Desorden, falta de planificación y cero estrategia reinó en vacunación contra el Covid-19 este año
En Nicaragua no se le ha dado a la vacunación contra Covid-19 el carácter de urgencia que se le debió dar frente al desastre sanitario, afirma el epidemiólogo Leonel Argüello.
- diciembre 23, 2021
- 01:41 AM
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El Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua nunca tuvo un plan de vacunación ni estrategia definida para inmunizar a la población nicaragüense contra el Covid-19 este año, por el contrario, se mantuvo improvisando y convirtió los centros de vacunación en peligrosos puntos de contagios, afirma el experto en epidemiología Leonel Argüello.
En enero, el régimen de Daniel Ortega a través de su vocera y vicepresidenta Rosario Murillo anunció un ambicioso plan de inmunización contra el virus en el que aseguraba que adquirirían unas 7,4 millones de dosis de vacunas para aplicarlas a 3 millones y medio de personas, el 55 por ciento del total de la población meta, sin embargo, ese plan del que nunca dieron detalles, nació muerto, opina el experto.
En ese momento, el régimen aseguró que tres vacunas diferentes llegarían a Nicaragua para inmunizar al 55% de la población en una primera etapa de la campaña. Paralelamente, Iván Acosta, ministro de Hacienda y Crédito Público a través de medios oficiales anunció que el Estado nicaragüense suscribió un acuerdo con el Banco Centroamericano de la Integración Económica (BCIE) de hasta 50 millones de dólares y un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por otra suma de aproximadamente 57 millones para adquirir las vacunas.
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Hasta febrero de 2021, cuando el Gobierno anunció el plan de vacunación reportaba 170 muertes y 6.299 casos de Covid-19 aunque el independiente Observatorio Ciudadano en ese momento reportaba 2.947 fallecimientos y 12.716 casos.
Esa contradicción en los datos sobre el impacto de la Pandemia en Nicaragua ha sido criticada por diversos organismos como el Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción, que en un estudio realizado denominado “Covid-19 y opacidad: la fórmula de la muerte en Nicaragua”, concluyó que la falta de transparencia y el secretismo con que el régimen Ortega-Murillo ha manejado la pandemia y la falta de diligencia en la vacunación se tradujo en mayor número de contagios y muertes.
En ese sentido, el doctor Argüello señala que el proceso de vacunación en Nicaragua fue desordenado y “no tuvo estrategia, ni planificación y no se le dio el carácter de urgencia que se le debió dar frente al desastre sanitario provocado por la pandemia”. Tampoco se le dio la debida educación e información a la población sobre los datos de cobertura para enfrentar el virus y prevenir mayores contagios y muertes.
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Según el especialista, que es considerado uno de los de mayor calificación en el país en materia de epidemiología, Nicaragua tiene muchísima experiencia en vacunación pues todos los años se realizan jornadas en la que se atienden, según los datos oficiales, a tres millones o más personas, “por lo tanto no tienen ninguna excusa para no llevar a cabo un buen programa de vacunación contra el Covid-19”.
Además, se cuenta con la cadena de frío necesaria para mantener las vacunas en buen estado y con el personal calificado hasta el último rincón del país, para realizar la vacunación.
“Toda esta capacidad que existe en el Minsa tanto en recursos humanos, logística y planificación no ha sido puesta en función de la vacunación contra el Covid-19 que debió ser atendida como urgencia. Es decir, vacunar a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible, tomando en cuenta todas las medidas de bioseguridad para los biológicos, el personal que vacuna y los vacunados”, criticó el experto.
Por el contrario, según Argüello, no se tomaron en cuenta esas medidas de bioseguridad porque en los centros de vacunación se pudo ver grandes aglomeraciones que expusieron a las personas, lo que indica que los centros de vacunación “se convirtieron en focos de contagios''.
El régimen de los Ortega-Murillo se preocupó más por aprovechar las vacunas donadas para hacerse proselitismo político y al imponer la aplicación de fórmulas no aprobadas por la OMS provocó una oleada de nicaragüenses que han preferido viajar a otros países para vacunarse con fármacos aprobados que generan mayor confianza.
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El epidemiólogo también considera que los datos sobre vacunación que a diario da a conocer el régimen a través de Rosario Murillo no son creíbles porque no es posible que en el país diga unas cifras y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) le den otros mucho más bajos.
El pasado martes, la vocera gubernamental aseguró que Nicaragua registra más del 78 por ciento de vacunación en mayores de 30 años y más del 71 por ciento en la población en general. Estos datos se contradicen con los que mantiene la OMS/OPS que recientemente informó que el índice de inmunización en el país se acerca al 40 por ciento, que es la meta señalada para este año por esa autoridad sanitaria internacional.
“La OMS no hace más que ofrecer los datos que recibe de cada país, por lo tanto, las cifras que maneja son las que les envía el Estado de Nicaragua, así que son oficiales y por ello las creíbles son las de la OMS”, dijo Argüello.
PRÉSTAMOS INTERNACIONALES PARA PANDEMIA
El Observatorio Pro Transparencia señala en su reciente estudio que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo gestionaron y obtuvieron millonarios préstamos de parte de organismos internacionales para atender la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, sin embargo, esos recursos también son manejados sin transparencia.
Además, esos recursos, que se aproximan a 185 millones de dólares, son “subejecutados”, pues, según datos del observatorio, al menos el 85 por ciento de ellos no han sido invertidos y se desconoce cuánto ha sido desembolsado.
Critican también que, pese a que el régimen logró conseguir esos millonarios préstamos con la justificación de ser utilizados para atender la crisis sanitaria y comprar vacunas anticovid-19, "¿por qué se tuvo que crear un fondo de casi de 19 millones de dólares con recursos del Estado si ya existía un crédito para ese fin?".
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Nicaragua ha desarrollado la inmunización contra el coronavirus, principalmente con antídotos donados a través del mecanismo Covax, que fue diseñado por la OMS para ayudar con donaciones de vacunas a los países más pobres del mundo que no tienen capacidad económica para comprarla.
Sin embargo, con los recursos que el régimen ha conseguido se ha dedicado a comprar vacunas rusas Sputnik y las cubanas Soberana y Abdala que no han sido aprobadas por la instancia sanitaria mundial.
Los principales donantes de vacunas hasta ahora son España, Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unidos e India que han enviado a través de Covax cerca de cuatro millones de dosis de las fórmulas AstraZeneca, Pfizer y Covishield, y últimamente China que tras el restablecimiento de las relaciones diplomática con Nicaragua le donó 200,000 vacunas Sinopharm.