La Iglesia Católica de Nicaragua sufre la peor represión: "Se le persigue hasta por sonar las campanas"

El régimen Ortega-Murillo ha desplegado "una política y práctica de Estado represiva, sin precedentes en la historia" de Nicaragua que supera incluso a los tiempos de guerra

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Despacho 505
  • Managua, Nicaragua
  • noviembre 01, 2024
  • 09:04 AM

La Iglesia Católica de Nicaragua sufre la peor represión de su historia bajo el régimen sandinista que lideran Daniel Ortega y Rosario Murillo. La persecución que comenzó en 2018, en el contexto de la represión a las protestas ciudadanas, escaló a niveles extremos en los últimos dos años, denuncia el Colectivo Nicaragua Nunca Más en un informe divulgado este jueves. La organización identifica una intensificación de los operativos de asedio y vigilancia policial en los templos, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas de sacerdotes y laicos, expulsión de religiosos y religiosas y la aplicación de una política de despojo de nacionalidad y destierro.

"Nunca el país, había tenido a tantos sacerdotes presos, religiosas y religiosos perseguidos y expulsados. Ni en tiempos de guerra hubo fomento de terror como que sufre actualmente el pueblo nicaragüense y en particular la Iglesia católica, a la que se le persigue hasta por sonar las campanas", denuncia la oenegé en el informe titulado "Seis años de represión a la libertad religiosa en Nicaragua, cronología de abusos y violaciones a los derechos humanos contra integrantes de las Iglesias (2018-2024)".

Se trata, "de una política y práctica de Estado represiva, sin precedentes en la historia" de Nicaragua, "con el agravante de que en la alegada paz de la tiranía se trata como sus peores enemigos a quienes no le bendicen sus actos criminales cometidos desde el ejercicio del poder".

"En Nicaragua no existe parangón alguno que iguale los niveles de represión contra la Iglesia Católica, así como evangélicos y otras expresiones religiosas", concluye la organizción integrada por activistas nicaragüenses exiliados y con sede en Costa Rica.

Lo que retrata el Colectivo Nicaragua Nunca Más coincide con el informe ¿Perseguidos y olvidados? de la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) en el que Nicaragua aparece el único país de América que registró un aumento en la persecución y opresión religiosa en los últimos dos años. 

La Iglesia ha sido víctima de crímenes de lesa humanidad

El análisis de la evolución de la estrategia represiva del régimen contra la Iglesia de Nicaragua y, en particular contra sacerdotes, incluso lleva al Colectivo a identificar violaciones que constituye crímenes de lesa humanidad. "La documentación de estas graves violaciones es fundamental para futuros procesos de justicia sea en la jurisdicción nacional o en otras jurisdicciones".

Ese organismo señala al Ejecutivo sandinista de cometer al menos cuatro delitos de lesa humanidad contra los religiosos: deportación o traslado forzoso de población (destierro), encarcelación, tortura, y persecución de un grupo o colectividad.

Según ese Colectivo, el régimen de Ortega ha detenido a 74 religiosos -en su mayoría sacerdotes- y excarcelado y desterrado a 63 de ellos, y al menos 35 han sido despojados de su nacionalidad.

Para la oenegé, "el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo pretende el control total de todos los espacios de la vida, incluyendo la conciencia de las personas".

"La propuesta es el control de todo, siendo uno de los últimos reductos las iglesias. Para ello el régimen utiliza toda su violencia, mediante sus instituciones, la mentira y la manipulación. Desde esta lógica lo que no puede ser controlado será cerrado y en última instancia aniquilado", anotó.

Persecución política y religiosa

Ese Colectivo recordó que desde que estallaron las manifestaciones antigubernamentales, en abril de 2018, la Iglesia Católica "comenzó a ser blanco de los ataques del régimen y en particular del matrimonio Ortega-Murillo".

"Dichos ataques evolucionaron al extremo del encarcelamiento de sacerdotes, obispos y religiosos, así como otras acciones que nos llevan a concluir que las Iglesias en Nicaragua sufren en pleno siglo XXI la mayor persecución en la historia del país", enfatizó.

Además de la encarcelación, destierro y desnacionalización, las autoridades mantienen "ataques a los símbolos religiosos, prohibición de actividades abiertas y en la calle como las procesiones, vigilancia dentro de las parroquias para oír, ver y reportar sobre todo tipo de actividad religiosa y sobre todo de sus participantes", así como "el cierre de medios de comunicación de la iIglesia" y de organismos religiosos de asistencia humanitaria, salud y educativas".

"La pretensión de sustituir a la Iglesia para la realización de sus actividades tradicionales, con acciones progubernamentales y partidarias, evidencian y demuestran que no solamente se trata de una persecución política, sino también de una verdadera persecución religiosa", concluye el Colectivo.

Las relaciones de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión, encarcelamiento y desnacionalizados de obispos y de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.

*Con información de EFE

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