Arquidiócesis de Managua pide ayuda para restaurar capilla de la Sangre de Cristo

Diez días después del atentado en la Catedral de Managua que destruyó la capilla de la Sangre de Cristo y la imagen de 382 años de antigüedad, el cardenal Leopoldo Brenes solicitó este lunes ayuda a la población nicaragüense para reparar los daños causados por el incendio que califica como un “acto terrorista”.  

El arzobispo de Managua luego de haber consultado a sus vicarios pone a disposición las cuentas bancarias en donde se puede apoyar a la reconstrucción y restauración de la Capilla de la Sangre de Cristo.  

“El cardenal agradece a todos sus muestras de cercanía en estos momentos en que Dios nos invita a estar en permanente oración y unidad. Los fieles que deseen hacer su aporte de manera personal pueden llevarlo a Catedral de Managua y entregarlo únicamente a los sacerdotes Luis Herrera, Said Ruiz y a Sor Karla Muñoz”, explicó la Arquidiócesis en un comunicado. 

LEA EL ESPECIAL: Mentiras y proyectos de papel, la obra de Laureano Ortega

¿QUÉ PASARÁ CON LA IMAGEN? 

El incendio provocado en la Catedral de Managua, calificado por el papa Francisco como un “atentado” contra la Iglesia, dejó carbonizada la imagen de la Sangre de Cristo y su rostro completamente destruido.  

Sobre la restauración de la imagen hay opiniones contrapuestas. Hay quienes señalan que la imagen debe quedar así, sin restaurarse, como un testimonio y un bien de la memoria histórica del país. Otros señalan que debe ser arreglada y tratar de llevarla a su apariencia original.  

LEA: Esta es la historia de la Sangre de Cristo, imagen quemada en la Catedral de Managua

Sin embargo, el cardenal Leopoldo Brenes aún no ha notificado oficialmente su decisión. Lo que sí está claro, según fuentes del clero arquidiocesano, es que si se decide restaurar la imagen el trabajo no se realizará en Nicaragua, sino que sería llevada a Guatemala.  

Sobre el atentado, el cardenal dijo recientemente que “sin duda alguna el demonio anda suelto” y quiere herir a la Iglesia. Quiere herir a los obispos, a los sacerdotes, religiosas, a los fieles. Sin embargo, “nada puede el demonio porque Cristo, está muy cerca de nosotros, y nada ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios”.