Álvarez critica síndrome de la presidencialitis y llama a la unidad nacional
“No es la hora para liderazgos que tuvieron su tiempo o para emerger y aparecer a la luz pública nacional e internacional con liderazgos y personalidades que se presentan con el síndrome de la presidencialitis”, criticó el obispo de Matagalpa.


- junio 16, 2019
- 11:37 AM
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“No es la hora para liderazgos que tuvieron su tiempo o para emerger y aparecer a la luz pública nacional e internacional con liderazgos y personalidades que se presentan con el síndrome de la presidencialitis”, criticó el obispo de Matagalpa.
Un llamado a la unidad y a no dar margen a liderazgos oportunistas que, motivados por el síndrome de la presidencialitis, buscan sacar ventajas y seguir dejando solo migas al pueblo dirigió este domingo el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, luego de guiar a fieles católicos en una peregrinación por las paz hasta el municipio de Matiguás, en el Norte de Nicaragua.
“Esta es la hora de Nicaragua”, repitió el religioso a lo largo del sermón en el que instó a los nicaragüenses a unirse para ejercer su derecho a decidir en este proceso histórico que atraviesa el país.
“No es la hora de andar queriendo sacar ventajas para grupos, para banderas o como decimos nosotros en buen nicaragüense, para andar queriendo jalar agua a su molino. No es la hora para liderazgos que tuvieron su tiempo o para emerger y aparecer a la luz pública nacional e internacional con liderazgos y personalidades que se presentan con el síndrome de la presidencialitis”, señaló Álvarez en una abierta crítica a políticos que desde ya, sin haberse alcanzado todos los acuerdos que permitan una salida a la crisis que se vive desde hace más de un allí, dan muestras de sed de poder.
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“No es la hora y nunca será la hora de la presidencialitis", dijo al destacar que los verdaderos líderes surgen del silencio y son aquellos “que sufren con el que sufre y trabajan por la paz, pero no para buscar un galardón o vender una imagen”.

El obispo, uno de los más firmes de la jerarquía católica en la demanda de justicia, reparación y democracia tras los crímenes y brutal represión estatal contra manifestantes, instó a los nicaragüenses a tomar un rol activo.
“El pueblo es el verdadero constructor de su historia, este pueblo que tiene rostro, que tiene nombre, que tiene identidad, que tiene dignidad. Ya pasaron los tiempos en que otros tomaban decisiones por nosotros… Todos y cada uno de los nicaragüenses, sin exclusiones ni exclusividades; cada quien aportando lo mejor de sí en busca de la paz, de la justicia, de la estabilidad y de la democracia institucionalizada”, exhortó.
TODOS EN LA MESA
Álvarez también llamó al diálogo, pero con representación de todos. “Esta es la hora en que todos obreros, campesinos, trabajadores, empresarios honestos, políticos sensatos, unos y otros, pensemos que debemos sentarnos juntos, juntos en la mesa cada uno en su sitio, pero todos en la mesa; al fin para compartir el mismo pan con dignidad”.
Antes el guía religioso había hablado sobre la construcción de una sociedad con menos brechas sociales producto del oportunismo de cúpulas.
Recomendó velar por un país con justicia social “donde se vaya acortando cada vez más esa brecha terrible entre muy pocos que tienen casi todo o son casi dueños de todo y muchos, muchísimos, que tienen casi nada. Eso no puede seguir ocurriendo en nuestro país, esta es la hora en qué el rico Epulón debe dejar de pensar que puede seguir dejando caer de su mesa las migajas que le sobran”.
Monseñor Álvarez se expresó confiado en que un país más equitativo es posible, pero fue enfático en que “por eso este es el momento de la unidad, una unidad que el pueblo no puede esperar que venga desde arriba o de afuera, no, una unidad la tiene que hacer el pueblo”.
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Este domingo, tras registrarse una serie de ataques de turbas y policías contra feligreses que han acudido a servicios religiosos en León, Managua, Masaya y Matagalpa, el obispo Álvarez pidió sumar esfuerzos para heredar una nación donde se viva sin miedo y donde se deponga el odio, la venganza y toda clase de intimidación.
“Tenemos que ser trasmisores de la unidad de los nicaragüenses en torno a los grandes ideales que mueven a una nación: la paz, la justicia, el progreso y la democracia institucionalizada", exhortó el líder católico.