En Nicaragua los estudiantes aprueban el año sin aprender, el 20% está condenado al fracaso

La implementación de políticas como la promoción automática prioriza estadísticas de retención y matrícula sobre la adquisición real de conocimientos, dejando a muchos estudiantes con una preparación insuficiente para avanzar académicamente o ingresar al mercado laboral

Año escolar en Nicaragua.
Regreso a clases en medio de cuestionamientos por mala calidad educativa y creciente analfabetismo.
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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • enero 28, 2025
  • 12:00 AM

El Ministerio de Educación de Nicaragua inició el año escolar 2025 con una matrícula de casi dos millones de estudiantes. La cantidad de alumnos integrados al sistema nacional es un 1% superior a la meta propuesta. Sin embargo, las autoridades del país continúan sin atender las deficiencias en la política educativa que limitan el desarrollo de competencias clave en los estudiantes.

Un informe reciente del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), titulado “El comprometido futuro de Nicaragua: desafíos en la educación de las juventudes”, advierte que el país se debate en una grave crisis educativa derivada de la mala calidad en la enseñanza. 

A eso añade el alto nivel de deserción escolar y un analfabetismo que supera el 21%. Son factores que comprometen seriamente el futuro de toda una generación de estudiantes y, con ello, limita las posibilidades de desarrollo del país.

Calidad de la enseñanza, la más baja de América Latina

A pesar de que Nicaragua reporta mejoras en cobertura de matrícula y en tasa de repitencia, las evaluaciones de referencia internacionales realizadas por la Unesco demuestran graves deficiencias en el aprendizaje. Las pruebas ERCE 2019 (Estudio Regional Comparativo y Explicativo), que miden competencias en estudiantes de 3º y 6º grado de primaria en disciplinas clave, posicionaron a Nicaragua con los resultados más bajos en todas las áreas evaluadas a nivel de Latinonamérica.

Según el CETCAM, estos progresos en cobertura no se traducen en mejoras significativas en la calidad educativa, pues los del ERCE 2019 revelan limitacioness para desarrollar competencias básicas en los estudiantes, como la comprensión lectora: 79 de cada 100 menores de 10 años en Nicaragua no puede comprender un texto, según el Informe de la Pobreza de Aprendizaje 2024 publicado este lunes por la Unesco y el Banco Mundial. 

“El 97% de los estudiantes no alcanzaron el umbral mínimo en Matemáticas; el 95% no lo alcanzó en Ciencias, y el 87% no lo alcanzó en Lectura”, destaca el estudio.

La explicación a esto se encuentra en la Estrategia Nacional de Educación 2024-2026 de Nicaragua que apuesta por un cambio en el sistema de evaluación que prioriza cifras sobre calidad. Esta estrategia ha promovido prácticas cuestionables, como valorar el desempeño de centros educativos y docentes únicamente con base en tasas de matrícula, retención y promoción de estudiantes, dejando de lado si realmente se alcanzan los aprendizajes mínimos requeridos en cada nivel académico, apunta el estudio.

Parte de esto es el fomento de la "promoción automática" en los colegios, donde estudiantes avanzan de año sin haber adquirido los conocimientos básicos necesarios. Este enfoque parece estar motivado por criterios presupuestarios: los centros educativos con más alumnos matriculados reciben mayores asignaciones presupuestarias, lo que crea incentivos para inflar estadísticas en detrimento de la calidad educativa.

La situación, advierten analista, limita el desarrollo de os estándares académicos y la preparación de los estudiantes para enfrentar niveles educativos superiores o el mercado laboral. 

Con la implementación de esta política, Nicaragua enfrenta el reto de equilibrar la ampliación del acceso a la educación con la mejora de su calidad.

LEA: El Mined mantiene deficiencias en la Estrategia Nacional de Educación tras "consulta" con 400 mil personas

Otro aspecto que afecta la calidad en la enseñanza, según el estudio, es la falta de acceso a tecnología en los centros educativos. De los cerca de 10 mil colegios reportados por el Mined a nivel nacional, solo 638 tienen equipos tecnológicos.

A esto se suma el creciente proselitismo político que se practica en todos los centros educativos del país en todos los niveles. A los alumnos se les inculca más culto a la personalidad de Daniel Ortega y Rosario Murillo y a efemérides sandinistas que el desarrollo de las competencias básicas.

Alta deserción escolar

El CETCAM también pone en relevancia el alto riesgo de abandono abandono escolar. Este año el Ministerio de Educación celebra la inscripción de 1.8 millones de estudiantes. Sin embargo,  al menos el 20% de los estudiantes de Primaria  están condenados al fracaso.

En el caso de la educación Secundaria, según el estudio, el 45 % de los matriculados abandonará las escuelas antes de bachillerarse, “lo que significa que tendrán limitadas sus oportunidades de desarrollar habilidades y capacidades asociadas a la formación del capital humano en ese periodo de vida”, advierte el CETCAM.

El organismo subraya del riesgo que representa la deserción escolar para el desarrollo del país, tomando en cuenta que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Mundial estiman que son necesarios, al menos, 12 años de escolaridad para que la personas avancen en sus procesos de desarrollo humano. Nicaragua, bajo la administración Ortega-Murillo, estaría quedando rezagada.

Analfabetismo

Otro problema país en materia educativa es el analfabetismo. Las autoridades compententes no mencionan informan al respecto, pero existe evidencia de un creciente analfabetismo, principalmente entre niños y jóvenes.

El Banco Central de Nicaragua (BCN), en su informe “Nicaragua en Cifras”, reconoce que para el 2023 el analfabetismo y analfabetismo funcional en el país alcanzaba el 21.2%, lo que afecta principalmente a la población nicaragüense mayor de 10 años.

"En Nicaragua la población adolescente entre 13 y 14 años se aproxima a la cantidad de años de estudio adecuada para su edad, que es de 6 y 7 años, pero a partir de los 15 años de edad, se ensanchan las brechas entre los años de estudios alcanzados y los años de escolaridad esperados", apunta el estudio del CETCAM.

Educación técnica subvalorada

En tanto, CETCAM advierte que la educación técnica, lejos de ser reforzada para transformar las capacidades y cualificación de la fuerza laboral del país, está siendo relegada.

El organismo revela que “menos del 3 % de la Población Económicamente Activa (PEA) tiene nivel técnico y se destina poco presupuesto estatal a este subsistema”.

Para el 2022, la matrícula en este nivel educativo fue de apenas 45 mil 252 estudiantes, “lejanamente menor que la universitaria”, advierte la organización y explica que esto se debe a la “subvaloración cultural e institucional con que se ve a la Educación Técnica y de Formación Profesional (ETFP).

Otro factor que afecta seriamente a la Educación Técnica es que la cobertura de la oferta para jóvenes es baja y presenta un “sesgo a favor de las áreas urbanas”, esto significa que las carreras técnicas tienen perfil para las ciudades y zonas urbanas pero no para el campo.

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