8 de marzo: mujeres se declaran en resistencia contra la dictadura misógina de Ortega y Murillo
Sin derechos, sin libertad y bajo el peso de una dictadura que las persigue, las feministas nicaragüenses conmemoran este 8 de marzo desde el exilio o la clandestinidad.


- Managua, Nicaragua
- marzo 08, 2025
- 08:00 AM
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Nicaragua llega al 8 de marzo sumida en una crisis de violencia machista, reflejada en más de 90 femicidios registrados el año pasado y cerca de 20 ocurridos, tanto dentro como fuera del país, en lo que va de 2025. A esto se le suma la desprotección estatal, el menosprecio estructural hacia la vida de las mujeres y la represión política que ha culminado en el desmantelamiento de organizaciones feministas y el destierro de quienes alzan la voz.
“Llegamos a un 8 de marzo sin derechos y sin libertad en el país, con al menos 7 mujeres presas políticas y miles en el destierro, pero seguimos y seguiremos luchando para recuperar nuestros derechos y nuestro país. El régimen ha fracasado en su afán de detener y amedrentar a las mujeres”, enfatiza la activista feminista y dirigente política opositora Ana Margarita Vijil.
Esta fecha no solo es el día internacional de la mujer, sino un día para seguir denunciado, alzando la voz en favor de las nicaragüenses que resisten la represión y desprotección de la “dictadura misógina” de Daniel Ortega y Rosario Murillo, señalan activistas feministas y defensoras de DD.HH. consultadas por DESPACHO 505
Una de las acciones más criticadas por el movimiento feministas, al régimen de Ortega es que, desde 2014 fue impulsada una reforma constitucional tras la cual solo se considera feminicidio cuando entre víctima y victimario existe o existió una “relación sentimental”. Las organizaciones defensoras nicaragüenses acusan al Estado de “indolencia y complicidad con la violencia machista".
Y no es para menos, dice la activista Vijil, si el país es gobernado por un hombre (Daniel Ortega) “acusado de abusar de su propia hijastra”, y quien ahora se erige como cómplice de la violencia hacia las mujeres y niñas.
La violencia estatal
El colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más denuncia que Nicaragua llega al 8 de marzo con 279 organizaciones feministas, defensoras y de atención a las mujeres canceladas arbitrariamente por la dictadura, además, con más de 400 mil mujeres que han tenido que salir del país por razones políticas o económicas.
A esto se suma, según los casos documentados por el organismo defensor, 531mujeres violentadas en sus derechos a manos de las fuerzas represivas, 46 de ellas han sido víctimas de tortura. Asimismo, el colectivo denuncia que a partir del 2018 más de 100 mujeres han sido presas políticas, de las cuales 57 han sido desnacionalizadas, desterradas y confiscados todos sus bienes, además, a cientos de mujeres nicaragüenses se les ha impedido retornar a su país y sufren de “apatridia de facto”.
La defensora de los derechos de la mujer, Azahalea Solís, quien se exilió ante la represión de la dictadura contra el movimiento feministas sostiene que esta conmemoración del día internacional de la mujer está marcada por la violencia estatal contra las nicaragüenses, pues la dictadura ha mostrado de forma explícita sus ataques a las mujeres “destruyendo el sistema de atención integral contra las mujeres”, no recientemente sino desde el propio año de 2007, cuando el tirano regresó al poder y entre él y su esposa, la ahora codictadora Rosario Murillo, empezaron a obstaculizar las movilizaciones de las mujeres tanto para el 25 de noviembre, día de la no violencia como para el 8 de marzo.
Asimismo, la defensora insistió en que no se puede hablar de las mujeres en Nicaragua si no se demanda enfáticamente “la libertad de las presas políticas y señalando la situación de desaparición en que se encuentran 5 de ellas”.
En las cárceles de la dictadura se encuentran al menos 7 mujeres en calidad de reas de conciencia. Cinco de ellas están en condición de desaparición forzosa por ocultamiento de paradero, a manos del régimen Ortega-Murillo.
“El contexto dictatorial es especialmente grave para el ejercicio de los derechos de las mujeres. Al respecto hay que señalar lo que significa la figura de Ortega, una persona señalada de abusos contra mujeres y la destrucción del sistema de atención integral”, apunta Solís y recuerda que también Ortega y Murillo han puesto al sistema judicial en función de la persecución política y no para garantizar derechos fundamentales de la población y menos de las mujeres.
Las mujeres no serán doblegadas por la dictadura
En esa dirección habló la feminista Ana Quirós, desterrada por el régimen en 2018, quien apunta que Ortega y Murillo se han ensañado contra el movimiento de mujeres “porque desde un primer momento han sido las que les han plantado cara, las que les han reclamado sus errores, sque le han señalado las inconsistencias a diferencia”.
“El movimiento de mujeres, las feministas, desde un primer momento dijeron que el gobierno de Ortega y de Murillo era lo peor que le podría pasar a Nicaragua y especialmente a las mujeres porque pintan una imagen que no corresponde a la realidad, quieren aprovecharse de las mujeres, quieren decir que ellos están por la igualdad cuando en realidad solo están por el sometimiento, por doblegar a las mujeres y a cualquiera y han visto que desde el movimiento de mujeres, desde las feministas, no nos hemos callado, no nos hemos doblegado, no estamos dispuestas a aceptar las mentiras que ellos plantean con relación a lo que hacen para las mujeres”, sentencia Quirós.
La feminista recuerda que después de las protestas sociales de 2018, las mujeres han sido sometidas a “agresiones, a acoso, y hostigamiento, a la utilización de su género para amenazarlas y para tratar de silenciarlas”. Incluso, muchas de las mujeres que fueron encarceladas denunciaron abusos sexuales a manos de los policías y paramilitares que han sido encubiertos por el régimen.
“Las mujeres nicaragüenses este 8 de marzo, quienes hemos sido activistas, defensoras, quienes hemos estado trabajando desde el exilio, desde las cárceles y en general desde los grupos de mujeres, en primer lugar, queremos decir, ¡Seguimos resistiendo y nadie nos va a callar!", añade la activista.
Asimismo, adelantó que van a seguir demandando justicia, igualdad, libertad y democracia. “Vamos a seguir denunciando las falsedades del régimen y vamos a seguir denunciando a aquellas mujeres y hombres que quieren utilizar las situación de las mujeres para beneficiarse y beneficiar al régimen” advierte, al tiempo que afirma que seguirán “en pie de lucha, dando la cara y nuestra energía al servicio de la igualdad, la justicia, la democracia y la libertad. ¡No nos han doblegado y no nos doblegarán ni hoy ni nunca!”.
Para Quirós, la creciente violencia hacia las mujeres ha sido también manipulada porque desde la Policía han querido forzar a las mujeres a negociar con mediación en situaciones de violencia y esto no ha terminado bien. “Ha sido una forma más de violentarlas, ha sido una forma más de someterlas a la voluntad de los hombres y especialmente a la voluntad del partido y del gobierno”, denuncia.
“Muchas de las mujeres asesinadas, golpeadas, violentadas en Nicaragua han tratado de poner las denuncias y en las comisaría de la mujer que ellos mismos hicieron desaparecer por casi 4 años no logran ninguna justicia, no logran que las protejan y no logran que entiendan cuál es la situación de violencia a la que son sometidas”, agregó.
En ese sentido, también señala que el régimen siguen liberando a violadores, a acosadores, a hombres violentos que terminan asesinando a las mujeres cuando reciben los adultos.
Dictadura promueve violencia hacia la mujer e impunidad
Para Ana Margarita Vijil, Nicaragua llega a este 8 de marzo con una situación de “marginación, de violencia y manipulación” de las mujeres por parte del régimen y todo ello en medio de la falsedad de que “ellos (los dictadores) están trabajando por la igualdad y por la libertad de las mujeres".
Vijil, quien estuvo en la cárcel y luego fue desterrada y desnacionalizada por su activismo feminista y político, sostiene que, desde que Ortega y Murillo llegaron al poder han querido callar las voces de quienes se les enfrentan y el movimiento de mujeres ha sido consecuente y beligerante.
“Hoy las mujeres nicaragüenses sufrimos violencia de distinta índole ocasionada por el régimen y sus secuaces, ni las leyes ni los funcionarios nos protegen. No hay instancias a las que acudir si sos víctima de violencia, y los homicidas terminan en libertad, o porque no los procesan o porque luego los indultan. No es de extrañar, siendo Daniel Ortega, personalmente una persona acusada de violar a su hijastra, que proteja a otros y les gantice impunidad”, expone la exrea política.
Por su parte, la periodista y defensora de derechos humanos, Wendy Quintero señala que en esta conmemoración por las mujeres debe insistirse en la liberación de las presas políticas de Nicaragua.
“La situación de las mujeres encarceladas por razones políticas en Nicaragua es alarmante y constituye una grave violación a sus derechos humanos. Actualmente son más de 47 personas presas políticas que hay en Nicaragua. De ellas siete son mujeres y de estas al menos cinco se encuentran en condición de desaparición forzada sin que sus familias tengan información sobre su estado de salud, las condiciones en que están detenidas o siquiera su paradero”, señala Quintero.
La defensora recuerda que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha demostrado un “ensañamiento particular” contra las mujeres, sometiéndolas a “tratos crueles, inhumanos y degradantes dentro de las cárceles”.
“Con esto lo que que denunciamos es que hay una violencia de género ejercida por el régimen Ortega-Murillo que se manifiesta precisamente en la represión sistemática contra defensoras de derechos humanos, periodistas, lideresas políticas y activistas feministas, quienes son criminalizadas por su labor y castigadas de manera ejemplarizante para generar miedo y silenciar cualquier disidencia”, denuncia Quintero.
En ese sentido, la activista y comunicadora señala que “el 8 de marzo en Nicaragua no es un día solo de conmemorar, sino de resistir y de denunciar. Las mujeres nicaragüenses seguimos luchando en medio de un estado que nos reprime y nos desprotege, pero que no ha logrado apagar nuestra determinación de exigir justicia, igualdad y libertad”, concluyó.