Una oposición “descabezada” se queda sin estrategia clara para enfrentar a Ortega
Para los analistas, los bloques surgidos a raíz de las protestas ciudadanas y el partido político CxL deben pujar por el desconocimiento de los resultados de la farsa electoral del próximo 7 de noviembre y la libertad de todos los presos políticos. Hasta ahora no ha habido ningún acercamiento entre ellos.


- August 30, 2021
- 11:27 PM
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La oposición “descabezada” se queda sin estrategia clara para enfrentar a Ortega
Para los analistas, los bloques surgidos a raíz de las protestas ciudadanas y el partido político CxL deben pujar por el desconocimiento de los resultados de la farsa electoral del próximo 7 de noviembre y la libertad de todos los presos políticos. Hasta ahora no ha habido ningún acercamiento entre ellos.
Por Despacho 505 | Agosto 31, 2021
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A dos meses de las votaciones presidenciales de Daniel Ortega, la oposición nicaragüense luce desgastada y sin un proyecto político común para enfrentar a la dictadura. Ortega ha dejado sin líderes de peso a las organizaciones que surgieron a raíz de las protestas ciudadanas de abril de 2018, al encarcelarlos o enviarlos al exilio, mientras que al partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) lo sacó de la contienda electoral al cancelar su personería jurídica.
Ahora, según los expertos, las agrupaciones deben sentarse a valorar los errores que cometieron durante los últimos dos años y definir una línea de acción que, en primer lugar, puje para que la comunidad internacional desconozca los resultados de las generales y por la liberación de los presos políticos. Sin embargo, hasta ahora no ha habido un acercamiento entre los pocos liderazgos que quedan y que se han tenido que exiliar en Costa Rica.
“Es el momento de que la oposición realice un balance objetivo de los logros alcanzados en la lucha y los errores cometidos. Sin esa autocrítica sincera no podrá concretarse una estrategia unificada contra la dictadura”, señala un experto en relaciones internacionales, que por temor a represalias de la dictadura prefiere omitir su nombre.
Para este experto, el desconocimiento de las elecciones y la liberación de los más de 120 presos políticos son un reto que se convierte en el “frente inmediato”. “Son dos objetivos que deberían ser compartidos por todas las fuerzas que se oponen a la dictadura, dentro y fuera de Nicaragua”, agrega.
En los dos últimos años, la oposición no logró establecer una alianza electoral que aglutinara a partidos políticos, grupos opositores surgidos en 2018 y movimientos sociales. Primó la ideología por encima del interés nacional de derrotar a Ortega a través de la vía electoral. “Igual unidos, Ortega los habría sacado del juego, pero la unidad era imprescindible”, comenta otro experto.
La oposición en Nicaragua se estancó entre otras cosas por intereses de los grupos e ideologías. Finalmente, en julio, pretendían ir a las elecciones en dos bloques: La Alianza Ciudadanos por la Libertad (ACxL), entre el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia; y la Coalición Nacional, con el Partido Restauración Democrática (PRD). Ambas agrupaciones, actualmente tienen a sus principales dirigentes en las celdas de la dictadura.
“No veo nada que impida la unidad alrededor de los dos objetivos mencionados. Y son dos objetivos que deben ser apoyados también por los gobiernos y fuerzas políticas de los países que componen la comunidad internacional, comprometidos con la democracia y los derechos humanos. Esto es lo más urgente e inmediato”, reitera un analista.
Alexa Zamora, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) planteó que trabajan en la incidencia internacional para que se desconozca un nuevo mandato de Ortega, así como la liberación de los presos políticos, en ese sentido se han reunido con líderes de la Organización de Estados Americanos (OEA), el Parlamento Europeo (PE) y la Unión Europea (UE).
Esa estrategia también contempla las consecuencias de un desconocimiento, como es la exclusión de Ortega del concierto internacional y el bloqueo de financiamiento en tanto no acepte restaurar la democracia. “Hay que pensar en la reconfiguración de la oposición y en nuestra capacidad de consolidación”.

“Como UNAB, no hemos dejado de trabajar en la estrategia internacional, hemos intentado tener acercamiento con CxL y la Alianza Cívica, pero no hemos tenido respuesta. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en estos temas, estamos en entredicho. Necesitamos objetivos comunes”, agrega Zamora.
Este medio intentó obtener una respuesta de CxL y la Alianza Cívica sobre la estrategia política que seguirán, pero no atendieron las llamadas. En el caso de CxL, dirigentes justificaron que esperarán a interponer los recursos de apelación en contra de la decisión del Consejo Supremo Electoral (CSE) de cancelarle su personería jurídica.
Para Luis Fley, miembro de la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN) un factor que juega en contra es que la oposición está descabezada, pero en eso difiere Zamora al señalar que las organizaciones no giran en torno a personas. “Sí fue un golpe el encarcelamiento de los liderazgos”, admite. La dictadura mantiene bajo cárcel a ocho aspirantes presidenciales y más de 25 liderazgos políticos.
La Coalición también manifiesta que se trabaja en el desconocimiento de las elecciones, y en llamar a la población a que no participe en las elecciones de noviembre como “una forma de derrotar a Ortega”.
“Estamos trabajando en la unidad de todos los nicaragüenses, en tener unos interlocutores válidos, tener una representación confiable, para que represente a la oposición, la oposición está descabezada y hay que ponerle cabeza, aunque desde Nicaragua no se puede hacer política”, reconoce Fley.
Para los analistas, después del reconocimiento internacional, la oposición debe “discutir y unificar una estrategia de lucha a corto, mediano y largo plazo, “más detallada que incluya, sin abandonar el carácter cívico y no violento, la revisión de los métodos de lucha”. Lejos de eso. Hasta ahora no queda claro qué harán los grupos después del 10 de enero cuando Ortega asumirá un cuarto mandato presidencial.
“Dudo que se pueda movilizar a los ciudadanos como en 2018, la oposición debe definir qué hará después, si van a luchar y presionar para que Ortega acepte un adelanto electoral o qué”, dice un experto. Tanto la UNAB, la Coalición y el CxL defienden que a pesar de las detenciones de los liderazgos, las bases territoriales siguen intactas. Cada una lucha por su propio frente.