Obispo hondureño de Danlí: "Monseñor Carlos Herrera ya tenía días de andar molesto"
Monseñor José Antonio Canales revela que el obispo de Jinotega "se había callado mucho". Su destierro a Guatemala es un golpe grave para la Iglesia de Nicaragua, porque "la tiranía nicaragüense no entiende de diplomacia" y se ha cerrado al diálogo
- November 14, 2024
- 04:00 PM
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Cuando el obispo hondureño de Danlí, monseñor José Antonio Canales, vio en las redes sociales un video del obispo nicaragüense de Jinotega, monseñor Carlos Enrique Herrera, llamando sacrílego al alcalde de esa ciudad norteña del país, se dijo: "¡Ay, Díos mio! Esto apunta a que viene una represalia".
Monseñor Canales, quien ya vio a otro amigo, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, sufrir los vejámenes de la dictadura nicaragüense de Daniel Ortega y Rosario Murillo, temió lo peor para monseñor Herrera, porque, días atrás, había conversado con él vía zoom y notó que se indignaba cuando se tocaba el tema de la crisis sociopolítica de Nicaragua.
"Él habló sabiendo que podía pasar de todo. Como que se cansó de los atropellos. Él, yo ya (hacía) días lo veo molesto, porque hemos tenido diálogos y yo lo veía molesto", cuenta a DESPACHO 5O5 monseñor Canales, quien es el secretario general del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC).
Lo que temía Canales se hizo realidad: monseñor Herrera fue secuestrado y desterrado a Guatemala. "Acabar con la Iglesia" se ha vuelto una "consigna" para el régimen Ortega-Murillo porque es "la única voz profética" que existe en Nicaragua, señala el jerarca católico hondureño.
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"Allá (en Nicaragua) nadie habla, ni los empresarios, ni los gremios, nadie habla. Los únicos que han hablado son los líderes de la Iglesia y han pagado el precio, quizá el más alto de ser desterrados de su propia tierra, de donde uno nació. No hay castigo más grande que ese", reprocha monseñor Canales.
"La misma Iglesia nicaragüense nos pide que nos callemos"
El destierro del obispo Carlos Enrique Herrera fue ordenado tres días después de que llamara "sacrílegos" al alcalde de la dictadura en Jinotega, Leónidas Centeno, y a todas las demás autoridades municipales, porque el domingo 10 de noviembre colocaron parlantes a alto volumen en la catedral de Jinotega a la hora que él celebraba misa.
Canales explicó que Herrera se había callado mucho y que a cualquier ser humano le indigna que lo silencien.
"La iglesia nicaragüense no está sola, pero a veces nos callamos porque la misma Iglesia nicaragüense nos pide que nos callemos, para evitar más represalias. Lo hemos hecho a regañadientes. En Honduras hay libertad de expresión y nos cuesta mucho que nos digan que nos callemos. Yo puedo ir al parque a hablar mal de la presidenta (Xiomara Castro), horrores puedo decir, pero regreso al obispado y ninguna patrulla me persigue, cualquier ciudadano. Dios nos libre de algo parecido a lo de Nicaragua", expresó el obispo hondureño.
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El obispo, una figura importante en la iglesia
Monseñor Herrera se une a Rolando Álvarez y a Isidoro Mora como los tres obispos de la Iglesia nicaragüense que la dictadura Ortega-Murillo ha desterrado en menos de un año. Álvarez y Mora fueron enviados a Roma en enero de este 2024 y, desde entonces, permanecen alejados de la cosa pública.
El destierro de tres obispos constituye es un golpe fuerte para la Iglesia, reconoce Canales, porque "el obispo es una figura en el rebaño del Señor".
"Al no tener obispos, a la dificultad de poder nombrar nuevos y de poder llevar adelante una reestructuración de la Iglesia, cuando ni siquiera hay una relación normal de una Nunciatura en Managua, las cosas se tornan muy difíciles, pero no es la primera vez que la Iglesia enfrenta este tipo de casos", manifestó el obispo de Danlí.
"En 2,000 años la Iglesia ha vivido de todo, gozo y paliza, sobre todo perseución. La Iglesia seguirá adelante. Después de todo, la Iglesia nicaragüense será ejemplo en Centroamérica", agregó.
Los tiranos no entienden de diplomacia
Monseñor Canales explica que la situación de persecución a la Iglesia de Nicargua se torna todavía más complejo porque el Vaticano está acostumbrado a la diplomacia, como los estados modernos, y ha buscado diálogo con la dictadura Ortega-Murillo, pero, lamentablemente, "la tiranía nicaragüense no entiende de diplomacia".
"La Iglesia ha querido hacer espacio de diálogo, pero cuando no se entiende la diplomacia, sino lo que se entiende son los garrotazos, es bien difícil", añadió.
Comentó que al frente de la diplomacia está el cardenal Pietro Parolin, un diplomático nato que ha tratado de crear un ambiente de diálogo: "Él conoce mucho de diplomacia, la diplomacia vaticana es una de las más admiradas del mundo, pero en Nicaragua, con la tiranía no existe esa palabra", insistió Canales.
Un crímen de lesa humanidad
El abogado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, Yader Valdivia, dice que el destierro del obispo Carlos Herrera es otro crímen de lesa humanidad que cometen los Ortega Murillo, aparte de los muchos que vienen cometiendo desde 2018.
Valdivia señaló que los Ortega Murillo, previo a la cuarta ronda del Examen Periódico Universal (EPU) de las Naciones Unidas (ONU), presentaron un informe en el que tratan de mostrar un país en el que se garantiza el respeto a los derechos humanos, de indígenas y medio ambiente, además de la libertad, la pluralidad de medios de comunicación, elecciones democráticas, seguridad ciudadana, entre otros.
Sin embargo, el destierro de monseñor Herrera "es una grave violación a los derechos humanos". "El traslado forzoso del obispo Herrera se convierte en un crimen de lesa humanidad. Desde el Colectivo elevamos la voz por la iglesia en Nicaragua y sus líderes", comentó Valdivia.
Según el abogado, Herrera fue desterrado por haber elevado su voz al llamar sacrílego al alcalde jinotegano Leónidas Centeno y alertó a la comunidad internacional por esa práctica de la dictadura, que también acaba de enviar al destierro a tres artistas de Masaya.
"El Colectivo levanta la voz a favor de la iglesia en Nicaragua, por el respeto a la libertad de culto y a la libertad de religión", concluyó Valdivia.