El terremoto de 1972: 30 segundos que marcaron para siempre a Managua
El terremoto dejó al menos 19,320 muertos, unos 20,000 heridos y 280 mil damnificados, el sismo se registró en el lago Xolotlán, a 2 kilómetros al noreste de la Planta Eléctrica Managua en la falla de Tiscapa.
- Managua, Nicaragua
- December 23, 2024
- 04:00 PM
- Despacho 505
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La madrugada del sábado 23 de diciembre de 1972 quedó grabada como una de las mayores tragedias en la historia de Nicaragua. A las 12:35 a. m., un terremoto de 6.2 grados en la escala de Richter sacudió Managua con una fuerza devastadora. Bastaron 30 segundos para que la capital del entonces "granero de Centroamérica" colapsara, dejando un saldo trágico de al menos 19,320 muertos, unos 20,000 heridos y 280,000 damnificados, según los reportes oficiales de la época.
El epicentro del sismo se localizó en el lago Xolotlán, a solo 2 kilómetros al noreste de la Planta Eléctrica Managua, en la falla de Tiscapa.
Este fenómeno sísmico destruyó por completo 13 de los 27 kilómetros afectados, arrasando con emblemáticos edificios como el Gran Hotel y la Catedral de Santiago, conocida hoy como la Antigua Catedral de Managua, que quedó inhabilitada hasta la fecha.
Horas antes del “terremoto del 72” -llamado así localmente- se registró un primer sismo a las 10:35 de la noche del 22 de diciembre, lo que alertó a los adultos mayores de entonces que un apocalipsis podría ocurrir en los próximos minutos. Muchos eran sobrevivientes del terremoto de Managua de 1931.
De la fuerza del sismo, los emblemáticos edificios, construidos de hormigón, se desplomaron, entre ellos los templos de Cristo del Rosario, del Carmen, del Calvario y del Redentor, y los colegios Calasanz, donde el sacerdote escolapio español Bruno Martínez Sacedo resultó herido y murió seis días después en el hospital de León.
Otros lugares afectados fueron los colegios Divina Pastora, Ramírez Goyena, Bautista, Americano Nicaragüense. También sufrió daños la Catedral de Santiago, -hoy Antigua Catedral de Managua-, que resultó agrietada quedando inhabilitada hasta hoy.
Calor y cielo rojo previo al terremoto
Varios sobrevivientes del terremoto de 1972, hoy son adultos mayores, pero recuerdan cada detalles de aquella tenebrosa madugrada del 23 de diciembre, donde muchos de ellos vieron perder a sus seres queridos previo a la Navidad.
“Antes del sismo, el cielo estaba rojo, había abundante calor, nadie había puesto atención a los dos primeros sismos leves que habían ocurrido antes del terremoto. La gente estaba en las calles preparándose para celebrar la Navidad, pero el sismo cambió todo en cuestión de segundos”, recuerda doña Margot Sevilla, de 94 años de edad, mientras las lágrimas ronda su cansada mirada.
En ese terremoto, Margot perdió a su niña de 12 años de edad. Recuerda que una pared de adobe le cayó sobre el cuerpo de su hijita, mientras dormía con la ilusión de abrir los juguetes la noche del 24 de diciembre.
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“Yo trabajaba como enfermera del hospital El Retiro, llegaba a casa después de hacer turno, cuando ocurrió el sismo que derrumbó la casita. Una pared del cuarto me le cayó encima a la niña mientras dormía”, dice a DESPACHO 505 con dificultad para hablar.
Una situación similar vivió doña Francisca Pozo, que a sus 84 años de edad, recuerda que la tragedia de 1972 casi le cobra la vida.
“El terremoto botó el techo de la casita donde vivíamos y quedé prensada con mis dos hermanos. Gracias a Dios, los vecinos ayudaron a mi mamá a remover las tejas y nos sacaron, yo resulté con una herida en la cabeza y las brigadas de socorro de la Cruz Roja me atendieron y me suturaron. Los hospitales estaban saturados de personas heridos, muchos murieron”, cuenta.
Homenaje a víctimas
El único monumento para honrar a las víctimas del terremoto de 1972 que tienen los Managua, es un carrusel de niños colocado en el parque Las Piedrecitas, donde unos infantes de diversas edades juegan.
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La obra colocada por la dictadura de Somoza rinde homenaje a los niños fallecidos durante el terremoto de 1972, cuyas voces de auxilio que emanaban de los escombros, aún se mantienen firme en la memoria de los sobrevivientes que dieron inicio a los nuevos barrios post terremotos, como son los barrios Américas 1, 2 y 3.