Eurodiputada Rodríguez: "Seguir llamándolo elecciones es contribuir a esta farsa de Ortega"
Un proceso electoral en que todos los opositores son encarcelados, en el que se cancela la personería jurídica a los partidos de oposición, en donde se reprime a los medios de comunicación independientes, no es un proceso electoral, sino "una farsa". Así lo afirma la eurodiputada Soraya Rodríguez.
- agosto 21, 2021
- 10:36 PM
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La eurodiputada española Soraya Rodríguez niega que su país conspire junto a obispos de Nicaragua contra el gobierno de Daniel Ortega, como lo han denunciado algunos miembros del partido oficialista FSLN. La legisladora teme que la escalada represiva del régimen alcance a los altos jerarcas de la Iglesia católica por ser de las voces más críticas.
La representante del Partido Ciudadanos califica como “una farsa”, las elecciones presidenciales y legislativas que se realizarán el próximo 7 de noviembre, en las que Daniel Ortega participará sin competencia, porque el Poder Electoral eliminó al único partido opositor que quedaba en el país, y la Corte Suprema de Justicia mantiene bajo prisión a 7 precandidatos, acusados de “traición a la patria”.
En entrevista con la Voz de América, Soraya Rodríguez advierte que, a su juicio, el Parlamento Europeo no reconocerá los resultados de las elecciones de Nicaragua y que la comunidad internacional ejercerá mayor presión a la administración sandinista para que en el país centroamericano se reestablezca la democracia y el respeto a los derechos humanos.
¿Cómo se observa desde el Parlamento Europeo la cancelación del único partido de oposición que quedaba en el país y que ahora queda fuera del proceso electoral?
La verdad es que con una enorme tristeza y una enorme preocupación, porque efectivamente como usted acaba de señalar, era el único partido de la oposición que quedaba de ser ilegalizado, sus líderes encarcelados y por lo tanto creo que es el final, de lo que podríamos llamar proceso electoral y que ya no lo es, simplemente.
La semana pasada el diario La Prensa fue tomado por la fuerza pública y ahora es investigado por el supuesto delito de defraudación aduanera y lavado de dinero. ¿Ustedes creen el discurso del oficialismo?
No, por supuesto que no, sabemos que es el final de la escalada del terror que el régimen Ortega, creo que ya podemos hablar claramente, la dictadura que Ortega ha instalado en el país. Como usted sabe, desde el Parlamento Europeo hemos sido muy críticos con la aprobación de toda una legislación nacional, como la Ley de Ciberdelitos, la Ley 1055 aprobada el pasado mes de diciembre en el 2020, porque observábamos que todo este marco electoral iba a ser utilizado para una persecución interna de toda oposición al régimen de Ortega.
Más de 140 presos políticos en Nicaragua, todos los líderes y posibles candidatos en un proceso electoral detenidos y la persecución a la prensa libre. Creo que efectivamente, el secuestro, el allanamiento de La Prensa es uno de los elementos finales de este proceso y de esta ola de terror y persecución que el régimen Ortega ha desatado en el país, que ya desató en abril de 2018 con las revueltas y que no ha hecho más que incrementar.
Y podemos decir ante esto, por eso le decía que lo observamos con una enorme preocupación, pero también con una enorme tristeza, que es una espiral de terror y de violencia que no nos permite ni mucho menos hablar de un proceso electoral, ni tan siquiera. Yo creo que llamar elecciones a lo que el régimen de Ortega sigue planteando para el próximo noviembre es incluso hacerle el juego. No es posible. No hay contexto. No puede haber unas elecciones libres y competitivas cuando nadie que no sea alguno de los partidos satélites del régimen pueda presentarse a estas elecciones.
Si lo que va a haber el 7 de noviembre no son elecciones, ¿cómo se le puede llamar a este proceso?
Los dictadores hacían de vez en cuando consultas electorales, pero ¿cómo llamamos a un proceso electoral en el que solamente el candidato del régimen puede presentarse con garantías? Desde luego no son elecciones democráticas y competitivas, si no existe oposición política en Nicaragua porque todos los líderes opositores han sido perseguidos, han sido detenidos de forma arbitraria, sin ningún tipo de garantías y hay 140 presos políticos en Nicaragua. Si se persiguen a los medios libres de información y de prensa, si se persigue cualquier movimiento de la sociedad civil. Y bueno, también como tengo que citarlo, con una enorme preocupación también y con una enorme tristeza, se ilegalizan organizaciones de desarrollo o oenegés en el país como se ha hecho también recientemente.
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Podemos decir que en Nicaragua no existe la más mínima posibilidad de un ejercicio libre de los derechos civiles, de los derechos políticos. Por lo tanto no sé cómo llamarlo, pero desde luego no lo podemos llamar elecciones porque quien dice que quiere competir que quiere presentarse a esas elecciones, es perseguido, es encarcelado de forma arbitraria y sin el menor respeto de ninguno de sus derechos. Por lo tanto, creo que estamos en presencia de un proceso, de una farsa en la que incluso seguir llamándolo elecciones es contribuir a esta farsa del régimen Ortega, de la dictadura Ortega y Murillo.
¿Tiene sentido un diálogo? Ya quedan menos de tres meses para las elecciones presidenciales. Ya en 2018 hubo un diálogo con las protestas, mediado por la Iglesia Católica, y en 2019 hubo otro diálogo que estuvo mediado por el representante del Papa Francisco acá en Nicaragua. Es posible un diálogo antes del 7 de noviembre para que se realicen elecciones competitiva y justas?
En primer lugar, la comunidad internacional y el Parlamento Europeo exigimos desde luego la puesta en libertad de todos los presos políticos. Ese es el primer elemento. En segundo lugar se tiene que restaurar la libertad de prensa en el país. Tiene que cesar la ola de persecución a cualquier ciudadano, a cualquier organización civil que expresa una oposición al régimen de Ortega. Ser opositor al régimen de Ortega y Murillo se ha convertido en el mayor delito en el país.
Creo que tenemos que coordinar acciones -la comunidad internacional- para presionar a este régimen de terror de Ortega y Murillo y seguir apoyando a la sociedad de Nicaragua, que tiene todo el derecho a poder ir a un proceso verdaderamente democrático, verdaderamente competitivo.
Pero sinceramente, todo lo que hemos visto y todo lo que hemos observado a lo largo de estos últimos meses ha sido una vuelta de tuerca más, una respuesta represiva por parte del régimen de Ortega a las condiciones mínimas que la comunidad internacional ha puesto sobre la mesa para que pudiéramos observar un proceso electoral que pudiera dar una salida democrática, pacífica, de transición a esta situación política que vive Nicaragua, pero que en estos momentos creo que nuestro nuestro mayor objetivo, nuestra responsabilidad tiene que ser aportar, guiar al pueblo de Nicaragua y hacer una acción coordinada dentro de la comunidad internacional para ejercer una mayor presión sobre este régimen del terror de Ortega y Murillo.
Usted cree, eurodiputada, que el Parlamento Europeo o la Unión Europea puedan reconocer el resultado del Tribunal Electoral después del 7 de noviembre?
Yo desde luego, me opondré a que se pueda reconocer mínimamente el resultado de un proceso que como les digo, me parece que hay que acabar con esta farsa; no es un proceso electoral, es un plebiscito de un dictador para mantenerse en el poder. Por lo tanto, cómo vamos a llamar elecciones democráticas a unas elecciones donde no hay posibilidad de presentarse? Creo, por otra parte que esta espiral de represión es también una manifestación de la debilidad de un régimen atrincherado en el poder, que se ve también solo y aislado por la comunidad internacional.
Creo que, en un primer momento, Ortega pensaba en hacer un fraude electoral, pero ni tan siquiera el fraude electoral le servía y por lo tanto ha comenzado el fraude antes de permitir mínimamente una presencia en esa cita electoral de distintos opositores políticos, pero sinceramente, seamos honestos con nosotros mismos: ¿cómo vamos a llamar elecciones democráticas a una cita electoral donde todos y cada uno de los posibles candidatos han sido detenidos de forma arbitraria? Están presos. Están detenidos. ¿Cómo le podemos llamar? ¿cómo podemos hablar de un mínimo contexto democrático cuando todos los medios de comunicación libres han sido cerrados? Donde los periodistas, si no han huido del país, están detenidos. ¿cómo podemos hablar de un mínimo contexto democrático con más de 140 presos políticos?
¿Cómo podemos hablar de un mínimo contexto electoral con la ola de persecución a las organizaciones de cooperación internacional al desarrollo en el país, que precisamente con su ilegalización persiguen también castigar más al pueblo nicaragüense que está sufriendo duramente las consecuencias de una gestión terrible, de la pandemia, de consecuencias también duras de la última catástrofe natural que hubo en el país?
Porque permítanme que hable de esto, pero las organizaciones internacionales que han sido ilegalizadas por parte del gobierno lo que hacen finalmente es castigar a la sociedad civil pues estas organizaciones trabajaban y con la gestión de fondos internacionales de cooperación y de ayuda humanitaria que ayudaban, estaban ayudando al pueblo de Nicaragua precisamente a los más vulnerables. Por lo tanto seamos honestos, no hay por supuesto, claro que no hay ninguna de las condiciones que nos permitan hablar y que nos permitan sostener que en la cita de noviembre es una cita electoral de elecciones democráticas.
Claro que no se puede reconocer ni mucho menos el resultado de esas elecciones. Si quiere yo le digo cuál va a ser el resultado de esas elecciones. Y posiblemente no me equivoque. Pues Ortega ganará. Y posiblemente ganará con un 80% de los votos y el resto -el 20% restante- lo tendrán aquellos partidos a los que él permite presentarse, que son efectivamente parte del conglomerado de su régimen. Por lo tanto, ya, ya le he dado el resultado. Si quiere hablamos después. Pero no me estaré equivocando, entre el 75 y el 80 por ciento. En mi país, en España durante muchos años vivimos en una dictadura y de vez en cuando el dictador también llamaba a las urnas. Siempre ganaba él, porque solo se presentaba aquello.
Justamente sobre España ha hablado la primera dama Rosario Murillo y ha acusado a su país de supuesta injerencia y conspirando para aceptar lo que ellos llaman un intento de golpe de Estado, realmente ¿España conspira contra el Gobierno de Nicaragua?
Bueno, evidentemente, no. No conspira España contra el régimen de Nicaragua, no conspira la Unión Europea, no conspira la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. No no, no conspira Estados Unidos contra Nicaragua. Pero Nicaragua, como cualquier régimen dictatorial, utiliza el elemento del enemigo externo para poder dar una explicación de legitimidad de sus acciones de represión interna. Le ha tocado a España, mañana le tocará a cualquier otro país, porque ese elemento de enemigo externo y que les obliga por lo tanto a actuar contra los enemigos internos que colaboran, que colaboran con estos enemigos externos que acosan a nuestro país.
Es una dialéctica que ya conocemos, porque es una dialéctica común de todas las dictaduras cualquiera que tiene opositores, que no están de acuerdo con el régimen, que es un opositor al régimen. Dicen que es un opositor a Nicaragua porque ellos consideran que ellos son Nicaragua, que sólo ellos son los únicos representantes del pueblo nicaragüense, por lo tanto, no, esa dialéctica caduca, caduca, obsoleta y utilizada por todos los dictadores. Ya la conocemos. ¿no?
España no conspira contra Nicaragua. España es un país amigo, hermano del de Nicaragua y los españoles sentimos muy cerca al pueblo nicaragüense y sentimos también muy cerca el sufrimiento, la persecución, la ola de terror que lleva viviendo el pueblo de Nicaragua.
Diputada, recientemente miembros del Frente Sandinista, el partido oficialista en el Gobierno, han acusado a los obispos de la Iglesia Católica de supuestamente sostener reuniones con representantes del Gobierno de España en Nicaragua para conspirar en contra del Gobierno. Realmente la Iglesia podría conspirar contra el Gobierno de Nicaragua?
No no hay conspiración ninguna Igual que España no conspira contra el pueblo de Nicaragua ni contra Nicaragua ni la comunidad internacional. La Iglesia Católica tampoco, mucho me temo. Lamentablemente, mucho me temo que en esta lista de persecución de espiral, del terror, pues también le va a tocar a la Iglesia en Nicaragua. Porque en definitiva, el mayor delito que se puede cometer en Nicaragua hoy es expresar con libertad, con honestidad, la oposición a el régimen. La denuncia de la vulneración de los derechos humanos, de los derechos civiles que se están produciendo en Nicaragua. Pedir la liberación de los presos políticos. Denunciar las detenciones arbitrarias. Denunciar que no ha habido ningún proceso judicial. Estas detenciones que podría llamar secuestros en los allanamientos a los medios de prensa.
Recientemente la Asociación de Reporteros Sin Fronteras identificó a los depredadores de la libertad de prensa en América Latina. Entre esos depredadores de la libertad de prensa de América Latina junto con Venezuela, Brasil y Cuba, está Ortega, está Nicaragua. Por lo tanto no hay ninguna conspiración. Hay un derecho legítimo a denunciar esta situación. Y lamentablemente hoy cualquier organización, también la Iglesia Católica, si denuncia o pide el respeto a los derechos humanos en Nicaragua, también están en peligro.
Eurodiputada su mensaje a los nicaragüenses que creen que no hay una salida a esta crisis que lleva más de tres años y que siguen las acciones de lo Parlamento Europeo.
Mi mensaje es un mensaje de fortaleza y de ánimo, porque lo que quiere trasladar el régimen de Ortega y Murillo con estas detenciones, con esta persecución, es decir que no hay salida y desde la comunidad internacional y desde el Parlamento Europeo, les quiero decir que sí hay salida, el pueblo de Nicaragua va a tener una salida, una salida pacífica y democrática y quienes están solos es el régimen de Ortega y Murillo. Mire yo en el pasado pleno de Estrasburgo pedí que se incrementarán las sanciones a altos dirigentes del régimen de Nicaragua y pedí que se impusieran sanciones a la familia Ortega y Murillo.
Pedí sanciones para Rosario Murillo, pedí sanciones para su hijo porque el conglomerado de corrupción en el que sustentan la represión es necesario aislarlo. Es necesario buscarlo. Y creo que el incremento de las sanciones internacionales, no solamente de la Unión Europea, Estados Unidos también recientemente, Suiza. Señalan de forma muy clara también al pueblo de Nicaragua que los que están solos, los que están aislados y los que están en una fase final de un proceso de una ola de terror en la que sólo buscan mantenerse en el poder, son ellos.
Con una actuación coordinada, en cooperación, la comunidad internacional tiene que presionar al régimen de Ortega para que haya una verdadera salida democrática. Y en este sentido creo que éste es el mensaje que hay que trasladar. Quiero trasladar al pueblo de Nicaragua, la comunidad internacional está con ellos, los que están solos los que están aislados, es el régimen de Ortega y Murillo.
Vamos a seguir trabajando. De cerca, con el pueblo de Nicaragua vamos desde luego a mantener muy a pesar de lo que quieran, nuestro apoyo y nuestra ayuda humanitaria, nuestra cooperación y una presión a través de sanciones a través del aislamiento político, de lo que ya creo honestamente que podemos hablar de la dictadura de Ortega y Murillo.
Por lo tanto un mensaje de esperanza, que sepan que no están solos, que sepan además que sabemos muy bien lo que está sucediendo en el país, aunque haya esta persecución terrible a los medios libres de comunicación, aunque se impide, como lo estamos viendo todos los días la entrada de periodistas en el país. Estamos muy cerca, sabemos lo que está pasando y vamos a seguir trabajando.