Ortega profundiza el adoctrinamiento en las filas de la Policía, su principal brazo represor

Desde el 2007 que Daniel Ortega retomó al poder en Nicaragua, la Policía Nacional dejó de ser, como dice el artículo 97 de la Constitución Política de Nicaragua, una institución “profesional, apolítica, apartidista, obediente y no deliberante” para convertirse en el principal brazo opresor de la dictadura.

El analista político Pedro Fonseca asegura que la institución policial es “el perro guardián de la dictadura”, y sin ella, Ortega no podrían continuar en el poder, ya que fueron los que se encargaron de reprimir y asesinar a la población que se manifestó en abril del 2018.

“Ya se ha confirmado que (la Policía) funciona según las órdenes estrictas del Gobierno y no se rigen por las normas constitucionales, ni por la normativa interna de la Policía”, señala Fonseca.

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El experto agrega que la institución policial no se puede considerar de manera legítima como el órgano encargado de la seguridad ciudadana, porque sus mandos se encargan del adoctrinamiento de los nuevos oficiales.

NARRATIVA DE GOLPE DE ESTADO

El pasado 16 de diciembre el inspector Néstor Antony Arancibia, primer expediente en la XXIV promoción de damas y caballeros cadetes de la Policía, pronunció un discurso cargado con la misma retórica que a diario pronuncia la primera dama y vicepresidenta Rosario Murillo en contra de quienes piensan diferente a la dictadura.

Arancibia al igual que el régimen Ortega Murillo, calificó las protestas de abril del 2018, como un “intento fallido golpe de Estado”, el cual según el cadete “fue hecho por malos hijos de nuestra patria, peleles del imperialismo norteamericano, que atentaron contra la paz, la estabilidad de nuestro país, torturaron y asesinaron hermanos nicaragüenses, destruyeron bienes del Estado”.

“Estos abominables actos de terrorismo y vandalismo, nos enseñaron que debemos estar alertas para defender a las familias nicaragüenses y recordar en todo momento que con la paz no se juega”, expresó Arancibia en su discurso.

Para Fonseca el adoctrinamiento es una práctica habitual de los regímenes autoritarios que tiene como fin solo reproducir el discurso oficial.

“El daño que le esta haciendo el régimen a Nicaragua en el mediano y largo plazo es irreparable, porque esta construyendo una institución como la Policía Nacional sobre unas bases de propaganda, de adoctrinamiento ideológico y de culto hacia la personalidad”, manifestó el analista político.

Este tipo de prácticas, advierte, solo aumentan la fragmentación y la polarización de la sociedad nicaragüense.

DISCURSO REPETITIVO

Un experto en temas sociales, bajo condición de anonimato para evitar represalias de parte del régimen de los Ortega–Murillo, coincide con Fonseca en el evidente adoctrinamiento de los nuevos oficiales.

“El discurso es repetitivo en falsedades y reafirmación al pensamiento dictatorial”, señala el experto, para quien este tipo de adoctrinamiento tiene consecuencias, una de ellas es que el régimen “enferma a potenciales funcionarios con poder en la institución”.

“Es un peligro para el país que personas con responsabilidad participen en el servicio público con falsedades/mentiras. La monotonía en el discurso lo hace menos creíble y poco serio en autoridades de Gobierno. Todos, ciudadanía y funcionarios vivimos un estado social de falsedades”, comparte el experto.

AL SERVICIO DE ORTEGA

Gonzalo Carrión, miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, señaló que el sometimiento partidario en las filas policiales se acrecentó en abril del 2018.

Recordó que, en el contexto de las protestas sociales, los oficiales en su formación gritaban consignas con sesgo partidario y al servicio de la tiranía.

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A Carrión no le resulta extraño el discurso del cadete Arancibia, “porque no podríamos esperar en el actual contexto con dictadura que a los policías se les forje con principios y valores al servicio de la población”.

El defensor explica que Policía ha demostrado, desde que Ortega retomó el poder en el 2007, que “están al servicio de una familia que quiere imponerse a punto de sangre, fuego y terror en el poder y para eso le ha servido la Policía y el Ejército”.

El observatorio Urnas Abiertas en su último informe señaló que entre 1 de octubre de 2020 y el 7 de noviembre de 2021 se registraron 2.044 hechos de violencia política en el contexto electoral, de estos seis de cada 10 hechos fueron cometidos por miembros de la Policía.

Según Ortega, este año cerca de 3,402 recibieron preparación profesional en diferentes disciplinas dentro de la Policía, lo cual, según el dictador viene a “fortalecer” su lucha por la “paz”.