Ortega recibe espaldarazo del Presidente de Honduras en medio de aislamiento internacional

El dictador nicaragüense Daniel Ortega apareció este miércoles junto a su homólogo hondureño Juan Orlando Hernández con el que suscribió un Tratado Limítrofe del Golfo de Fonseca y hacerse ver como el buen vecino que reconoce fallos de la justicia internacional.

Ortega, que ha quedado solo y aislado internacionalmente por denuncias de represión al pueblo y suprimir las libertades de los ciudadanos, recibió un espaldarazo del Presidente de Honduras a 11 días de las votaciones generales el 7 de noviembre.

Hernández se han comportado como buen amigo de Ortega, al punto que Honduras se abstiene de votar a favor de las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra el dictador. Se reunieron en la antigua Casa Presidencial, ahora Casas de los Pueblos, en Managua, para firmar un tratado limítrofe entre ambos Estados, desempolvando fallos de la Corte Internacional de Justicia de la Haya de 1960, 1992 y de 2007 bajo el pretexto de que están acatando dichas resoluciones, porque “hablando se entiende la gente”.

El dictador de Nicaragua está sumergido en una avalancha de críticas, repudio y aislamiento de la comunidad internacional que condena al sandinista por la violación a los derechos políticos y civiles, y de los derechos humanos nicaragüense, y además, por perpetuarse en el poder mediante fraudes electorales.

Ahora el dictador nicaragüense trata de hacerse ver como buen vecino y respetuoso del derecho internacional, pero sigue sin reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional e ignora las resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y los mandatos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH).

LEA TAMBIÉN: El presidente de Honduras salpicado como cooperador de supuesto narcotraficante

El acuerdo entre los dos jefes de Estado se denomina “Tratados de límites entre la República de Nicaragua y la República de Honduras  en el Mar Caribe, en el Golfo de Fonseca y aguas afuera”.

Según Hernández, con dicho entendimiento, están enviando un mensaje de paz y desarrollo entre las dos Repúblicas al tiempo que ofreció los puertos hondureños a los productores nicaragüenses para exportar sus productos.

El documento firmado destaca que  las partes firmantes “aceptan y acatan las sentencias de la CIJ de La Haya de del 8 de octubre de 2007 que estableció las fronteras entre ambos países”.

LEA TAMBIÉN: Presidente de Honduras: “Nunca hemos venido a pedir limosnas a Estados Unidos”

Asimismo, concuerdan utilizar para el siguiente tratado los puntos finales trazado con las coordenadas establecidas en el año 2001 que incluyen la desembocadura del río Coco, en el Mar Caribe.

Otro compromiso firmado es que reconocen como punto final de la frontera terrestre en esa zona del Caribe, el establecido por el laudo arbitral del rey de España de 1906, pero deberá ser revisado cada 10 años. 

En el caso del Golfo de Fonseca, en el Océano Pacífico, el tratado firmado por Ortega y Hernández le reconoce a Honduras, soberanía sobre una porción de 3.168 millas entre coordenadas ya establecidas.

Ese golfo es compartido por Nicaragua, Honduras y El Salvador, pero este último país no participó en los acuerdos. El Gobierno de Nayib Bukele es uno de los que repudia a la dictadura orteguista.

El presidente hondureño, en su visita al dictador Ortega se hizo acompañar por los principales jefes del Ejército de su país, entre ellos, el comandante, el general Manuel Aguilera y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Oto Olivio Moreno. Por la parte nicaragüense, Ortega hizo lo mismo, al comparecer junto al sancionado general de Ejército Julio César Avilés y sus principales oficiales.

LEA TAMBIÉN: Le quedan dos caminos a Ortega: se baja del poder negociando o se aferra a su consigna “el poder o la muerte”

“Estamos hablando de un paso trascendental que tiene que ver con la delimitación fronteriza en la zona norte del país, con Honduras, desde la Costa del Caribe hasta el pacifico en El Golfo de Fonseca”, dijo Ortega quien aseguró reconocer los fallos de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Ortega trata de lavarse la cara y hacerse ver menos responsable de la crisis política y social que vive Nicaragua cuando faltan 11 días para las votaciones en las que impondrá su reelección para un cuarto mandato consecutivo.