El adiós de Sheynnis Palacios, la reina que conquistó el universo y no pudo volver a su patria
La nicaragüense entrega hoy la corona de la mujer más bella del universo, dejando un reinado para la historia. Fue una reina de carne y hueso, vulnerable y audaz, dicen expertos. Logró convertir la ficción en realidad y, aunque no pudo volver a casa, con sus alas de zanate viajó a 31 países y conquistó el mundo
- noviembre 16, 2024
- 08:53 AM
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El día que la periodista nicaragüense Leana Astorga se encontró con Sheynnis Palacios en los pasillos de Telemundo en Miami, las dos lloraron y comieron rosquillas hechas en Somoto.
Palacios, la chavala de 23 años, nacida en Diriamba y que había salido de Nicaragua solo siendo una entre 85 bellezas del mundo, ahora se preparaba para volar a New York, cargando en su cabeza la corona de 48.12 quilates de diamantes y 108.44 quilates de zafiros que la confirmaban como la más bella del universo.
A Astorga apenas le quedaba voz para una entrevista que no debía pasar de los cinco minutos y que tampoco estaba dispuesta a perderse. Sus jefes en la cadena de televisión no dudaron tampoco. Sería una entrevista de una nica a otra nica. “Todavía estaba ronca de tanto gritar frente al televisor dónde seguí el concurso horas antes”, cuenta a DESPACHO 505 transcurrido casi un año de la histórica coronación de la nicaragüense.
La periodista no olvida nada de ese día y guarda en su mente cada detalle como uno de los recuerdos más valiosos de su carrera. “No hay palabras para expresar cómo me sentía, estaba feliz por Sheynnis. Una nicaragüense como yo, era Miss Universo. Increíble”, dice emocionada.
Aunque la belleza y personalidad de Sheynnis era arrasadora, ni ella misma se lo creía. Vestida ese día de color negro, pantalón y blusa de un solo conjunto, que dejaba descubierto hombro y brazo izquierdo, con banda y corona, Sheynnis le pareció a Astorga, más bella y radiante que como antes la recordaba. “Desprendía una luz diferente”, dice.
Un reinado perfecto
Un año después de su reinado, Astorga dice que Sheynnis no les dejó margen de duda a quienes antes la vieron ganadora, ni margen de error a quienes votaron para su coronación aquel 18 de noviembre en El Salvador. “No es una reina cualquiera, es una reina luchadora, que rompió estigmas, que rompió barreras, que fue objeto de bullying y que supo lidiar con sus propios temores. Una mujer capaz en todos los sentidos”, describe.
Lo que vino después fue tan inesperado como la propia coronación. “A Sheynnis, nadie la paró después de ese día”, dice. “Le ha cumplido al país, a nuestra Nicaragua, le ha cumplido al mundo entero, fue una reina de ensueño y convirtió su reinado en un legado que demuestra que cuando tienes la fuerza y la convicción para salir adelante, todo es posible”, agrega Astorga.
Sheynnis Palacios es la primera nicaragüense y centroamericana en ganar la corona de Miss Universo. Rompió con su triunfo los mitos sobre el peso de banda. Nicaragua en 20 años de participación en el concurso apenas había conseguido que cuatro de sus delegadas pasaran el primer filtro del certamen.
En sus entrevistas, Palacios ha contado que durante la gala de coronación, en cada llamado al podio de finalistas sintió que le había cumplido al país. Soñaba con la corona, pero en el fondo no se la esperaba.
Su brillo fue presentarse como una mujer real y sobre todo un ejemplo de superación. Sheynnis cuenta con orgullo las carencias que vivió de niña y su decisión de romper con el círculo de la pobreza a base de educación.
Osman Flores conoce a Sheynnis desde sus primeros pasos bajo reflectores y lentejuelas. Confiesa que fue ella con su corona universal la que lo puso frente al desafío de retomar en Miami su perfil de hombre de noticias de fama y espectáculos, después que en octubre del año pasado el régimen de Daniel Ortega le impidiera retornar al país.
Tras la coronación de Palacios, a Flores lo contactaron para que entrevistara a la entonces nueva Miss Universo. Se sintió como pez en su estanque frente a un rostro familiar que convierte, según confió a DESPACHO 505, cualquier entrevista en una plática cómoda y sin rígidos protocolos. Pero además, “Sheynnis fue siempre una gran entrevistada y lo siguió siendo bajo un reinado que yo considero más que perfecto, histórico”, agrega el periodista.
El brillo de Sheynni, su legado
El reinado que hoy entrega la nicaragüense “marca un antes y un después para la organización de Miss Universo”. Ella le ha regresado el brillo y la magia que venía perdiendo. Esta noche, por ejemplo, 129 beldades irán por la corona. “Es un record y será certificado por el libro de los Guiness”, apunta Flores.
“Nadie puede negar que Sheynnis ha sobredimensionado su propio récord”, de ser la primera nicaragüense en ganar el concurso de belleza universal. Además logró recorrer el mundo e ir a zonas donde nunca había llegado una Miss Universo”.
Pero ese destello, tiene también su propia sombra. Aunque Palacios sumó la visita a 31 países, no pudo volver a Nicaragua con la corona.
Cada vez que le fue posible, Sheynnis expresó su anhelo de regresar al país y celebrar con el pueblo que abrazó su triunfo la noche del 18 de noviembre de 2023 en El Salvador. No pudo. La tiranía del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo arrebató la ilusión de todo un país.
“Fue una acción desquiciada. Estos señores, Ortega y Murillo, han perdido la razón. Fue un absurdo total”, lamenta la periodista Leana Astorga que “traficó” con gusto rosquillas llegadas de Somoto y tres nacatamales hechos en Chontales para dárselos a Sheynnis. “La verdad moría por un nacatamal”, recuerda que la reina le dijo esa vez.
La promesa de volver que no pudo cumplir
Ortega y Murillo pasaron de los nervios al pánico total. Primero fueron sorprendidos por una ola de gente que vestidos de camisas serigrafiadas con el rostro de la beldad, pancartas, coronas y cintas con el nombre de Nicaragua, más decenas de banderas azul y banco, hicieron colapsar el aeropuerto internacional de Managua para despedir a Sheynnis Palacios el 3 de noviembre de 2023 cuando viajaba a El Salvador, dos semanas antes de su elección.
Después llegó la corona. Y con ella el terror. El país entero celebró. Sin opción, Ortega y Murillo se unieron a la buena nueva en un primer momento, saludando la corona. Incluso el operador político Fidel Moreno, secretario de la Alcaldía de Managua, fue hasta la casa de Palacios para entregar flores y felicitar a la familia.
El 23 de noviembre, cuatro días después de la coronación, todo comenzó a cambiar. En las redes sociales comenzaron a circular fotografías de la joven reina siendo parte de las protestas cívicas de abril de 2018 que marcaron el inicio de la crisis sociopolítica todavía sin resolver en el país.
El régimen no tardó en prohibir a simpatizantes y trabajadores del Estado mostrar simpatía por la nueva Miss Universo.
Las persecución continúo con la negativa de ingreso al país de la directora de la organización Miss Nicaragua Karen Celebertti y la detención de su esposo y su hijo. El régimen acusó a la organización de terrorismo, traición a la patria promoviendo acciones para desestabilizar el país.
También fueron detenidos dos pintores que hacían un mural con el rostro de Sheynnis, un tiktoker que la exaltó en sus redes sociales y un ciudadano que cometió el “delito” de sacar una bandera nacional la madrugada que la coronaron como la más bella del planeta. “Jamás pensé que por tan solo eso me para tanto”, se lamentó el ciudadano. El hombre tiene 35 años. Su nombre es Jared Ramírez y estuvo preso nueve meses, hasta que fue desterrado a Guatemala junto a otros 134 presos políticos. “Eso fue exceso la verdad, algo injusto”, dijo Ramírez.
A lo largo de su reinado Sheynnis Palacios mantuvo encendida la vela de su retorno y evitó opinar sobre la compleja realidad política en Nicaragua, con la esperanza de cumplir su palabra de celebrar el triunfo en casa. El 4 de enero, en Colombia, dos meses después de su coronación prometió que volvería cuando su agenda lo permitiera. Nueve días después, el 15 de enero, lloró arropada con una bandera en un evento en New Orleans, mientras exiliados nicaragüenses la arroparon con una serenata.
Incluso, contradiciendo a la presidenta de la organización Miss Universo negó su exilio: “Mi país no me ha cerrado las puertas”, afirmó el 1 de julio de 2024, a un periodista en República Dominicana. Reafirmó que volvería porque su pueblo la esperaba. Dos meses después, el 13 septiembre, declaró que “por fe” volvería a casa antes del fin de su reinado. No ocurrió.
Una reina inolvidable
Dejarse ver como una mujer de carne y hueso, criada por su madre y su abuela, orgullosa de sus orígenes humildes y confesarse vulnerable cuando hablaba sobre sus ataques de ansiedad, convirtieron a Sheynnis Palacios en una reina icónica.
Quien suceda a la Miss Universo nicaragüense no lo tendrá fácil. “Hablamos de un reinado envidiable”, dice Osman Flores. “Hay mucho brillo ahí que no se va a apagar fácilmente”, agrega. “Sheynnis es ahora un concepto de belleza, de modelaje, de certámenes y sobre todo se ha convertido en un estilo de vida”, destaca Flores.
La nicaragüense entrega hoy la corona de la mujer más bella del universo, pero se lleva consigo un reinado para la historia. Fue una reina de carne y hueso, vulnerable y audaz. Logró convertir la ficción en realidad y aunque no pudo volver a casa, con sus alas de zanate conquistó el mundo.