El miedo a "quedar en la calle" sume en la desesperación a desterrados rechazados por Estados Unidos

Pedro José Gutiérrez González purgó prisión política desde julio de 2018 hasta diciembre de 2019. Fue recapturado el 12 de febrero de 2023, un día después de salir con rosario en mano a exigir la libertad para monseñor Rolando Álvarez desde una avenida de la capital, Managua. No volvió a respirar tranquilo hasta que junto a otros 134 prisioneros políticos fue desterrado a Guatemala, en septiembre del año pasado. 

En ese país, este ingeniero industrial de 43 años de edad, quien perdió la pierna derecha y el dedo gordo del pie izquierdo por una descarga eléctrica que recibió accidentalmente en el año 2011, abrazó la esperanza de reconstruir vida junto a su familia en un país seguro. El anhelo se le desipó el pasado 9 de enero, cuando recibió la negativa a su solicitud de reasentamiento a los Estados Unidos bajo el programa Movilidad Segura.

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Desde entonces, cada día crece en él la angustia por un futuro incierto. Teme quedar desamparado en un país donde no tiene un estatus migratorio regular ni ve oportunidades de inserción social.  "Me siento contra la pared", dice a DESPACHO 505.

Gutiérrez es parte de los al menos 38 excarcelados nicaragüenses que fueron a desterrados a Guatemala que fueron declarados no elegibles para reasentaminto a Estados Unidos. Todos ellos fueron notificados de que el próximo 31 de enero, la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dejará de apoyarlos con el pago de los hoteles donde fueron hospedados. Eso significa que para esa fecha tendrán que asumir su sobrevivencia.

Ante esta situación, el grupo de denegados lanzó un pedido de ayuda al Gobierno de España para agilizar la concesión de nacionalidad que ese país ofrece a las víctimas de apatridia de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo y poder reasentarse en ese país.

“Queremos solicitarles a las autoridades de la Unión Europea, principalmente a las autoridades españolas que nos ayuden a agilizar el trámite para tomar la ciudadanía española. Nosotros no habíamos aplicado porque teníamos el trámite de la Movilidad Segura y estábamos esperando que nos resolvieran”, expresó Gutiérrez.

Solicitan ayuda a España

En condición similar se encuentra doña Nelly López García, integrante de la Asociación Madres de Abril (AMA) y tía de Erick Antonio Jiménez, asesinado en 2018 en Masaya, cuyo cadáver ella misma tuvo que recoger.

Fue encarcelada en abril de 2023 y durante el tiempo que estuvo recluida en el Distrito Tres de Managua, no tuvo acceso a visitas familiares y fue sometida a constantes interrogatorios desde por más de 60 días.

López fue detenida el 15 de abril de 2022, junto a su esposo y cuñado, después de que un grupo de policías llegó a buscarla a su casa en Masaya, y se los llevaron sin dar explicaciones. Durante la detención estaban presentes sus dos hijas, una de ellas menor de edad, quienes a partir de ese momento quedaron a cargo de dos adultos mayores.

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Al ser declarada “no elegible” para ingresar a Estados Unidos bajo el programa implementado por el Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), López también pide por una oportunidad para trasladarse a España.

“Nosotros no nos queremos quedar en Guatemala y es por esa razón que queremos pedirle a las organizaciones internacionales que nos apoyen para salir para España, que nos apoyen con el pasaje y seguir nuestro proceso allá”, clama.

Según los afectados, en Guatemala ninguno de estos excarcelados ha podido encontrar un empleo porque su condición migratoria no ha sido regularizada y de no resolver un reasentamiento pronto están en riesgo de quedar en situación de calle.

Futuro incierto

Juan Carlos Baquedano quien forma parte de los adultos mayores excarcelados, también teme por su futuro, porque la ayuda humanitaria se acaba en los próximos días y al igual que el resto, tendrá que desalojar el hotel.

“Hemos sido notificados que tenemos apoyo hasta el 31 de enero y después seremos abandonados a nuestra suerte, ahorita lo único que sabemos es que nuestro futuro es incierto porque se nos ha negado la entrada a Estados Unidos porque se nos acusa de causas que no conocemos. Sabemos que han revivido algunas de los delitos en el cual nos acusaron en Nicaragua”, relató Baquedano.

Baquedano fue recapturado el 2 de agosto de 2023 en Jinotega, después de regresar a Nicaragua el 31 de julio de México, país donde se había exiliado. El 1 de agosto, Baquedano realizó varias gestiones administrativas con normalidad, pero la Policía apareció en su vivienda en Jinotega, a eso de la 1:00 p. m., y sin orden judicial le dijeron que debía acompañarlos.

“Queremos que tomen en cuenta la necesidad que estamos pasando todos los excarcelados políticos aquí, sobre todo las personas que tienen niños y a las personas de la tercera edad, pedimos que por favor no haga caso omiso a lo que estamos pidiendo”, añade por su parte Pedro Gutiérrez.

Entre los denegados se encuentran varios adultos mayores, quienes requieren chequeos médicos para atender los padecimientos crónicos que poseen.

“Queremos que nos ayuden y lleven nuestra voz a las instancias correspondientes. Estamos en condición de precariedad”, refuerza Pedro Arteaga.

Graves afectaciones sicológicas: tristeza profunda, crisis de angustia y ansiedad

Un estudio revela que los excarcelados políticos desterrados a Guatemala padecen graves afectaciones sicológicas: estrés postraumático, tristeza profunda, estados de hipervigilancia, crisis de angustia, ansiedad, labilidad afectiva. Este cuadro se ha agravado en casos a los que les ha llegado la negativa de admision al programa Movilidad Segura, concluye el equipo forense de la Unidad de Defensa Jurídica que los ha atendido.

Las secuelas en la salud mental de los encarcelados son cosecuencia de una práctica generalizada de tortura blanca, señalan expertos. Entre los métodos de tortura a los que fueron sometidos identifican la privación de alimentos y atención médica;  el aislamiento, los actos de intimidación nocturna para interrumpirles el sueño: así como los insultos y la provisión de agua contaminada, que salía con lodo o extremadamente caliente.

"Algunos excarcelados estaban tan afectados psicológicamente que tuvieron que dormir en el piso de los hoteles durante varios días, ya que no podían conciliar el sueño en una cama. Gran parte de los excarcelados expresaron ardor en los ojos, pues no estaban acostumbrados a estar expuestos al aire libre y al sol. La mayoría tiene demasiada desconfianza aún estando en Guatemala, lo cual demuestra el terror de volver a sufrir represalias", expone el reporte de UDJ realizado a partir de una serie de sesiones.

Según el informe, algunos familiares de excarcelados también afectaciones psicológicas, algunas asociadas a constantes actos intimidatorios en sus propias viviendas por parte de agentes policiales.

“Se han registrado casos donde la Policía ha seguido dándole vigilancia a los familiares, incluso llegando a su casa (alquilada, que no es de su propiedad) para tomarles fotos y hasta para preguntarles cuántas personas viven en su casa”, anotó el organismo.

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A la carga emocional derivada del proceso que han pasado se añade la presión del rechazo para el reasentamiento. Según UDJ el rechazo "suma un mayor estrés para estas personas cuya nacionalidad también les fue despojadas y están en la vulnerable situación de apatridia".

El organismo recuerda que gran parte de los 135 desterrados a Guatemala provienen de familias de escasos recursos y se les ha hecho difícil asumir el destierro.