La entrada tardía del invierno genera pérdidas a pequeños agricultores

El retraso es una consecuencia del cambio climático y podría dejar a pequeños productores sin cosecha. No hay caudal en ríos y los pozos están secos por lo que no es posible rescatar sus cultivos con riesgo.

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  • junio 10, 2021
  • 12:59 AM

El retraso en la entrada del invierno ya ha afectado a productores de algunas zonas del país que iniciaron su siembra de primera con las lluvias que se presentaron a finales de abril e inicios de mayo. Uno de los problemas radica en que cuando ya se empezó a cultivar, no puede parar el riego porque hay pérdida en la producción.

Javier Valdivia, productor y ganadero de Estelí, inició en los primeros días de mayo la siembra de seis manzanas de maíz para el silo del ganado. Lo hizo en esa fecha para poder cosechar en los primeros 15 días de julio, sin embargo, debido a que las lluvias pararon, ahora señala que tiene perdido aproximadamente el 90% del cultivo. 

“El maíz nació pero ya se está secando por la falta de agua. Las pocas áreas que se pueden regar, se están regando y también el agua que yo utilizo viene de un río, pero también está muy débil el caudal. Nosotros empezamos a sembrar porque aquí ya había empezado a llover y había suficiente humedad en el suelo, y el pronóstico era que el invierno iba a empezar temprano, a diferencia de lo que se está pronosticando ahora”, expresó Valdivia. 

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El productor comenta que el problema no solo está en la pérdida de una parte del cultivo, sino en el dinero que se invirtió para lograr la cosecha, es decir, preparación de suelo, la siembra, la adquisición de la semilla. Para todo ello ocupó entre C$4,500 y C$5,000 por cada manzana de tierra de las seis que sembró. 

Aunque los pronósticos del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena) señalan que para esta segunda semana de junio podrá darse una mayor frecuencia de las lluvias, Valdivia considera que no habrá recuperación del producto perdido porque a finales de junio se presenta el Veranillo de San Juan, que es una temporada en la que deja de llover y luego del 15 de julio al 15 de agosto cae el período de la canícula. 

Según el fiscal de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Salvador Castillo, además que varios productos ya sembrados no se están desarrollando bien por la escasez de lluvias, se le suma el hecho que están atacando algunas plagas precisamente por la poca humedad en los cultivos. 

“Si nosotros analizamos, por ejemplo, lo que es una siembra de frijoles, el productor al menos debe estar pensando en una producción de unos 20 quintales por manzana para que pueda recuperar sus costos de inversión, pero cuando una planta es afectada desde sus inicios, prácticamente es una tarea muy difícil para un productor que llegue a obtener un rendimiento de 20 quintales”, explica Castillo. 

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Agrega que respecto al tema del ganado, aunque puede ser en menor proporción la afectación, el poco pasto debido a la falta de lluvia provoca una disminución en los rendimientos de peso de los semovientes, en su desarrollo y en la preñez de las vacas por no alcanzar el peso deseado. 

En comunidades de Chinandega se está dando el mismo problema. Mujeres de seis cooperativas de esa zona que forman parte de la Coordinadora de Mujeres Rurales, iniciaron la siembra de primera a mediados de mayo porque la tierra ya estaba húmeda tras días seguidos de lluvia, no obstante las precipitaciones cesaron. 

“Nosotros sembramos maíz y se nos secó todito, sembramos frijoles, hortalizas y también se secó y los mismo me está empezando a pasar con el plátano… Tenemos problemas también porque sembramos, gastamos la semilla y para nada porque ahora se nos está perdiendo, estamos colapsando con esta sequía que tenemos, los pozos incluso que nosotros ocupamos están bastante secos”, lamenta Blanca Centeno, productora de la comunidad San Juan de las Pencas, en Chinandega.

Esta productora, al igual que la de las otras seis cooperativas, temen no solo por la pérdida económica, sino también por su propio consumo, porque además de vender parte de sus cosechas, también la utilizan para alimento de sus familias. 

Centeno indica que solo con la siembra de maní tiene aproximadamente C$4,000 de pérdidas por la falta de lluvias. Este porcentaje es similar con los frijoles. Mientras en el plátano son más de C$ 2,000.  En las comunidades de León, por su parte, las Mujeres Rurales señalan que no ha habido lluvia ni un solo día en los sectores donde ellas siembran.

“En León está más grave el asunto en el sentido que no sembraron nada porque no ha caído ni una sola gota de lluvia y con las características del suelo, que es arenoso, cuesta. Tienen que haber buenas lluvias para que se infiltre (el agua) y las mujeres puedan sembrar. Esto nos va a llevar posiblemente a una crisis alimentaria porque si las mujeres pierden la semilla, están perdiendo la posibilidad de volver a sembrar”, explica María Teresa Fernández, presidenta de la Coordinadora de Mujeres Rurales.

Además, dice que la situación también es preocupante porque las mujeres no reciben apoyo de ninguna entidad gubernamental al darse este tipo de situaciones. Lo mismo sucedió el año pasado tras el paso de los huracanes Eta e Iota, que fueron excluidas de ayuda pese a haber perdido sus cosechas. 

Si bien es cierto que la entrada del invierno en el país estaba pronosticada entre la tercera y cuarta semana de mayo, las proyecciones cambiaron conforme al paso de los días debido a los efectos del cambio climático, asegura el agrometeorólogo y director de Ofena, Agustín Moreira. 

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“Lo que habíamos estado teniendo es un déficit de lluvias en las zonas del Pacífico, que han sido muy puntuales y poca presencia de intensidad de estas lluvias. Esto fue por causa de la generación de un sistema anticiclónico, pero ya tenemos condiciones más favorables… la segunda semana de junio tenemos pronosticado que va a aumentar la frecuencia de las lluvias”, señala Moreira.

Para el especialista, estos cambios en la entrada del período lluvioso que se están generando en el país y en el resto de la región centroamericana, son producto de las diferentes acciones que el ser humano ha provocado haciéndole daño a la naturaleza. 

“Hemos venido despalando y no cuidamos nuestros recursos, entonces estas condiciones están afectando. Honduras se ha visto afectado, El Salvador también. Tenemos que hacer actos para cambiar estos efectos del cambio climático que estamos viendo y que son bastante preocupantes”, insta el agrometeorólogo. 

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