El régimen entra al negocio del cambio de dólares con Credicoop, la cooperativa creada para el blanqueo de capital

El Banco Central otorgó licencia para entrar al mercado de divisas a la cooperativa creada por el régimen para operar sus negocios tras las sanciones a Bancorp y Alba Caruna.

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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • March 28, 2025
  • 08:00 AM

El Banco Central de Nicaragua (BCN) aprobó que la Cooperativa de Ahorro y Crédito (Credicoop R.L.), señalada de ser la nueva fachada legal utilizada por el régimen para blanquear capital tras las sanciones de Estados Unidos al Banco Corporativo (Bancorp), entre al negocio de cambio moneda.

A partir de ahora, la cooperativa constituida en junio de 2019 con 50 mil córdobas de capital suscrito y otros 50 mil de capital pagado —dos meses después de que el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a Bancorp— podrá realizar transacciones de compra-venta y cambio de divisas, según la autorización emitida mediante la Resolución CDMF-IV-1-25, con fecha del 12 de febrero de 2025, bajo el número de licencia BCN-L-C-016-2025.

¿Qué hay detrás? Captar dólares en un contexto restrictivo marcado por la cordobización de pagos; competir en un mercado lucrativo y, principalmente, ampliar el portafolio de servicios de la cooperativa para robustecer la estructura de lavado de activos que ya está en marcha, dice el economista Marco Aurelio Peña.

Debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Canadá y Suiza, el dinero de sus negocios dudosos no puede salir o ser utilizado para operaciones en el exterior. "No tienen más remedio que reinvertirlo dentro del país en diversas actividades económicas. Por ello, se habla de blanqueo de activos o blanqueo de capitales, ya que lo que buscan es darle una apariencia de legitimidad para ocultar el origen ilícito de esos fondos. Para lograrlo, emplean distintos mecanismos que les permiten disimular el verdadero propósito de estas transacciones", explica el economista.

Operaciones similares a entidades sancionadas

Credicoop, al igual que en su momento lo fue Caruna, ha sido dotada de múltiples funciones que van más allá de las propias de una cooperativa: opera como microfinanciera, fondo de inversión, prestamista y ahora como casa de cambio y proveedor de servicios financieros al Estado.

En cualquier sistema con instituciones sólidas y creíbles, esto no sería posible, señala Peña, pero en el "reino de la arbitrariedad" que impera en Nicaragua, el régimen utiliza estos mecanismos para beneficiarse económicamente sin control ni rendición de cuentas.

Credicoop desde sus inicios ofrece servicios de préstamos personales, de vivienda, vehículos, agropecuarios y para financiamiento de pequeños y medianas empresas, de acuerdo con la información disponible en su sitio web, donde también ya está activa una mesa de cambio para el servicio de compra y venta de moneda extranjera.

Sin embargo, una investigación de Confidencial identificó que Credicoop se ha convertirdo en la nueva "caja chica" del régimen. Según el medio, el verdadero negocio de la cooperativa consiste en operaciones de blanqueo de capital, actividad que, hasta antes de las sanciones de Estados Unidos, ejecutaba Bancorp.

"La actividad principal de Credicoop, sin embargo, es financiar los negocios privados de la cúpula política y militar en el poder, manejados por una red de testaferros que compra propiedades cafetaleras, ganaderas, agrícolas, avícolas, arroceras y comerciales en toda Nicaragua con los fondos derivados de la cooperación estatal venezolana, que fue ilegalmente privatizada", reveló la investigación.

Así opera el entramado

El seguimiento a las operaciones de la cooperativa también llevó a descubrir que ya actúa como "prestamista" de instituciones del Estado con el aval del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y que es financiador de proyectos municipales, importaciones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y compras para el Sistema Penitenciario y las tiendas de la Policía.

"Cuando observamos la gran cantidad de actividades económicas que desarrolla esta cooperativa, queda en evidencia su función dentro del esquema financiero del régimen. Si otorga préstamos a alcaldías, al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) o incluso al Gobierno Central, el pago de esas deudas se hace con fondos del presupuesto estatal. De esta manera, el dinero de origen ilícito se blanquea a través de estructuras estatales, y los recursos públicos terminan en manos privadas, dado que la cooperativa, por su propia naturaleza, es una entidad privada", señala Peña.

Este es un mecanismo común dentro de la red de corrupción público-privada del clan Ortega Murillo y sus testaferros. "A través de este sistema, los fondos se canalizan hacia diversas actividades económicas, como negocios inmobiliarios, compra de propiedades, agricultura, importaciones del INSS y financiamiento de proyectos municipales. Ahora, con la inclusión de operaciones cambiarias, la cooperativa busca además competir con las agencias ya existentes en el mercado de divisas", como casas de cambio, bancos, remesadoras, entre otras.

Las operaciones de Credicoop emulan el modelo que el régimen utilizó con Caruna en su momento, afirma el experto. Insiste en que la falta de un verdadero Estado de derecho y la inexistencia de un Poder Judicial independiente permiten que el clan Ortega-Murillo y sus allegados utilicen estructuras estatales y privadas para operar sin restricciones negocios oscuros.

La concentración de funciones en una cooperativa no solo es anómala, sino que sugiere el manejo opaco de grandes cantidades de dinero con un origen sospechoso. Credicoop, al igual que Caruna, es una cooperativa que maneja una enorme cantidad de recursos financieros en total opacidad. Todo indica que administra capitales de origen presuntamente ilícito, ya que, al rastrear la procedencia de estos fondos y su modelo de negocio, el esquema se asemeja al de Bancorp y Caruna R.L, que se nutrieron de los fondos de la cooperación venezolana que fueron privatizados por la familia Ortega-Murillo.

Este patrón refuerza la hipótesis de que Credicoop no es más que una nueva estructura creada para gestionar y encubrir el flujo de dinero del círculo de poder, evadiendo sanciones.

Entre 2016 y 2019, Bancorp, bajo control de Albanisa, operó como el brazo financiero de los Ortega Murillo tras recibir de Caruna los fondos de la cooperación venezolana. En total, Venezuela entregó más de 4,200 milllones de dólares a Nicaragua, que Ortega recibió y drenó a proyectos empresariales manejados por un círculo de empresarios sandinistas. 

Detrás de Credicoop aparecen viejas fichas del régimen. Según la inscripción aprobada de su personalidad jurídica por el desmantelado Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), publicado en La Gaceta, comenzó con 20 miembros (10 hombres y 10 mujeres) y en su Consejo de Administración provisional fue nombrado presidente el comisionado mayor en retiro Teodoro Marcelino Bustamante Mendoza, quien fue administrador de prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo de Bancorp. Como vicepresidente fue designado Domingo Javier Sirias Ramirez, ex vice gerente financiero de Albanisa y exmiembro del comité técnico de Caruna. 

La ampliación de la cartera de servicios de Credicoop se da tras las reformas impulsadas por el régimen para tener el control absoluto del sistema financiero nacional.

El Banco Central indica que los servicios brindados por la cooperativa en el mercado de divisas son de su exclusiva responsabilidad, pero el economista enfatiza que este tipo de autorizaciones permiten el flujo de capitales en estructuras controladas por el oficialismo, facilitando el financiamiento de su aparato económico.

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