Murillo convoca “movilización” por el 8M mientras silencia y persigue al feminismo y crece la violencia machista en Nicaragua

Rosario Murillo, anunció una "movilización" en Nicaragua para conmemorar el Día internacional de la Mujer, este próximo 8 de marzo. Según dijo, el objetivo es reconocer el derecho de las mujeres; sin embargo, el país llega a esta efeméride con altas cifras de femicidios que el Estado no reconoce y con el movimiento feminista silenciado, a causa de la persecución política contra las defensoras, y el cierre masivo de oenegés especializadas en género.

A la grave situación de abandono que enfrentan las mujeres se suma la desaparición forzada de siete mujeres.

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En su comunicación, Murillo aseguró que el 8 de marzo será una celebración de la "revolución" y exaltó el papel de las mujeres como "guerreras del amor, guerreras de luz, de vida y de verdades verdaderas", destacando su participación en la familia, la comunidad y el Estado. No obstante, evitó referirse a las verdaderas reivindicaciones de los derechos de las mujeres, omitiendo cualquier mención a la creciente violencia machista, la falta de acceso a la justicia y el desmantelamiento de organizaciones que trabajaban por la defensa y protección de las mujeres Nicaragua.

La última vez que las mujeres marcharon en Nicaragua fue en marzo de 2018, año en el que estalló la crisis sociopolítica todavía sin resolver y que desató una cacería contra las organizaciones de la sociedad civil, entre ellas las que trabajaban por la defensa de los derechos de las mujeres.

Según Murillo, en Nicaragua existe equidad de género e igualdad de derechos. "Estanos preparándonos para celebrar en grande el 8 de marzo, derecho de mujer, equidad entre nosotros como seres humanos, todos que merecemos respeto y que merecemos el reconocimiento que tenemos gracias a la revolución”, insistió sin hacer referencia al reclamo de protección a la vida de las mujeres que lanzan las organizaciones feministas. 

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Según las defensoras, lejos de aportar a la protección de las mujeres realizan acciones que profundizan su vulnerabilidad ante la violencia, como la liberación masiva de reos comunes, entre ellos a abusadores sexuales y hombres con antecedentes de violencia machista que han aprovechado el beneficio del mal llamado perdón presidencial para matar a sus parejas o exparejas.