Una joven de Nandaime queda parapléjica tras ser abusada y golpeada por su expareja

Aceptar un raid de su expareja, Jolman Uriel Sánchez Morales, cambió por completo la vida de Jessy Elizabeth Muñoz Urbina, una joven de 27 años de Nandaime, Granada. Tras rechazar volver con él, la llevó a un predio montoso para abusar sexualmente de ella y propinarle una golpiza que la dejó parapléjica.

Después de dejarla inconsciente en una zona despoblada de la comarca El Arroyo, en Nandaime, el hombre huyó. Las autoridades de Granada han girado una orden de captura en su contra por femicidio en grado de frustración.

La historia de violencia de género comenzó el 3 de septiembre de este año, cuando Jessy salió de su casa para visitar a su hermana mayor en la comarca La Granadilla.

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Su expareja aprovechó la ocasión para ofrecerle raid en su moto. Al no regresar a casa, y tras confirmar que no estaba en la casa de su hermana, la familia reportó la desaparición. Tres días después, el 6 de septiembre, dos personas la encontraron entre la maleza.

"Gracias a Dios sobrevivió, porque la intención de ese hombre era que muriera ahí, en medio del monte, sin nadie que la ayudara", dice la madre de la víctima, Paula Urbina Vásquez.

Sigue hospitalizada y recibirá terapias

Lo peor llegó cuando los médicos explicaron que la agresión afectó gravemente el cerebro de Jessy, y que nada en su vida volvería a ser igual. "Me dijeron que está en estado parapléjico y, desde que fue rescatada, no ha logrado pronunciar una sola palabra. Se comunica solo por señas con las manos", relata su mamá.

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Jessy será sometida a sesiones de terapia en el hospital Aldo Chavarría de Managua y su madre confía en que podrá recuperarse y volver a ser la joven activa y alegre que todos conocían en Nandaime.

Esta joven se alimenta por sonda y necesita una dieta especial. Su familia es de escasos recursos y piden ayuda para comprar la leche Ensure y otros insumos. Quienes deseen ayudar pueden llamarme al 77817500.

Jessy trabajaba en un negocio en el mercado de Nandaime y se había separado del agresor a finales de febrero de este año.