cuando los liderazgos en los que la gente ha confiado defraudan y se corrompen, llegan al poder quienes dominan dividiendo con la mentira e imponiéndose con la violencia. Pero nunca está todo perdido", fueron las parte de las palabras del arzobispo auxiliar de Managua.

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A su vez, el religioso que por ser una de las voces más críticas entre el episcopado nicaragüense recibió amenazas de muerte que llevaron al papa Francisco a ordenar su salida del Nicaragua, reconoció la oportunidad permanentemente abierta al surgimiento de "liderazgos que no defrauden y luchen por un futuro mejor para todos".

"Deben ser como Jesús: humildes y solidarios, abajarse, sentirse pueblo y caminar codo a codo con el pueblo, sin excluir ni privilegiar a nadie. El verdadero líder siente los problemas del pueblo, sabe interpretar sus anhelos, está a su lado, camina con él y se pone a su servicio", observó.

No es buen líder, dijo, aquel que se coloca encima de la gente y se mantiene alejado.

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VERDADERO LIDERAZGO

Báez insistió en que los líderes verdaderos "no viven sentados en escritorios o vendiendo su imagen en los medios de comunicación, ni tampoco se ponen al lado de grupos privilegiados, porque tienen más dinero o son más influyentes. Los verdaderos líderes se ponen en fila y comparten la suerte de la gente".

"No hay liderazgo sin solidaridad. Necesitamos líderes que no busquen sus propios intereses, que amen a la gente y que no se dobleguen ante el dinero o la fama", enfatizó en un momento en que el los nicaragüenses son testigos mudos del inicio de un ciclo que -según advierten analistas- acarrearía consecuencias nefastas al país.

La prolongación del orteguismo en Nicaragua convierte a Ortega en el político con más años en el poder, un suceso inédito, pero revestido de ilegalidad y frente al riesgo del aislamiento internacional.

Organismos y gran parte de la comunidad internacional encontraron que las elecciones del pasado 7 de noviembre en Nicaragua no fueron libres, ni legítimas ni creíbles, y han lanzado insistentes pedido al régimen Ortega-Murillo para frene la marcha por la senda del autoritarismo.