“Sobreviví”, la historia de un hombre con huesos de cristal que se enfermó de Covid-19

Uno de los pocos nicaragüenses con “huesos de cristal”, pensó que el virus del Covid-19 acabaría con los 44 años que lleva batallando por sobrevivir al mal congénito que provoca que sus huesos se rompan con facilidad.

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  • marzo 18, 2021
  • 08:42 AM

La tos seca e incesante le causó la fractura de una costilla. Era el mes de junio de 2020, cuando Nicaragua se acercaba a los 100 días en pandemia. Eliézer Camacho, uno de los pocos nicaragüenses con “huesos de cristal”, pensó que el virus del Covid-19 acabaría con los 44 años que lleva batallando por sobrevivir al mal congénito que provoca que sus huesos se rompan con facilidad.

Camacho fue diagnosticado con Osteogénesis Imperfecta -nombre clínico del padecimiento congénito que causa fragilidad ósea- cuando tenía un mes de nacido. Sus huesos pueden fracturarse con solo toser o estornudar y por eso creía que el coronavirus podría afectarlo gravemente.

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“Fue algo terrible. Fueron catorce días de incertidumbre, noches de pesadillas y, sinceramente, yo no sabía si saldría con vida de la sala de mi casa. Lloré con mi mamá”, relata.

Cuando comenzó a sentir los primeros síntomas del coronavirus, el 9 de junio del año pasado buscó ayuda médica y personal del Ministerio de Salud (Minsa) llegó a examinarlo hasta su vivienda, en el municipio de Buenos Aires, Rivas, se confirmó que tenía la enfermedad y quedó en aislamiento.

“Primero me atacó una tos seca fuerte que me fracturó una costilla debida a la fragilidad de mis huesos, pero es algo a lo que ya estoy acostumbrado. Luego presenté fiebre, diarrea y cansancio, que fue lo que más me asustó, ya que me causaba arritmia cardíaca”.

Cuenta su historia porque se considera bendecido. Tras siete días de tratamiento y dos semanas en aislamiento con seguimiento médico "logré salir con vida, porque entre mis noches de pesadilla hasta soñé que era absorbido por un abismo oscuro, pero el Señor me rescató”, dice agradecido.

Cuando Eliézer enfermó, Nicaragua se acercaba a los primeros cien días en pandemia, tiempo que cumplió el 26 de junio de 20020, con un acumulado oficial de 2,170 contagios y 74 muertes; y otro paralelo a cargo del Observatorio Ciudadano Covid-19 que reportaba 5,957 casos y 1,688 fallecimientos atribuibles al coronavirus.

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UNA VIDA ENTRE FACTURAS

Eliézer Camacho posa junto a su madre Juana Odilia Guevara. FOTO: LÉSBER QUINTERO

Eliézer Camacho padece una enfermedad congénita considerada rara. Se presenta en 1 de cada 20.000 a 60.000 nacimientos. A él empezó a manifestársele al poco tiempo de vida: “Al mes de haber nacido a Eliezer se le fracturó el antebrazo derecho y lo llevé a un sobador, porque yo ni idea tenía que existía esta enfermedad y en ese momento pensé que era algo leve, pero con paso de los días se le fueron partiendo huesos en todas sus extremidades y una costilla. Al llevarlo al hospital de Rivas me lo trasladaron a Managua, donde un médico hasta pensó que yo lo maltrataba y tras varios estudios concluyeron que tenía Osteogénesis Imperfecta, huesos de cristal”, relata Juana Odilia Guevara, su madre.

Dice que ya perdió la cuenta de la cantidad de fracturas que ha sufrido su hijo. Sin embargo, no olvida una ocasión que fue enyesado desde el cuello hasta los pies y los médicos que lo atendieron le advirtieron que no viviría más de dos años. Le recomendaron que debía de cuidarlo ya que ante cualquier movimiento se podría fracturar.

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Eliézer asume su condición con temple, cuando habla sobre padecimiento explica que su cuerpo no tiene capacidad para "fabricar" huesos fuertes "y por eso ante cualquier movimiento brusco o sobrepeso hay fracturas".

Se muestra agradecido, no solo porque ha podido batallar con el mal que limitó su desarrollo y su vida, si no porque puedo decir "sobreviví al Covid".

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