Presos políticos sufren desmayos, tienen manchas en la piel, pierden peso y les falla la memoria

Dictadura se ensaña con Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil, Suyén Barahona y Dora María Téllez, a quienes mantiene en aislamiento permanente.

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  • enero 05, 2022
  • 12:11 AM

Aislamiento total o parcial, mala alimentación, interrogatorios constantes, falta de atención médica adecuada y maltrato son parte de las acciones de ensañamiento que practican los carceleros de El Chipote, en Managua, contra presos políticos de la dictadura de Daniel Ortega, denunciaron este martes sus familiares tras una visita.

En conferencia de prensa, los familiares de los presos políticos acusaron al régimen de continuar las violaciones de los derechos humanos y al debido proceso de sus parientes, quienes, dicen, se encuentran en “indefensión absoluta".

Pese a que la mayoría de los presos políticos llevan más de cuatro meses en prisión sus causas no aparecen reflejadas en el sistema del Poder Judicial.

Dijeron que continúan practicando interrogatorios en ausencia de sus abogados. Todas las peticiones presentadas por sus defensores son denegadas o no resueltas, además que las tramitaciones han sido suspendidas de facto, “alegando carga laboral, vacaciones o decisiones por fuerza mayor”.

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Persiste el acoso a los familiares durante las visitas con la presencia exagerada de agentes policiales; revisiones físicas que incluyen tocamientos, “retiro de vestimenta y ropa interior, despojo de objetos de uso personal; toma sin consentimiento de fotos y videos registrando el saludo inicial en las visitas, incluso exigiéndonos posar y retirarnos las mascarillas en contra de nuestra voluntad”.

Los carceleros no permiten la sencilla acción emotiva de mostrarles cartas, dibujos, o fotografías de hijos y familiares menores de edad.

EN GRAVE RIESGO

Los familiares además insisten en la preocupación por el acelerado deterioro de la salud de los encarcelados por razones políticas, debido a la pérdida de peso, alimentación no balanceada y falta de acceso regular a luz solar. “No se ha permitido entrada de ropa de cama o de abrigo, ni frazadas para la mayoría, que sigue sufriendo de un frío lacerante durante las noches”, recalcan.

En un comunicado leído durante la conferencia, señalan que en la mayoría de los casos no se ha admitido valoraciones y seguimiento médico externo o de especialistas, ni siquiera en los casos de condiciones médicas preexistentes y algunos privados de libertad ya han desarrollado otras afecciones y “sus vidas están en riesgo permanente”.

“La salud de las personas de la tercera edad está en situación crítica. Nos alarma la pérdida de casi 90 libras de peso de José Pallais y su estado de debilidad física que le ha llevado a sufrir dos desmayos; Mauricio Díaz que ha perdido alrededor de 30 libras, se ha desmayado dos veces, tiene manchas en su piel y lagunas mentales; Violeta Granera que ha perdido piezas dentales, se le dificulta comer y tiene manchas rojas en la cara por falta de sol; el de Edgar Parrales que carece de intestino grueso, tiene una hernia y ha perdido 12 libras en 40 días; el de Juan Lorenzo Hollman quien tiene mancha en el ojo y también ha sufrido de desmayos”, denuncian los familiares.

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De igual manera, señalan la crueldad con la que están siendo tratadas las activistas políticas opositoras Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil, Suyén Barahona y Dora María Téllez, que  siguen siendo sometidas a aislamiento permanente, confinadas en celdas solitarias y “empernadas”.

Mientras que Irving Larios, Miguel Mendoza, Róger Reyes, Álvaro Vargas, Michael, Healy y Yader Parajón permanecen de dos en dos en celdas de castigo.

PÉRDIDA DE MEMORIA

También expresan preocupación por el caso del preso político Róger Reyes quien, producto de la mala alimentación y los maltratos está presentando problemas mentales, depresión, ansiedad y pérdida de memoria y se le niega la atención por parte de un especialista.

No obstante, el maltrato y la saña con que están siendo tratados, los familiares aseguran que todos se mantienen “firmes y fuertes de espíritu, conscientes de no haber cometido delito alguno y con esperanzas de justicia y pronta libertad”.

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Tras la última visita a las celdas de El Chipote donde pudieron constatar el deterioro físico y psicológico de sus parientes, afirman que continúan demandando al Estado de Nicaragua, al Poder Judicial y la Dirección de Auxilio Judicial, en primer lugar la liberación inmediata y sin restricciones para las más de 160 personas presas políticas, “quienes sufren igualmente de violaciones a sus derechos humanos”. 

También exigen que mientras el régimen persista en mantenerlos encarcelados de forma arbitraria, les permitan visitas periódicas como lo establecen las leyes del país; que cesen los interrogatorios, el trato inhumano y que se establezca un mecanismo adecuado, según el Código de la Niñez y la Adolescencia “para garantizar la comunicación entre nuestros familiares y sus hijas e hijos menores de edad”.

Otra de las exigencias es que se les garantice seguimiento médico especializado a los pacientes con enfermedades crónicas y que se permita el ingreso de una delegación del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) para que verifique las condiciones de salud física y mental de cada preso político.

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