Furioso reclamo de la dictadura al Vaticano por entrevista a monseñor Álvarez y su cargo como obispo de Matagalpa
La dictadura calificó de agravio e insulto a la soberanía de Nicaragua que Roma respalde a monseñor Álvarez y lo mantenga como cabeza de la Iglesia de Matagalpa.
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- Managua, Nicaragua
- febrero 09, 2025
- 01:40 PM
- Despacho 505
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La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo arremetió nuevamente contra el Vaticano por respaldar a los jerarcas católicos a los que ha forzado al exilio, desterrado o expulsado de Nicaragua. Los tildó de "apátridas, destructivos, ambiciosos e irredentos". Además, rechazó lo que considera una "pretendida imposición" de Roma de estas figuras como autoridades, asegurando que "nadie reconoce ni reconocerá" su legitimidad en el país.
La ira de la dictadura fue desatada por la entrevista que monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, concendió al medio católico Eternal Word Television Network (EWTN), afín de la igledia, en la que habló por primera vez sobre el presidio político al que fue sometido en Nicaragua.
En el pronunciamiento difundido este domingo, la dictadura acusó a la Santa de Sede de irrespetuosa, injerencista y de violentar las leyes nacionales por permitir que desde los medios de comunicación que le pertenecen se divulguen declaraciones que a su juicio, "constituyen un agravio y un insulto a la soberanía y dignidad del Estado nicaragüense".
Ortega y Murillo, protestan especialmente a Roma por mantener dentro de la jerarquía de la Iglesia católica en Nicaragua a "personas apátridas, destructivas, ambiciosas e irredentas" en alusion a líderes católicos a los que ha desterrado, sin mencionar sus nombres y refiriéndose a ellos siempre en plural.
En la entrevista a EWTN, monseñor Álvarez dejó claro que sigue siendo el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí. “Así será hasta que Dios quiera”, afirmó.
Desde El Carmen, la residencia y despacho de los codictadores de Nicaragua, la reafirmación del obispo como guía espiritual de estas importantes diócesis fue interpretada como un desafío del Vaticano.
"Sin ninguna autoridad política supranacional, el Estado Vaticano pretende disponer sobre cargos y poderes que otorgan, en Nicaragua, a personas que dejaron de ser nicaragüenses, por conductas impropias e intolerables de promoción de crímenes, políticamente instigados, así como constantes llamados a romper la paz, con todo tipo de violencia, falsedades y planificadas calumnias, infringiendo angustias, sufrimiento y dolor, a las familias de nuestro país", reprochan en términos prepotentes y ofensivos en el documento titulado "Luz y Verdad" emitido desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Sin guardar las formas diplomáticas, Managua señala al Vaticano de tener historial de "inclinaciones y prácticas abominables, perversas e inhumanas" alineadas con las monarquías colonialistas. Aseguran que, bajo el pretexto de la fe fue responsable de la destrucción de pueblos y culturas enteras, utilizando violencia y conquista para robar los patrimonios materiales y espirituales de los pueblos originarios, sostenido su poder y riqueza en crímenes de lesa humanidad.
Asimismo, calificaron al Vaticano de "depravado y pedófilo" y de cómplice de "fuerzas de oscuridad, barbarie y genocidio". "A nombre de todos los mártires, de todos los muertos que las prácticas innobles del Estado Vaticano, han generado en el mundo entero, exigimos respeto a la vida, a la armonía, a la conciencia alzada, y a la sacrosanta espiritualidad propia, activa, creativa y beligerante de un pueblo que ni se vende, ni se rinde, jamás!", exigen.
Llama falsarios, fariseos y profetas del vacío a jerarcas
En el extenso texto la dictadura tilda de "falsarios, fariseos y profetas del vacío" a los religiosos víctimas de sus políticas represivas. Defiende que estos jerarcas han incurrido en "conductas ilícitas e inapropiadas" que no difieren de "comportamientos y prácticas derivadas de ideologías fascistas y pro-imperialistas", las cuales "no serán admitidas, aceptadas ni aplaudidas en Nicaragua", amenaza.
Bajo ese argumento, el régimen expresó su "más enérgica protesta" contra el respaldo del Vaticano los líderes católicos a quienes calificó de "apátridas, destructivos, ambiciosos e irredentos". Además de monseñor Álvarez, conservan sus cargos en la jerarquía católica nicaragüense monseños Silvio Báez, como arzobispo de Managua; y monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicatagua.
Monseñor Rolando Álvarez es una de las figuras con mayor simpatía entre la población nicaragüense, algo que se ganó por ser un pastor cercano y comprometido con los problemas de los más vulnerables y su actitud crítica al abuso del poder desde sus ditintos matices. En el contexto de la represión ordenada por Ortega y Murillo en el año 2018, que según organismos internacionales de derechos humanos dejó al menos 355 crímenes que continúa impunes, no dudó en colocarse del lado del pueblo. Participó como mediador y garante en el fallido diálogo para buscar una salida pacífica a la crisis, se movilizó a los frentes de ataque para evitar derramamiento de sangre y usó el púlpito para condenar de manera enérgica la violencia, crímenes y graves abusos de los derechos humanos. Fue silenciado con cárcel y desde su destierro había guardado un prudente silencio.
Monseñor Álvarez, desterrado a Roma en enero de 2024 tras permanecer 15 meses como prisionero político aislado y sometido a condiciones inhumanas, aclaró que no se considera "exiliado" y que se siente en "en liberad en la diáspora".
Eso explica la iracunda nota de protesta a Roma enviada por Managua en la que condena las "conductas inadmisibles de personas que desde tronos ególatras, con disfraces y máscaras de benevolencia y farisaico misticismo, continúan agrediendo al pueblo nicaragüense.
La dictadura llega al extremo de ver una amenaza al poder absoluto que ostenta. Detras de las declaraciones del religioso encuentra una "pretensión de poder político, ridícula, insolente e indecente, por ocultar tras ropajes fantasmagóricos, y pretensión absurda, al fin, por basarse en arbitrariedades, falsificaciones, afán de sometimiento y violación de todos los derechos".
"Sus adefesios y esperpentos, disfrazados de pastores, ni volverán, ni pasarán"
Además tildan a los sacerdotes de "falsos profetas y mercaderes" que desde "púlpitos y tronos vacíos" desconocen las enseñanzas de Cristo sobre el amor y la concordia.
El mensaje también cuestiona la autoridad del Estado Vaticano para designar cargos dentro de la Iglesia en Nicaragua, afirmando que sus nombramientos no tienen validez en un "territorio soberano y digno". Además, sostiene que las acciones de los líderes religiosos son "inadmisibles y anti-cristianas" y que "merecen" la condena de los familias nicaragüenses.
La misiva enfatiza que toda conducta "jurídicamente inadmisible, ilícita e ilegal" atenta contra "la dignidad, decoro y libertades" del pueblo nicaragüense, que —según el régimen— vive bajo "las leyes humanas y, sobre todo, según los principios, valores y prácticas del cristianismo verdadero". Con este nuevo ataque, reforza su confrontación con la Iglesia católica.
Remata la nota con la sentencia: "Sepan, señores, que sus inmorales adefesios y esperpentos, disfrazados de Pastores, aquí ni volverán, ni pasarán!".