El régimen obligado a sobrevivir con los préstamos de China luego que EE. UU. le cerrara las puertas

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cerró las válvulas del financiamiento al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, por lo que ahora tendrán que refugiarse bajo el cobijo de sus llamados “aliados”, entre ellos China, para poder sobrevivir, según economistas.

Biden ordenó el martes a los directores ejecutivos designados en instituciones financieras, incluido el Fondo Monetario Internacional (FMI), “que voten en contra y hagan todo lo posible para denegar cualquier préstamo u otra utilización de los fondos de la institución respectiva” al régimen de Nicaragua y otros gobiernos.

La razón por la que Nicaragua se verá afectada ante la falta de financiamiento de parte de organismos donde Estados Unidos tenga presencia es porque el régimen Ortega-Murillo ha facilitado la trata de personas, especialmente de migrantes que buscan llegar a ese país.

Aunque en los últimos años ya se ha reducido el financiamiento de parte de organizaciones internacionales donde Estados Unidos tiene una fuerza significativa como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el economista Juan Sebastián Chamorro señala que esta medida “es un golpe político y también económico” para la dictadura porque “cierra la puerta de estos organismos”.

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“En términos de financiamiento es poco lo que se recorta porque ya estos organismos tienen años de tener una presencia mínima en Nicaragua; sin embargo, resalta el hecho de que Ortega sigue poniendo a Nicaragua en la lista de países indeseables de la comunidad internacional porque ahí está Rusia, Bielorrusia, Irán y todos los países que violan los derechos humanos consistentemente”, apunta Chamorro.

Para el economista Marco Aurelio Peña, esta medida adoptada por Estados Unidos debió haberse dado “desde hace muchísimo tiempo atrás” como respuesta a la violación a los derechos humanos y la comisión de delitos de lesa humanidad por parte del régimen. Y aunque considera que no tendrá efectos automáticos, dice que “sin duda alguna es de mucho peso”.

Efectos serán a futuro

“Este decreto no tiene efectos automáticos, sino que sus efectos podrán verse en el transcurso del tiempo, esto quiere decir, que no es que se vayan a suspender los desembolsos de los préstamos autorizados, sino que los efectos de este decreto podrán verse cuando se sometan a análisis la autorización de nuevos créditos para Nicaragua en un futuro”, explica Peña.

Sobre la razón de la orden de Joe Biden, Juan Sebastián Chamorro menciona que es “un mensaje claro” de que la política de envío de migrantes hacia los Estados Unidos por parte de Ortega “está teniendo repercusiones”.

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“Veremos que hace Ortega si sigue mandando migrantes o no, eso ya va a ser una decisión de él de continuar la utilización de la migración como arma política”, manifestó el economista.

Por su parte, Marco Aurelio Peña advierte que por su característica de terquedad el régimen va a continuar con su participación “hasta donde pueda con estos negocios turbios” en la migración irregular, pese a las restricciones de Estados Unidos.

“El gobierno de Nicaragua va a continuar haciendo negocio con el tráfico ilegal de emigrantes provenientes de África, Cuba y de otros países que vayan buscando Estados Unidos, porque hasta el momento lo que ha demostrado es que no dan marcha atrás cada vez que la comunidad internacional adopta una resolución o medida en respuesta a la violación de los derechos humanos, acciones inamistosas y declaraciones contra gobiernos del hemisferio occidental especialmente Estados Unidos y la Unión Europea”, arguyó Peña.

Más condiciones y monitoreo a la cooperación

En cuanto a los asuntos de cooperación, la medida de Biden excluye los préstamos designados a la asistencia humanitaria, comercio y ayudas de desarrollo, es decir, que Nicaragua continuará recibiendo fondos para estos fines; no obstante, estarán sujetos a “condiciones y un monitoreo mucho más estricto” por parte de la agencia de cooperación o del país donante para evitar que el régimen se beneficie de ellos, según Marco Aurelio.

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Otra de las opciones es que estos fondos lleguen directamente a las organizaciones de la sociedad civil que todavía operan en el país, sin utilizar al régimen como intermediario.

Ante la falta de financiamiento el régimen ha tenido que buscar otras fuentes para poder seguir sobreviviendo, el único que les quedaba era el Banco Centroamericano de integración Económica (BCIE), pero con la llegada de la nueva administración de Ana Gisela Sánchez Maroto la situación se ha empezado a tambalear, pues la nueva presidenta del organismo regional se ha comprometido con la “ética, transparencia, rendición de cuentas y mayor acceso a la información”, valores que la dictadura de Ortega no aplica.

Tanto Juan Sebastián Chamorro como Marco Aurelio Peña coinciden en que el dictador Daniel Ortega continuará refugiándose con sus aliados Venezuela, Cuba Siria, Irán, Corea del Norte, Rusia, Bielorrusia y principalmente con China Continental para conseguir financiamiento, una estrategia que ha cobrado fuerza a partir de la represión estatal de 2018.

“Para ellos se trata de un cálculo geopolítico y al mismo tiempo de sobrevivencia política, porque se resisten al colapso que tarde o temprano llegará en la medida en que se vayan cerrando las puertas”, finaliza Peña.