¿Cómo afectará la quiebra del INSS a los afiliados? Estos son los escenarios

El régimen está obligado a emprender reformas al INSS para que pueda cumplir con sus obligaciones. Todas las opciones llevan a sangrar aún más el bolsillo de los trabajadores.

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El régimen sandinista quebró el INSS desde 2021, cuando agotó todas sus reservas financieras, dice el FMI. Foto: tomada de Internet.
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • febrero 14, 2025
  • 10:00 AM

El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) está quebrado y apenas sobrevive con las transferencias y donaciones de propiedades confiscadas que le hace el Gobierno Central. Si no se hacen reformas efectivas, para el año 2028 la situación será insostenible, advirtió en su último informe sobre Nicaragua el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

Ortega recibió el INSS con superávit de parte del fallecido presidente Enrique Bolaños en el año 2007, es decir, con más ingresos que gastos. En menos de una década, el dictador hizo entrar al sistema en una profunda crisis de la que hasta ahora no ha podido salir, al punto de quebrarlo. 

Las reservas financieras del INSS se agotaron a finales de 2021, de tal manera que, para el año siguiente las reservas líquidas estaban en números rojos, con -5.3 millones de dólares.  

Esto quiere decir, que la entidad encargada de recaudar las cotizaciones de los trabajadores y pagar las pensiones de los jubilados ya había gastado más de cinco millones de dólares que no tenía.

La crisis del INSS empezó antes de abril de 2018. En el año 2013, durante el segundo periodo de Daniel Ortega, los gastos de la institución empezaron a ser superiores a los ingresos.

Los cotizantes pagarán por mala administración orteguista  

El economista Juan Sebastián Chamorro dice que la crisis del INSS es “extremadamente grave” porque la institución está en “quiebra técnica”. 

El régimen tras provocar la quiebra del sistema de seguridad social, ahora queda con muy pocas opciones para rescatarlo y todas son “muy dolorosas” para los cotizantes. Inevitablemente, habrá reformas.

Chamorro, quien cuenta con un doctorado en Economía, señala las opciones que le quedan al régimen. En primer lugar, advierte que van seguir aumentando los aportes del Gobierno Central (cuyo dinero sale de los impuestos de todos los nicaragüenses), lo que lo obligaría a afectar programas de inversión pública y gastos sociales.

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Otra opción sería aumentar aún la tasa de cotización, que ya es una de las más altas de América Latina, en caso contrario, disminuir beneficios eliminando cobertura al seguro médico facultativo, invalidez y muerte, y las pensiones. 

“Realmente la situación no luce para nada prometedora para los que están en el sistema de seguridad social, porque al aumentar el déficit, al aumentar la situación de quiebra, sólo pueden tomar medidas que son sumamente dolorosas para los cotizantes”, explica Chamorro. 

Otras medidas podrían ser aumentar la edad de jubilación en cinco años y que los cotizantes tengan que trabajar más; o disminuir pensiones que son básicamente de miseria.

Las fallidas reformas de 2018 y las impuestas en 2019 

En abril de 2018, el régimen anunció nuevas reformas a la seguridad social para tratar de solventar la crisis. A través de un polémico decreto se aumentaba en cinco años la edad de jubilación y subía el aporte de empleadores y trabajadores. Esta imposición desató unas protestas masivas que desencadenaron una demanda generalizada de cambios democráticos y la salida de Ortega del poder.

El régimen retiró el decreto cinco días después de iniciadas las protestas, pero las manifestaciones continuaron. Finalmente, a través de la represión que dejó más de 350 muertos y centenares de miles de exiliados, el régimen recuperó el control de las calles y al año siguiente impuso su reforma aún más severa que la planteada inicialmente. 

Las empresas o empleadores pasaron de aportar el 19% del salario bruto al 22.5%; los trabajadores fueron obligados a aportar el 7% cuando antes aportaban el 6.25 % de su salario. 

Además, se cambió la fórmula para el cálculo de las pensiones, pues los jubilados ya no recibirían el 80% de sus salarios, sino un 70%, en el caso de que tuvieran las cotizaciones completas. 

Se viene otra reforma 

El FMI advierte que las transferencias del Gobierno Central al INSS para tratar de mantenerlo a flote no son una garantía de sobrevivencia a largo plazo. 

La tasa de dependencia seguirá presionando al sistema de seguridad social, por lo que “se requerirá cada vez de mayores transferencias continuas para cubrir el déficit del INSS”. 

Debido a esa profunda crisis del seguro social y su creciente dependencia del Gobierno Central, según las previsiones del FMI, el régimen tendrá que trasladar “alrededor del 2,5 por ciento del Producto Interno Bruto durante los próximos cinco años para tratar de mantener a flote una institución que el mismo régimen quebró. 

En medio de ese caos financiero, según el informe del organismo internacional, la dictadura está buscando de manera rápida cómo “consensuar” otra reforma al sistema de seguro social en medio de una caída en la cantidad de afiliados.

El informe emitido por el Fondo Monetario Internacional no deja dudas de quién quebró al seguro social: “la situación financiera del INSS se ha debilitado en los últimos doce años”. Daniel Ortega y Rosario Murillo llevan 18 años en el poder y están en su cuarto periodo consecutivo ahora como “copresidentes”. 

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