The Economist: Nicaragua más aislada y con más tensión
La prestigiosa revista británica avizora que el dictador Ortega podría seguir en el poder más allá de 2021 debido a que no hay una amenaza creíble que le haga tambalear el poder. También señala que las relaciones entre Nicaragua y Estados Unidos serán más tensas.
- julio 16, 2021
- 02:14 AM
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La firma británica The Economist Intelligence Unit avizora un escenario complicado para los nicaragüenses por las ganas de Daniel Ortega de mantenerse en el poder más allá de 2021. Un reciente informe señala que Nicaragua estará cada vez más aislada regional y globalmente y que aumentará la tensión, en la medida que se acercan las elecciones generales de noviembre próximo.
Sin embargo, la tensión y el descontento social que puedan generar los comicios no serán suficientes para hacer tambalear al régimen. “The Economist Intelligence Unit espera que el clima político se vuelva cada vez más tenso en el período previo a las elecciones generales del 7 de noviembre, sin embargo, es poco probable que el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sea amenazado de manera creíble”, reza.
En su análisis agrega que el dominio político del orteguismo “tiene sus raíces en un autoritarismo creciente”, pero que parte de una “un conflicto político no resuelto que comenzó en 2018″, y que dejó al menos 325 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por la represión policial y parapolicial. Además, recuerda que la influencia ilimitada de Ortega sobre las instituciones estatales le ha permitido mantenerse en el poder, a pesar de la creciente oposición pública.
«El movimiento de base de la sociedad civil contra el régimen se afianzó a mediados de 2018, exigiendo reformas a favor de la democracia de base amplia, pero las manifestaciones pacíficas de la oposición cívica fueron reprimidas violentamente por las fuerzas progubernamentales, dejando cientos de muertos. Cualquier signo de disensión es ahora sofocado rápidamente, manteniendo la oposición contenida», apunta The Economist.
También hace mención al rol que ha jugado la oposición, ahora prácticamente descabezada por la dictadura, pues seis líderes y precandidatos presidenciales se encuentran en las cárceles investigados por traición a la patria y lavado de dinero, así Ortega “frustró la esperanza” de un cambio.
“Con las reglas del juego manipuladas contra la oposición, esperamos que Ortega gane la Presidencia. También es probable que el FSLN mantenga una mayoría cualificada en la Asamblea. Es probable que la oposición nacional y la comunidad internacional impugnen la legitimidad de las elecciones. No obstante, los sandinistas (Ortega) mantendrán el poder de facto en todas las ramas del Gobierno”, manifiesta.
RELACIONES CON ESTADOS UNIDOS
A FONDO: Analistas: Sanciones no harán doblar el brazo a Ortega
Desde 2018, Ortega ha escalado la tensión con Estados Unidos, ya que ese país, junto con la Unión Europea y Canadá, y la comunidad internacional en general han expresado su preocupación por las violaciones de derechos humanos, derechos y libertades políticas. Ha hecho llamado a reformas electorales creíbles, la derogación de leyes represivas y la liberación de presos políticos, pero Ortega se «se niega a abordar”.
Ante la negativa del régimen Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones en contra de altos funcionarios de la dictaduras y familiares de Ortega. Recientemente, Canadá sancionó a 15, entre ellos Camila, hija de la pareja presidencial.
“La principal vulnerabilidad del régimen es su exposición a las medidas punitivas de Estados Unidos. El Gobierno de los Estados Unidos ahora aplicó sanciones a 31 altos funcionarios nicaragüenses, incluida la vicepresidente y primera dama Rosario Murillo. Aunque no esperamos que medidas específicas como estas tengan mucho impacto en el régimen, existe el riesgo de que EE.UU. aumente las presiones a través de toda la economía, sanciones que eventualmente podrían debilitar la posición de Ortega”, apunta.
Ante eso, The Economist prevé que Nicaragua y Estados Unidos tensen más las relaciones. “Además de imponer sanciones selectivas, EE.UU. ha utilizado su influencia en organizaciones multilaterales clave para limitar el alcance de la nueva ayuda y los desembolsos de deuda a Nicaragua. En los casos en que se hayan otorgado préstamos, por ejemplo por motivos humanitarios, ha sido objeto de una supervisión sustancial”, analiza.
Aunque se ciernen más amenazas económicas sobre el régimen, como la Ley de Reforzamiento del Cumplimiento de Condiciones para la Reforma Electoral en Nicaragua (Renacer Act), que propone que el poder Presidente de Estados Unidos revise la participación continua de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio República Dominicana-Centroamérica (DR-Cafta), The Economist no le ve futuro.
“Aunque esperamos que se apruebe la Ley Renacer, consideramos poco probable que EE. UU. avance con los esfuerzos para excluir a Nicaragua del DR-Cafta. Tal movimiento no solo sería legalmente complicado, sino que también impondría graves dificultades económicas a los nicaragüenses comunes y podría tener importantes efectos colaterales negativos para la región centroamericana en general”, añade.