Católicos celebran La Purísima como un acto de devoción y la resistencia

Las celebraciones de La Purísima, una de las tradiciones religiosas más emblemáticas del país, se desarollan este año en un contexto de creciente represión por parte del régimen de Daniel Ortega, que ha restringido las expresiones de fe de la Iglesia católica y emprendido una persecución sin precedentes contra sus miembros.

A pesar de esto, en estos días de diciembre los fieles se organizan para conmemorar la festividad en honor a la Inmaculada Concepción, principalmente en espacios privados y con miedo por vigilancia de los operadores del régimen. Estas restricciones, motivadas por tensiones políticas y las acusaciones del régimen Ortega-Murillo hacia el clero supuestamente por apoyar movimientos opositores, dicen los devotos han transformado la festividad mariana en un acto de resistencia espiritual y cultural.

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Espían hasta los rezos

Una fuente cercana a la Diócesis de Managua cuenta a DESPACHO 505 que los párrocos y administradores parroquiales tienen conocimiento de que a los rezos de los tradicionales novenarios en honor a La Purísima están "siendo ojeados (espiados) por personas adeptas al régimen". Añade, que entre los mismos grupos parroquiales se encuentran "orejas", que transmiten información de las parroquias a la Policía Orteguista.

"Los sacerdotes recomiendan a los feligreses ir a oír misa, participar en las actividades que se proponen, pero no decir de más", comenta. El consejo es una forma de evitar que los católicos se pongan en riesgo de cárcel, destierro o desnacionalización por hablar de los problemas queles afectan como ciudadanos y como practicantes de la fe católica bajo un régimen que no tolera la discidencia. 

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Feligresía temerosa al cierre de las Purísimas

Mariana, el pseudónimo que usaremos para identificar a esta católica, relató que recibió asedio por parte del régimen de Ortega-Murillo, porque "se le ve mucho en las iglesias y puede alborotar a la gente". Mencionó que un temor que tiene su familia, es que la Policía "les prohíba a última hora realizar La Gritería en su casa", no solamente porque todo el brindis que van a dar ya está comprado, sino también porque sienten que es la última esperanza que tienen para manifestar su fe.

"Cuando me visitaron ´mis amiguitos´ -dijo refiriéndose a agentes policiales- me hicieron un montón de preguntas, además de decirme que ya me tienen ubicada, que me miran mucho en la parroquia, que paso con los jóvenes mucho rato". Comparte que también le hicieron saber que conocen el lugar donde trabajo e identificados a todos los miembros de su familia.

Mariana siente que no ha cometido ningún delito ni ha actuado de manera incorrecta: Lo único que hace es "ir a vivir la misa los domingos y apoyar con los grupos pastorales en lo que pueda", explica. No obstante, se declara consciente de que en la Nicaragua bajo dictadura hasta eso puede ser su "pecado".

La tensión dentro entre los fieles católicos se ve acrecentada por el reciente destierro del Pbro. Floriano Ceferino Vargas a Panamá, quien fue secuestrado el pasado domingo 1 de diciembre después de la homilía y enviado fuera del país 24 horas después. 

También ha despertado inquietud el mensaje que el Papa Francisco envió una carta pastoral, en la que expresó su al pueblo nicaragüense su cercanía ante "los momentos difíciles". 

"Estoy con ustedes", escribió el pontífice en un mensaje en el que expresa que da seguimiento a la situación de Nicaragua. "No se olviden de la Providencia amorosa del Señor, que nos acompaña y es la única guía segura. Precisamente en los momentos más difíciles, donde humanamente se vuelve imposible poder entender lo que Dios quiere de nosotros, estamos llamados a no dudar de su cuidado y misericordia", afirma Francisco.

El pontífice expresó su deseo de que, ante el Año Santo del 2025, la Inmaculada "les obtenga el aliento necesario ante las dificultades, las incertidumbres y las privaciones".