El exreo político Justo Rodríguez presenta mejorías en salud, pero su estado sigue siendo "crítico"
El hombre ya puede hablar y ha recuperado la movilidad en sus manos, pero no ha recibido atención médica en los últimos meses.
- diciembre 23, 2021
- 10:24 AM
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El 18 de diciembre de 2020, el exreo político Justo Rodríguez López fue liberado bajo el régimen de convivencia familiar en condiciones críticas, luego que sufrió un derrame cerebral en las cárceles del Sistema Penitenciario Jorge Navarro conocido como "La Modelo". Un año después, la salud del campesino originario de la isla de Ometepe, Rivas, sigue “crítica”, señala un familiar.
Las imágenes de Rodríguez, una vez que fue liberado en diciembre del 2020, eran impactantes. Poco quedaba del campesino robusto. A los familiares le entregaron un hombre que no podía caminar y apenas balbuceaba palabras. Ahora Justo es el “cumiche” de la familia, a pesar de tener 69 años. Logra pronunciar algunas palabras, aunque todavía no entabla una conversación y le cuesta reconocer a las personas que lo llegan a visitar.
El familiar, que pidió omitir su nombre, comparte que “para nosotros él no está bien”, pero dice emocionada que Justo ya come. Son mejorías que se ven en la movilidad de sus manos, por ejemplo. Ahora han notado que le molesta la ropa y se quita los pañales desechables con los que permanece, lo cual preocupa a sus parientes porque desconocen el motivo.
"Como puede él se quita los pañales desechables. Entonces no le podría decir que está bien, no sabemos si es por la parte de la enfermedad de la cabeza que él ahora que ya tiene movimiento en sus manos él se quita los pañales desechables", comenta la familiar y añade que Justo tiene cuatro huecos en la cabeza: dos en la parte delantera y dos en la parte posterior.
En los últimos días no ha recibido atención médica debido a la situación del país. “Ahorita no está chequeándose nada, él come, su apetitito no se le ha quitado, como le pusieron unas inyecciones para que le diera hambre, pero no le dan de todo (comida) porque sus tripitas, les dijo el doctor que las traía como las de un niño”, manifestó.
Las piernas a Justo no le responden. “Si le tocamos las canillas grita ´ah no me toquen porque me duelen mis canillas, me duelen mis dedos´, dice. Las canillas las tiene una encima de otra, esta inválido”, expone el pariente.
Los médicos que lo atendieron, dicem les explicaron a los familiares que “no iba a volver a caminar". Además el campesino tiene una lesión en el corazón, en el cerebro y dos heridas en la parte baja de la espalda las que le han ido cicatrizando poco a poco.
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SUSPENDIERON TERAPIAS POR FALTA DE DINERO
Durante un mes llegó a su casa una enfermera a hacerle terapias, pero no pudieron seguirle pagando “porque costaba demasiado”, de modo que le suspendieron los ejercicios. En una silla de ruedas lo trasladan a las casas de sus hermanas para que se desestrese, tome aire y vea el campo donde creció, pero no puede estar mucho tiempo sentado por lo que tienen que acostarlo.
“Él no se sienta, no se pone de pie, ni camina, ni nadie y cuando lo llegan a sentar esta todo tenso el cuerpo que les cuesta ponerlo en la silla de ruedas para que se siente, hasta que tiene su ratito comienza a desestresarse, pero no dilata una hora cuando pide que lo vayan a acostar”, expone la familiar.
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Cuando estaba en las celdas del Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como La Modelo, a Justo le dio un derrame cerebral. Posteriormente lo trasladaron a la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Lenín Fonseca donde permaneció hasta que fue liberado bajo el régimen de convivencia familiar. Durante meses, los organismos de derechos humanos demandaron la atención médica oportuna y el cambio de medidas cautelares.
Rodríguez fue capturado por la Policía el 20 de abril del 2020, cuando se dirigía a su parcela ubicada en la comunidad de Esquipulas, en el municipio de Moyogalpa, en la isla de Ometepe. Fue acusado de los supuestos delitos de obstrucción de funciones y en julio del 2020 lo declararon culpable por lo que fue condenado a tres años de prisión.
El campesino al estar bajo el régimen de convivencia familiar no tiene libertad plena, es decir cumple su condena en su casa. La Policía de vez en cuando pasa por la casa de Rodríguez, pero la vivienda permanece cerrada.
Los familiares indicaron que Justo Rodríguez necesita leche, pañales desechables, artículos de higiene y de uso personal para mantener un ambiente limpio en estos tiempos de pandemia.