Nicaragua es el país que menos invierte en educación en Centroamérica, revela informe

La inversión en la educación en Nicaragua es la peor de Centroamérica, según un informe del foro "Educación y desarrollo: desafíos de las juventudes nicaragüenses," realizado por la Iniciativa Puentes por los Estudiantes (IPEN) y el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).

De acuerdo al informe, Nicaragua invierte 489 millones de dólares (18 mil millones de córdobas) para la educación, muy por debajo de países como Costa Rica que aprobó un presupuesto de 5 mil 190 millones de dólares (2,61 billones de colones costarricenses), Guatemala 3 mil 310 millones de dólares (25,530 millones de quetzales), y en El Salvador 1 mil 535 millones de dólares.

En cuanto a la calidad educativa, el informe destaca que, aunque las generaciones actuales tienen mayor acceso a la educación básica, no han experimentado mejoras en la calidad ni tienen garantizada la continuidad académica. Este déficit educativo representa un obstáculo crítico para el desarrollo nacional y pone en evidencia la necesidad de reformar el sistema no solo en términos de acceso, sino también en su efectividad y formación integral.

Durante la presentación, la socióloga e investigadora Elvira Cuadra expresó que en Nicaragua no existe libertad de cátedra, y tanto docentes como estudiantes están limitados en su capacidad de expresarse, incluso fuera del entorno académico.

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El CETCAM subrayó que el sistema educativo del país enfrenta retos significativos que deben superarse para promover el desarrollo humano de las juventudes. Entre las prioridadesç se mencionó la necesidad de ampliar el acceso equitativo a la educación mediante un sistema que ofrezca más diversidad de programas, fomente la demanda y adopte modalidades flexibles que reflejen la realidad de los jóvenes nicaragüenses.

Reorganización del sistema educativo y fortalecimiento de la educación técnica

La educación técnica, en particular, carece de la solidez necesaria para satisfacer la creciente demanda laboral de los jóvenes. Por ello, es imprescindible fortalecer esta área para ofrecerles oportunidades que estén alineadas con las necesidades del mercado.

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Asimismo, el informe destacó la urgencia de reorganizar estructuralmente el sistema educativo eliminando influencias partidistas y restituyendo la autonomía universitaria como base para garantizar un entorno académico libre e independiente.

El CETCAM señaló la importancia de crear condiciones que permitan el retorno de jóvenes en formación y la reinserción de profesionales en el país, asegurando así un aprovechamiento efectivo del bono demográfico y contribuyendo a romper el ciclo de pobreza que amenaza el futuro de Nicaragua.

Barreras educativas para estudiantes migrantes

El estudio hace una radiografía de los problemas que enfrentan los estudiantes nicaragüenses en el exilio para continuar sus estudios universitarios, que incluye una serie de trámites administrativos de los que no tienen acceso.

Marco Aurelio Peña, de IPEN, expresó que entre las múltiples dificultades que enfrentan los jóvenes nicaragüenses migrantes, particularmente en países como Costa Rica, destacan los complicados procesos de homologación y apostillado, que dificultan el acceso a la educación superior. Peña instó a simplificar y flexibilizar estos trámites, lo cual facilitaría una integración más efectiva de los estudiantes en los sistemas educativos extranjeros.

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El desconocimiento de los procesos de admisión y las becas disponibles limita significativamente las oportunidades para los jóvenes migrantes. Para abordar este problema, recomiendan fortalecer la difusión de información y proporcionar orientación clara que permita a los estudiantes tomar decisiones informadas sobre su educación.

El informe también destacó que las barreras económicas representan un obstáculo crítico para la continuidad educativa de los migrantes. Peña propuso ampliar las becas y los apoyos financieros dirigidos a este grupo, asegurando que los estudiantes no queden excluidos por razones económicas. Además, mencionó la necesidad de implementar políticas inclusivas en las universidades de los países receptores, fomentando un ambiente educativo más accesible y diverso.

Asimismo, subrayó la importancia de la colaboración entre universidades, gobiernos y organizaciones, indicando que el trabajo conjunto es esencial para desarrollar políticas educativas integrales y programas específicos que atiendan las necesidades de los jóvenes migrantes.