Régimen Sandinista confisca centro de retiros religiosos La Cartuja en Matagalpa
Policías armados ingresaron violentamente a La Cartuja para confiscar la propiedad que pertenece a la Diócesis de Matagalpa, que dirige el obispo Monseñor Rolando Álvarez.
El régimen sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo confiscó el centro de retiro La Cartuja, propiedad de la Diócesis de Matagalpa, como parte de la persecución sistemática contra la Iglesia católica en el país.
La Cartuja era dirigido por el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, desterrado a Roma por la dictadura sandinista el 14 de enero de 2024, confinado a en una celda de máxima seguridad en la cárcel La Modelo, después que rechazó ser desterrado a Estados Unidos en febrero del 2023.
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La toma del recinto religioso ocurrió cuando policías y paramilitares ingresaron al lugar y sacaron por la fuerza a un grupo de fieles que se encontraba participando en un retiro espiritual. Varias fuentes, incluidas testimonios directos, confirmaron los hechos.
El operativo, realizado con violencia y bajo un fuerte despliegue policial, evidencia la creciente hostilidad del régimen contra la iglesia católica que ha intensificado sus ataques, acusándola de conspiración y calificando a sus líderes como traidores al régimen.
DESPACHO 505 consultó con un colaborador cercano de monseñor Álvarez, pero dijo desconocer los detalles de la toma.
La Cartuja, un centro espiritual
La Cartuja es un centro emblemático para la vida espiritual de los católicos de Matagalpa, que se suma a la lista de propiedades religiosas confiscadas por el régimen. Este acto se interpreta como un nuevo intento de silenciar cualquier voz que desafíe las políticas autoritarias de la dictadura Ortega-Murillo.
En junio del 2018, paramilitares encapuchados y armados con machetes ingresaron violentamente a La Cartuja para saquear e intimidar al personal de seguridad que se encontraban en el lugar. La iglesia no contabilizó los daños materiales.
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El obispo Rolando Álvarez, reconocido por su defensa de los derechos humanos y su postura crítica frente a las violaciones del régimen, se encuentra exiliado en Roma, tras su condena a más de 26 años de prisión por traición a la patria, difusión de noticias falsas y por promover grupos contra el régimen. Su destierro marcó un punto crítico en la relación entre el régimen sandinista y la Iglesia.
Organismos internacionales han condenado estos actos y exigen el respeto a la libertad religiosa en Nicaragua, mientras el régimen sigue intensificando su control sobre las instituciones y sectores que defienden los derechos fundamentales.
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