Sacerdote Benito Gamboa llama a organizar el retorno de los exiliados a Nicaragua

El clérigo hizo un llamado urgente a la unidad y organización del exilio para preparar el regreso a una Nicaragua libre y democrática.

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El sacerdote Benito Enrique Martínez Gamboa en una protesta afuera de la UCA el 30 de mayo de 2018.
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • abril 28, 2025
  • 10:20 AM

En Indianápolis, Estados Unidos, se celebró un encuentro cargado de memoria y resistencia para conmemorar los siete años de la rebelión cívica de abril de 2018, brutalmente reprimida por la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua. En este acto, el sacerdote Benito Enrique Martínez Gamboa —excarcelado y desterrado por la dictadura Ortega Murillo en febrero de 2022— hizo un llamado urgente a la unidad y organización del exilio para preparar el regreso a una Nicaragua libre.

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Martínez, quien fue encarcelado, desterrado y forzado al exilio por el régimen Ortega-Murillo, compartió su experiencia como símbolo de la violencia estatal ejercida contra voces disidentes. “Aquí estamos y volveremos”, afirmó con determinación, confiando en que la justicia y la fe superarán el autoritarismo.

El clérigo dejó claro que este tipo de encuentros no son meros actos conmemorativos, sino espacios de articulación política con un propósito concreto: “Hemos venido a organizarnos. Hemos venido a preparar nuestro regreso a Nicaragua. Como que hay un Dios en el cielo, vamos a regresar”, proclamó entre aplausos de una audiencia exiliada, pero no vencida.

Advirtiendo sobre la urgencia del momento, Martínez afirmó que los próximos cuatro años serán decisivos. "Si en estos cuatro años no hacemos nada por Nicaragua, olvidémonos y moriremos en tierra extraña", señaló, subrayando que la lucha por la democracia, la libertad y el fin de la dictadura no puede seguir postergándose.

Dictadura débil

Al describir al régimen de Ortega, el padre no ahorró en calificativos: lo llamó una dictadura “débil, dividida, cansada, desacreditada”, que se sostiene únicamente mediante el uso del terror por parte de la Policía Nacional y el Ejército, fuerzas que actúan como instrumentos de represión contra el pueblo.

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Lejos de promover la violencia, el sacerdote reafirmó el compromiso de la oposición con una salida pacífica, aunque sin impunidad. "Nunca vamos a apoyar una salida armada, pero tampoco aceptamos que los sátrapas bajen del poder suavemente, con perdón y olvido. ¡No señor! Tienen que pagar los crímenes que cometieron", dijo con contundencia, refiriéndose a los responsables de asesinatos, desapariciones y exilios forzados.

El mensaje también fue introspectivo: cuestionó si la oposición está preparada para construir una nueva Nicaragua verdaderamente democrática y libre del autoritarismo que históricamente ha regresado disfrazado de salvador. Citó a Monseñor Obando y Bravo para recordar cómo el sandinismo, que prometía libertad frente al somocismo, terminó traicionando esa promesa y replicando sus peores prácticas.

Llamado a unidad

Dirigiéndose a las diversas organizaciones opositoras presentes, el padre Martínez exigió unidad o, al menos, alianzas estratégicas para enfrentar el poder dictatorial. Llamó a agrupaciones como PUDE y Monteverde, exhortándolas a dejar de lado intereses particulares y trabajar en una estrategia común contra el régimen y su creciente alineamiento con potencias extranjeras como Rusia y China.

Como parte de esa estrategia, convocó a una reunión clave el próximo 30 de mayo con el objetivo de articular un frente común del exilio. Además, propuso formar una sola agrupación de nicaragüenses por país, con liderazgo claro, para fortalecer la presión internacional y cerrar el cerco a la dictadura.

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El evento concluyó con un mensaje de esperanza cargado de convicción: “Nos encontraremos en las calles de León, de Chinandega, de El Viejo, de Rivas, de Somoto, de la Costa Atlántica, de toda Nicaragua y nos abrazaremos y diremos con orgullo: salvamos a nuestra nación cuando más lo necesitó. ¡Viva Nicaragua!”, finalizó.

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