Cubana fue atracada y baleada en cruce ilegal por Peñas Blancas: “Ni la selva de Darién fue tan peligrosa”

En medio de la nada, por un camino montoso de la zona de Peñas Blancas que separa a Costa Rica de Nicaragua. una cubana sorteó a la muerte tratando de llegar a Estados Unidos.

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  • agosto 19, 2020
  • 06:09 AM

En medio de la nada, por un camino montoso de la zona que separa a Costa Rica de Nicaragua sus “guías” frenaron la marcha y les apuntaron con un arma. Hubo un forcejeo y disparos, uno impactó en la cabeza de una de las dos mujeres de un grupo de cinco cubanos que desde 2019 cruzan países para lograr llegar hasta Estados Unidos.

“Estoy viva de  milagro”, dice Lázara Esther Fernández Artiz,  migrante cubana, de 47 años, al iniciar el relato del ataque que sufrió cuando junto a su esposo, Luis Enrique Jeréz, de 32 años y otros tres cubanos,  se aventuró a cruzar la frontera de Peñas Blancas por puntos ciegos.

El proyectil que ingresó detrás de su oreja izquierda y  le quedó incrustado  en  la nariz  lo recibió cuando los hombres  que les ofrecieron cruzarlos de forma segura a territorio nicaragüense terminaron asaltándolos.

“Eran cuatro coyotes (a como llaman popularmente a los guías de extranjeros indocumentados) que en horas de la noche del  primero de agosto  nos ofrecieron cruzarnos a Nicaragua por 150 dólares cada uno,  pero en el trayecto pidieron otros 20 dólares  y luego planificaron el asalto. Al  defendernos  realizaron varios disparos y uno  me impactó en la cabeza”, narra la cubana a quien estando herida le sustrajeron US$400 y ropa.

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El atraco se registró entre  las siete y las ocho de la noche, en un sector aledaño a La Guacimada, la ruta que históricamente ha sido corredor de personas que, pese a  los riesgos,  se aventuran a cruzar de un país a otro de forma irregular.

HERIDA CAMINÓ EN BUSCA DE AYUDA

Luis Enrique Jeréz , su esposo, afirma que los delincuentes les realizaron  entre 6 y 7 disparos. “Uno me decía ‘suelta la mochila, te voy a matar hp’ y al escuchar  que  mi esposa se quejó  tras recibir el impacto de bala  y que luego cayó al  monte logré huir del lugar con los tres connacionales, porque pensábamos que la habían matado”,  afirmó Hernández.

Los cuatro  cubanos  lograron  llegar a  una  casa y pedir ayuda para llamar a la policía y reportar que habían abandonado a la mujer creyendo que estaba muerta. Fernández  recuperó  el conocimiento y empezó a caminar  en dirección norte  hasta salir a un tramo de la carretera adoquinada que une la comunidad fronteriza de Sapoá con el sector conocido como La Calera.

“Yo pensaba que la habían matado y cuando llegamos (con agentes del Ejército) al lugar donde nos dispararon ya no encontramos a mi esposa, y a eso de las 10 de la  noche nos informan que la habían encontrado caminando por esa carretera adoquinada”, recordó.

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La mujer fue ingresada en el hospital de la ciudad de Rivas. La bala ingresó por la zona detrás de su oreja, le atravesó el  cielo de la boca y se incrustó en su nariz. Debido a la gravedad del caso fue trasladada a Managua donde le colocaron aparatos en la boca para tratar de recuperar las piezas dentales que no cedieron al impacto de la bala.

CONTINÚA EL VIAJE HACIA EL NORTE

La cubana terminó su recuperación en Rivas donde el 8 de agosto tras ser dada de alta continuó su viaje a Estados Unidos en busca de mejor vida

“Con esto que me sucedió me he quedado fría, porque  solo queríamos  cruzar  la frontera para seguir con nuestro recorrido hacia los Estados Unidos. No íbamos a  matar a nadie,  sólo queríamos pasar pero ni Migración ni el Ejército nos dejaban continuar con nuestro viaje y eso nos obligó a cruzar con coyotes que casi me matan”, narra vía telefónica desde Honduras.

Su esposo  asegura que en cuatro ocasiones las autoridades de  Migración y del Ejército de Nicaragua  los regresó “por monte al lado tico y esto que nos  ocurrió  nos  dejó fríos, porque supuestamente  Cuba y Nicaragua  son pueblos  hermanos y aunque les decíamos a  los funcionarios  que éramos cubanos que nos ayudaran que únicamente queríamos pasar, no recibimos esa ayuda”, refirió Hernández.

La pareja de cubanos reveló que  salieron de su país  en marzo del 2019 con destino a Guyana. Después siguieron el recorrido por Brasil, Perú,  Ecuador y Colombia y la selva de Darién.

La Selva de Darién se ubica en una zona fronteriza entre Colombia y Panamá. Es una de las zonas más peligrosas de la región debido al paso constante de migrantes irregulares y la influencia del narcotráfico.

“Ni  la  selva de Darién   fue tan peligrosa como cruzar la  frontera de Peñas Blancas, pero pese a todos estos riesgos el sueño de todo cubano es llegar a Estados Unidos  a  trabajar para ayudar económicamente a nuestras familias, y es un viaje que  no tiene que ver con nada de política”, concluyó Hernández.

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