Sacerdote de Jinotega se presta a negar la persecución contra la Iglesia católica

El sacerdote de Jinotega Rafael Ríos Gadea se ha prestado al juego del régimen de Daniel Ortega de falser la persecución que enfrenta la Iglesia católica  desde abril de 2018. En una intervención pública aseguró que en Nicaragua “no hay persecución religiosa”, pese a que organismos de derechos humanos y varias investigaciones han documentado 870 agresiones contra la Iglesia católica y sus líderes. 

“Quitémonos de la mente lo que muchos dicen que en Nicaragua hay persecución religiosa, la persecución religiosa se da cuando es por odio a la fe y se persigue a todo aquel que se llama hijo de Dios”, expresó el párroco de la Iglesia San Maximiliano Kolbe del municipio de la Concordia, durante un acto en el 112 aniversario de la muerte de Benjamín Zeledón en Jinotega donde estaban presentes los diputados de la Asamblea Nacional.

El presbítero agregó “cuando se delinque y se comete un delito paga el que comete el delito pero no es la Iglesia”. Durante la prédica también dio gracias a Benjamín Zeledón porque por él “hoy estamos en paz, hoy podemos rezar a Dios y sentirnos hijos de Dios”. La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, autora de la serie de informes “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?”, lamentó las palabras de Ríos y lo invitó a consultar a los religiosos desterrados por el régimen en los últimos años.

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“El sacerdote Rafael Ríos, debería de preguntarle a los más de 250 religiosos que han sido expulsados o han tenido que huir o que le pregunte a su superiores si tienen autorización de regresar. Que lamentable, pero en todo grupo existe un judas. El padre Ríos parece que no se da cuenta que hasta su obispo vive asediado y vigilado”, refutó Molina en un texto publicado en su página de Facebook.

870 agresiones contra la Iglesia católica

Tanto la investigadora como el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más han señalado que entre abril de 2018 hasta julio de 2024, se han registrado 870 agresiones contra la Iglesia católica y sus religiosos, a tal punto que más de dos centenares de ellos han sido expulsados, desterrados u obligados al exilio por parte de la dictadura de los Ortega Murillo.

En la última entrega del informe “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?”, Molina destaca que 9,688 procesiones fueron prohibidas a nivel nacional por la Policía, obligando a los sacerdotes a realizar las actividades religiosas dentro de los templos.

La investigadora también ha expuesto que el régimen se ha enfocado en desmantelar la Diócesis de Matagalpa dirigida por monseñor Rolando Álvarez, encarcelado y posteriormente desterrado a Roma por la dictadura. En este obispado se estima que el 70% de los religiosos están en el exilio.