Leonardo Torres entró en la lista negra de Rosario Murillo por no pedir permiso para viajar

Fuente cercana al partido filtra que “no pidió permiso” y para Rosario Murillo eso fue como desafiarla. Su paradero todavía es un misterio.

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  • diciembre 17, 2021
  • 10:27 PM

Fue Rosario Murillo. El día que Leonardo Torres Céspedes tomaría un avión para salir del país, Murillo dio la orden que le quitaran su pasaporte y le dijeran: “no puede viajar”. El empresario sandinista no lo podía creer, pero tampoco tenía a quien recurrir contra la poderosa primera dama. Sabía en el fondo que la decisión ni tenía retroceso, ni tenía apelación.

“Se confió”, dice una fuente muy cercana al partido FSLN y que conoce al que antes fue el hombre fuerte del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, (Conimipyme) y rector de la Universidad Hispanoamericana, Uhispam, esta última institución, es la que más daño sufre con la cancelación de su personería jurídica y un cierre obligado que le pisa los talones.      

Ese día, Torres Céspedes palideció. Hacía semanas que venía planeando el viaje que según manejaban en varias de sus oficinas era por “asuntos de salud”. Pero a Murillo no le importó, estaba molesta y dispuesta a dejarle claro que sin su permiso, no había viaje. Además, era una oportunidad para "ajustar algunas cuentas" que ella cree tenían pendientes, dice el informante.        

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Fuentes cercanas a la Secretaría de Frente Sandinista confiaron a Despacho 505 que Murillo hizo circular entre sus funcionarios la orden estricta que toda salida del país sería “autorizada” por ella. Así fuera un viaje privado o relacionada al trabajo con el gobierno, “todos” sin excepción, debían pedir su permiso.

El empresario sandinista Leonardo Torres Céspedes en conferencia de prensa con funcionarios de Cruz Roja.

Apenas algunas horas antes de oficializar esa restricción, los pasillos gubernamentales estaban agitados con las últimas sanciones de Estados Unidos, las que se radicalizan con el castigo a los funcionarios estatales de todos los niveles y sus familiares que intenten obtener una visa o teniéndola, intentaran viajar a ese país.

VICTIMA DE RADICALIZACIÓN

Leonardo Torres es un sandinista convencido. Así se declaraba él y no perdía la oportunidad para defender al régimen y a Ortega. Utilizó a Conimipyme para restarle fuerza al Consejo Superior de la Empresa Privada, Cosep, cuando éste creía que con paros de 24 horas podía frenar al dictador y sus desmanes.

Se sentó con el Ministerio del Trabajo, Mitrab, y estrechó la mano de los sindicalistas del orteguismo para fijar a una sola voz los nuevos salarios mínimos “convenientes” que Ortega recomendó en tiempos de crisis política y pandemia. Una vez más hizo su parte y logró disminuir el efecto que causaba que el Cosep, un empleador privado muy importante, sino el primero, no asistiera a las discusiones salariales como parte de su ruptura con el régimen.

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El empresario parecía influyente. “Y se lo creyó con realidad aumentada”, dice la fuente. Torres Céspedes, era una pieza clave entre los empresarios sandinistas, un grupo que, según el informante, ha estado muy nervioso con las acciones últimas de Ortega para darle más vueltas al tornillo que lo mantiene sujeto al poder. “Torres , como muchos  grandes del capital sandinista creen que pueden maniobrar, pero esta pareja (Ortega-Murillo) no está dispuesta a aflojar en nada. Apretará más”, advierte la fuente.

DESAFIÓ A MURILLO

El analista político Eliseo Núñez, unos de los pocos que ha intentado explicar lo que pasó con el empresario sandinista asume que Murillo ha iniciado una “operación limpieza” de cara a su sucesión en el poder.

“Casualmente el primer movimiento público es contra uno de los más leales a Bayardo Arce”, escribió en twitter hace cuatro días.

La fuente no ve "extraviado" el análisis de Núñez. En efecto, Torres Céspedes es un protegido de Arce, el guerrillero sandinista que se ha dedicado a amasar capital en negocios de varias salidas.

Explica que esa protección fue la que lo hizo confiarse. Leonardo Torres acostumbraba a hacer saber que Arce tiene “línea abierta” con Ortega, aunque en la realidad, el sandinismo histórico, al mismo que pertenece Arce, debe saltar como todos los actores políticos del país, la gigantesca valla llamada Rosario Murillo para que el “comandante presidente los oiga y vea”.

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“Hubo voces que llegaron a decir que Leonardo se jactaba de tener mucho poder y eso no le gustó a la compañera”, dice la fuente. Señala incluso que para su viaje no pidió el permiso, porque creyó que al ser un operador de Arce, no lo necesitaría. Para Murillo eso fue desafiarla.

La fuente dice que Murillo pidió a sus leales de Migración, que le dejaran claro al empresario que la decisión de no autorizarle su salida, fue de ella. Lo que Torres Céspedes no esperó que detrás ese día, le vendría una tempestad cuyos vientos todavía no amainan.

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