Los nicaragüenses en Costa Rica ganan un 35% menos que los trabajadores locales

Josué es un nicaragüense que, junto a su esposa y sus dos hijos de 7 y 9 años, llegó a Costa Rica en enero del año pasado en busca de refugio, tras ser alertado de que sería detenido por haber participado en las protestas antigubernamentales de 2018 y por colaborar activamente en la parroquia de su comunidad. Toda su vida se había dedicado a las labores del campo, pero en San José, una vez obtuvo el permiso laboral, consiguió empleo en la construcción con un salario de 1,700 colones por hora (3.40 dólares).

Él es uno de los miles de nicaragüenses que a pesar de trabajar de manera formal en Costa Rica ganan 35% menos que los trabajadores locales, aunque desempeñen la misma labor. Esta disparidad laboral fue revelada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el informe “Tendencias del Desplazamiento Forzado en Costa Rica: Logros del ACNUR 2024”. 

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“La población que nació en Nicaragua presenta menores salarios por hora que la población costarricense. El salario real por hora de una persona nicaragüense representa el 65% del salario por hora de una persona costarricense. Esta brecha (38% en 2023) es ampliamente explicada por características personales (25%) y por características del lugar de trabajo (10%). Esto significa que las personas de la misma edad, nivel educativo, sexo, sector laboral, entre otras características observables tienen salarios similares pero menores en el caso de los nicaragüenses”, indica el informe.

La desigualdad salarial que afecta a los migrantes nicaragüenses, gran parte solicitantes de refugio por persecución política, profundiza su vulnerabilidad, ya que el costo de la vida en Costa Rica es significativamente más alto que en Nicaragua. 

Josué, por ejemplo, trabaja jornadas de 10 horas diarias, y no logra reunir dinero para cubrir lo esencial. Explica que su salario es absorbido por las deducciones del Seguro Social, el costo de transporte y el alquiler de la vivienda. “Lo poco que me queda lo invierto en la comida”, dice con tono de angustia, ya que de momento su esposa no trabaja porque está al cuido de los menores.

“A ella le había salido un trabajo de empleada del hogar con dormida adentro para cuidar a una señora, le ofrecían 10 mil colones (20 dólares) por día, pero realmente eso no resulta porque la vida en este país es bien cara y si ella entra a trabajar, tendremos que pagar quien nos cuide a los niños y eso nos generará más gastos. Costa Rica es muy peligroso y no los podemos dejar solos”, añade.

Como los hijos del matrimonio estudian en una escuela pública cercana al apartamento donde viven, Josué reconoce que al menos tiene la tranquilidad que a diario les dan alimentación. "Eso es una gran ayuda porque no siempre tenemos para completar los tres tiempos", comparte.

Para un 58% de los hogares, sus ingresos dependen de actividades informales, 22% recibieron alimentos como regalo, 6% los compraron a crédito y 3% los recibieron de organismos humanitarios, según el informe.

Brechas identificadas por el ACNUR

El estudio identifica dos factores principales que explican la brecha salarial por nacionalidad: las características personales (25%) y las condiciones del lugar de trabajo (10%).

Este organismo identificó como características personales, cuando los trabajadores nicaragüenses poseen atributos similares a sus pares costarricenses —como edad, nivel educativo, sexo y sector laboral—, sus ingresos siguen siendo entre un 3% y un 14% inferiores.

Como condiciones del lugar de trabajo, el ACNUR describe una serie de factores que abarcan aspectos como el tipo y tamaño de la empresa, así como la ubicación geográfica del empleo.

Los nicaragüenses están sobre representados en sectores de bajos salarios y en trabajos informales, lo que contribuye significativamente a la disparidad de ingresos. En el cuarto trimestre de 2023, la diferencia salarial fue de 843 colones por hora (1.67 dólares). Los costarricenses ganan en promedio 2,413 colones (4.79 dólares) por hora, mientras que los nicaragüenses perciben solo 1,570 colones (3.12 dólares).

El informe también destaca que la llegada de la pandemia del Covid19 generó mayor pobreza en los hogares de nicaragüenses, en comparación con los hogares de los costarricenses.

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Para las personas en edad de estudiar, es decir, entre los 4 y 24 años, la asistencia a la educación formal es mayor dentro de la población costarricense que en la población nicaragüense.

La brecha en las personas entre 12 y 18 años (equivalente a secundaria) es de 20 puntos porcentuales: 92% de las personas costarricenses en esa edad asisten en algún centro formal comparado a solamente 72% para la población nicaragüense.

Para quienes no asisten a la educación formal, las principales justificaciones son motivos laborales, principalmente para los hombres nicaragüenses y motivos de cuido, para las mujeres.