Padre Rafael Aragón: 'El régimen de Nicaragua encarcela y destierra negando la misericordia cristiana"
Durante la eucaristía celebrada en Costa Rica en honor a las víctimas de la represión de abril de 2018, Aragón advirtió que "no puede llamarse cristiano quien cierra las puertas al hermano que sufre".


- Managua, Nicaragua
- abril 27, 2025
- 01:43 PM
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Con palabras cargadas de indignación y fe, el sacerdote desterrado Rafael Aragón denunció que el régimen de Ortega y Murillo actúa "en abierta blasfemia contra Dios" al reprimir, encarcelar y desterrar a quienes alzan la voz. "No puede llamarse cristiano quien persigue al hermano que sufre", sentenció durante la misa en memoria de las víctimas de la rebelión de abril.
La misa, oficiada en la ciudad de San José, reunió a exiliados nicaragüenses, activistas y miembros de la comunidad cristiana que mantienen viva la memoria de los más de 300 fallecidos durante las protestas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En su homilía, el padre Aragón —quien sirvió como misionero en Nicaragua durante más de 40 años— trazó un paralelo entre el mensaje de misericordia cristiana y la situación actual de Nicaragua. Afirmó que, contrario al ejemplo de Jesús de solidaridad y liberación, los dirigentes nicaragüenses "asedian, persiguen, encarcelan, expulsan del país y quitan hasta el derecho de tener una nacionalidad".
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"La misericordia no es solo un valor, sino la única manera de ser como Dios. Y no se puede llamar cristiano quien no acoge al hermano que sufre", enfatizó el sacerdote, en una dura crítica contra quienes, dijo, utilizan el nombre de Dios para justificar actos de represión.
Aragón fue desterrado en 2022 por el régimen de Ortega, luego de que intentara regresar a Nicaragua tras viajar al exterior para atender problemas de salud. Su caso se suma al de decenas de religiosos católicos que han sufrido persecución, expulsión y encarcelamiento en el marco de una política de hostigamiento contra la Iglesia que ha denunciado los abusos gubernamentales.
Perseguir: una verdadera blasfemia
Durante la misa, el padre también reconoció el papel de solidaridad del pueblo costarricense, que ha acogido a miles de nicaragüenses forzados a abandonar su país debido a la represión. "No podemos construir una sociedad de fraternidad y justicia mientras se siga alimentando el miedo, la persecución y el exilio", advirtió.
Sobre el uso del nombre de Dios usado por la dictadura, el sacerdote expresó que "romper la convivencia y perseguir al hermano en nombre de Dios es una verdadera blasfemia." y "utilizar a Dios para justificar la represión es actuar contra el espíritu de vida y fraternidad."
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Dijo que al "hablar de misericordia es hablar del amor de Dios al ser humano. Y quien oprime, persigue y destierra, no puede llamarse cristiano", en referencia a los actos de violanción de derechos humanos del régimen.
El religioso llamó a la comunidad exiliada a no perder la fe ni la esperanza, invitándolos a "abrir las puertas cerradas" del miedo y comprometerse a seguir trabajando por una Nicaragua libre y respetuosa de la dignidad humana.
Por último invitó a romper los miedos, "abrir las puertas cerradas y sanar las heridas de nuestros pueblos" y pidió a los exiliados adquirir compromiso como cristianos a "transformar el dolor del exilio en un proyecto de dignidad y justicia para Nicaragua".