Ortega “vende ilusiones” con la nueva ruta inviable del canal interoceánico
La nueva ruta no es viable, es cinco veces más larga que el canal de Panamá y pasa por una zona seca en la que se dificultaría llenar la zanja de 455 kilómetros, además trae consigo más expropiaciones y daños ambientales.
- noviembre 19, 2024
- 05:49 PM
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El dictador Daniel Ortega volvió a desempolvar el proyecto del canal interoceánico la noche de este lunes, esta vez con una nueva ruta que es cinco veces más larga que el canal de Panamá y que según analista no es más que “un cuento chino” con el que pretende “vender ilusiones” de un obra que no es viable, principalmente por falta de agua en la zona que atravesaría.
La nueva ruta propuesta por Ortega cubriría una trayectoria de 445 kilómetros (km) desde el puerto de Bluefields -una promesa que aún no se cumple-, pasaría por la zona de El Rama, luego el centro del país en la parte norte del lago Cocibolca hasta atravesar el lago Xolotlán, para enrumbarse hacia el puerto de Corinto en el departamento de Chinandega.
Esta ruta es cinco veces mayor al trayecto del canal de Panamá que mide aproximadamente 85 km, además será más ancha, entre 300 a 450 metros, según la propuesta presentada por el dictador, y tendrá el doble de profundidad con 27 metros.
Pero esta nueva ruta no es viable, aunque las aguas del Cocibolca podrían ser utilizadas para inundar parte de unos 400 km de la enorme zanja, el trayecto es muy seco, por lo que según el ambientalista Amaru Ruiz esta no es más que otra carta bajo la manga del dictador para tratar de evadir la reciente sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) que declara al Estado de Nicaragua como “responsable” de violaciones a los derechos humanos de varias comunidades indígenas que fueron afectados en la primera propuesta de ruta de dicho canal.
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“Ortega trata de seguir vendiendo las ilusiones de un proyecto de esa naturaleza y una de las primeras preguntas es de dónde va a sacar el agua si no ha manejado las cuencas y los bosques del país y por ende, no tiene capacidad para tener recursos hídricos que les permitan mantener la viabilidad de un canal de esta naturaleza y por esa ruta que es una ruta bastante seca y que ocuparía necesariamente de agua”, explica el ambientalista.
Tal como pasó en la fracasada propuesta anterior con la empresa Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND) Group del empresario chino Wang Jing, Ortega no presenta esta nueva ruta sin dar a conocer detalles de estudios de viabilidad ambiental, técnica o de que tenga los recursos financieros para ejecutarlo.
Ortega busca dinero a través de la corrupción
“Entonces esas son situaciones que te hace pensar que lo que está tratando de hacer es vender una ilusión a sus adeptos y tratar de conseguir recursos financieros frescos a través de un esquema que en su momento se estableció que es de corrupción y falto de transparencia y de seriedad”, añade Ruiz.
Sobre este esquema de “corrupción” la doctora en Derecho, María Luisa Acosta, coordinadora del Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (Calpi) señala que en la primera propuesta del Gran Canal Interoceánico por Nicaragua (GCIN) se generaron una serie de asociaciones e inversiones muy poco transparentes desde el punto de vista económico, especialmente con su principal socio, Wang Jing, el que tuvo problemas legales asociados al proyecto en China. Agregó que esta nueva ruta no es más que “propaganda política”.
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“Este fue un proyecto negociado muy discretamente desde el gobierno, careció de estudios técnicos creíbles y realizados en el tiempo y en la forma requeridos; y el que no se consultó al pueblo nicaragüense en general ni a los pueblos indígenas y afrodescendientes en particular”, expone Acosta.
Con esta nueva ruta, la coordinadora de Calpi señala que se vuelve a dejar por fuera la participación de las comunidades que podrían ser afectadas, pues no se les ha consultado sobre el proyecto, y que con solo esto ya “constituiría una transgresión a los derechos humanos de estos pueblos” y se traduciría en problemas legales y éticos.
Daños ambientales y expropiaciones
El economista Juan Sebastián Chamorro recalca que la nueva ruta no es más que un “cuento chino” que está “sólo está en la mentalidad de Daniel Ortega” y que generaría considerables daños ambientales generales y particularmente en el lago Xolotlán, así como la reubicación de familias, expropiaciones de miles de hectáreas de tierra.
El líder campesino Medardo Mairena también cuestiona la viabilidad del proyecto por la falta de agua en la zona donde atravesaría la nueva ruta. Considera que se trata de “un anuncio irresponsable, propagandístico e irrealisable” del dictador, que tiene como finalidad “robar propiedades de las comunidades indígenas, campesinas y de privados”, así como una forma de decirle a la Corte-IDH que “rechaza su fallo, y que él no está dispuesto a cumplir con las obligaciones que le impone el derecho internacional”.
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Mairena apunta que Ortega está tratando de que se olvide “su inmenso fracaso y vergüenza internacional con el anterior proyecto” en el que entregaba la soberanía nacional a Wang Jing, así como a engañar a inversionistas pudieran considerar hacer negocios en Nicaragua ante una obra de tal magnitud.
La nueva promesa también busca justificar la “expropiación de inmensas extensiones de tierras privadas, comunales y principalmente de campesinos a lo largo de la supuesta ruta para continuar enriqueciendo a su familia y a su grupo de poder, apoderándose de grandes áreas en zonas muy productivas del país”, advirtió el líder campesino.
Otros de los objetivos que según Mairena busca Ortega es “entregar” a empresas chinas en sociedad con su grupo familiar la propiedad de recursos estratégicos del país como puertos, aeropuertos, zonas francas, explotaciones de recursos naturales y todo tipo de negocios.
El canal interoceánico ha sido una promesa de Ortega que nunca se cumple. En 2019 se debió haber concluido la construcción en la primera ruta propuesta que iniciaría en el Caribe Sur y culminaría en la zona de Brito en el departamento de Rivas, pero tras años sin dar explicaciones del porqué nunca se cavó ni una sola zanja, la Asamblea Nacional revocó la concesión a HKND Group en mayo de este 2024.