La Orden de los Carmelitas Descalzos se va de Nicaragua

La orden abandona Nicaragua tras más de 50 años de servicio, entregando la Parroquia Nuestra Señora del Carmen a la Arquidiócesis de Managua.

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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • enero 23, 2025
  • 05:24 PM

Tras más de cincuenta años de servicio pastoral en Nicaragua, la orden religiosa de los Frailes Carmelitas Descalzos confirmó su salida del país.

"Es un destierro", denunció la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, quien ha documentado la persecución a la Iglesia católica en Nicaragua, desde el año 2018. La salida de la orden religiosa fue anunciada en la Provincia Nuestra Señora de Guadalupe, en El Salvador, donde tienen su sede.

A su salida, los frailes entregaron a la Arquidiócesis de Managua la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, ubicada Managua, agradeciendo a la comunidad “por el camino de fe recorrido juntos”. 

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En un mensaje dirigido a los feligreses, los frailes expresaron su gratitud por la oportunidad de haber compartido la devoción mariana y el fortalecimiento de la fe eucarística con la comunidad parroquial.

“Presentamos nuestra oración de acción de gracias a Dios por el regalo de haber hecho camino de fe con tantos feligreses, de haber celebrado la alegría de la devoción mariana y la profundización en la vivencia de la fe eucarística”, señalaron.

Asimismo, agradecieron a al cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, a los sacerdotes y a la Arquidiócesis de Managua por su acompañamiento durante el tiempo de servicio en el país. 

Los frailes destacaron su labor en la promoción de la oración y la espiritualidad. También expresaron su esperanza de regresar a la parroquia en el futuro, para continuar su misión pastoral.

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Iglesia católica perseguida en Nicaragua

Desde el año 2018, la Iglesia católica en Nicaragua ha estado enfrentando una creciente persecución por parte de la dictadura de Daniel Ortega. Las tensiones entre la Iglesia y el régimen se intensificaron durante las protestas sociales de ese año, en las que la Iglesia se mostró como un espacio de refugio para los manifestantes.

Obispos y sacerdotes han sido objeto de acoso, amenazas, expulsiones y exilio forzado. Las autoridades también han acusado a la Iglesia de ser cómplice de las protestas, lo que ha provocado un ambiente de hostilidad hacia la institución religiosa. A principios de este año, la Diócesis de Danlí, en Honduras, acogió a cuatro sacerdotes nicaragüenses que habían sido desterrados y perseguidos por hacer comentarios en contra del régimen Ortega-Murillo. 

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