Monseñor Rolando Álvarez ora por Nicaragua durante su primera misa pública tras su destierro

Monseñor Rolando Álvarez celebró su primera misa pública en España tras su excarcelación y destierro de Nicaragua. Mandó un mensaje a sus fieles.

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Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, celebra misa en España. Foto: DESPACHO 505
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Uriel Velásquez
  • Sevilla, España
  • diciembre 18, 2024
  • 05:41 AM

El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, ha vuelto a oficiar una misa pública este martes en Sevilla, España. Es la primera que ofrece desde que fue sacado de la prisión de tortura La Modelo, en Managua, y desterrado a Roma, en condición de apátrida. 

El religioso ha salido al altar mayor de la centenaria parroquia Nuestra Señora de Las Huertas, en el municipio de Puebla de Los Infantes, de Sevilla, a las 12:20 de este mediodía. Minutos después de iniciado el acto solemne se ha podido volver a escuchar su voz desde el púlpito. Un momento histórico tras su excarcelación y destierro por parte del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. 

Durante la misa, el obispo envió un mensaje a su "amada" Diócesis de Matagalpa con motivo del centenario de fundación que se cumple este 19 de diciembre: "Estoy orando por ustedes y estoy haciendo este gesto de amor por ellos (entregar su cruz pectoral a la Virgen de los Dolores), por el Señor y por la Iglesia".

 

 

El destierro del obispo

Desde su llegada a Roma, monseñor Álvarez ha mantenido un perfil bajo y apenas se le había visto en fotografías, centrado en la reflexión y la oración, según han manifestado algunos religiosos que han tenido la oportunidad de compartir con él.

El obispo, que es también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, fue sustraído de madrugada por la Policía del Palacio Episcopal de Matagalpa el 19 de agosto de 2022. Fue mantenido en prisión domiciliar hasta ser enviado al penal de máxima seguridad el 9 de febrero de 2023, tras negarse a ser desterrado a Estados Unidos junto a otros 222 prisionerospolíticos, según revelaría ese mismo día el dictador Daniel Ortega quien lo acusó de "soberbio".

Al día siguiente, el sacerdote fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión y despojado de su nacionalidad y suspendido sus derechos ciudadanos de por vida, por delitos considerados "traición a la patria". 

El obispo Álvarez fue declarado enemigo del régimen por mantener una postura crítica frente a las violaciones a los derechos humanos y el abuso del poder.

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