Guatemala espera una reacción del régimen por participar en la liberación de los presos políticos

El canciller de Guatemala, Carlos Ramiro Martínez, reveló detalles del destierro de 135 nicaragüenses que llegaron este jueves a su país en un vuelo patrocinado por Estados Unidos y espera alguna reacción en contra por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo por el hecho de haber participado en la operación. El diplomático dijo que la liberación ocurrió mediante negociaciones entre la Administración de Joe Biden y el régimen, pero desconoce detalles, según dijo al diario español El País. 

“Nosotros hace ocho o diez días fuimos contactados por la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala, incluso solicitaron una reunión con carácter especial para que el presidente los recibiera. Lo que hicieron ahí fue explicarnos los antecedentes de esa negociación, la necesidad que tenían de buscar un país que bajo ciertas circunstancias de apertura, un país presto acoger a estos ciudadanos nicaragüenses, se ofreciera como tal”, expresó.

El ministro de Relaciones Exteriores contó que entre las negociaciones entre Washington y Managua fue aceptado Guatemala como el destino para los excarcelados, y que tras esta decisión, el Secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken “habló con el presidente (Bernardo) Arévalo”, en una reunión donde el mandatario guatemalteco “tomó la decisión inmediatamente y al minuto siguiente empezamos a trabajar toda la coordinación”.

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Guatemala no tuvo comunicación con Nicaragua

Martínez dijo que cuando Guatemala fue notificada por la Administración  Biden, “la negociación había concluido entre Nicaragua y Estados Unidos”, por lo que el Gobierno guatemalteco no tuvo ninguna conversación con el régimen de Ortega respecto a este destierro, y que una de las razones por las que escogieron su país es porque “tenemos con Estados Unidos un programa de movilidad segura”.

En cuanto al viaje y la llegada de los nicaragüenses encarcelados a Guatemala, el canciller expuso que había una comitiva guatemalteca acompañándolos y que el aterrizaje fue “emotivo”. “Hubo abrazos, alegrías, cantos. La gente venía obviamente con los temores usuales después de quién sabe cuántos días, semanas o meses de detención, pero fue una explosión, la gente gritó ‘¡Viva Guatemala!’ ‘¡Viva Estados Unidos!’ Hubo quienes bajaron y besaron el suelo. Fue algo muy especial”, relató.

¿Por qué no revelan la lista oficial de excarcelados?

Sobre la lista oficial de excarcelados que aún permanece en misterio y no ha sido revelada, Martínez refirió que habría que “preguntárselo directamente” a los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala.

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“Estados Unidos tiene cierta reserva legal respecto a los nombres, por el proceso en el que van a estar involucradas estas personas, asumiendo también que la mayor parte desea ir a Estados Unidos. A mí particularmente me apena esta situación, porque sí creo en el derecho de las familias a conocer si sus parientes están o no liberados. Nos hubiera ayudado mucho que Nicaragua diera a conocer los nombres”, apuntó en referencia al silencio del régimen Ortega-Murillo, que a diferencia de las cinco anteriores expulsiones no brindó un comunicado.

Ante el silencio de la dictadura, el canciller guatemalteco espera que no haya ningún tipo de tensión entre la administración de Arévalo y Ortega porque existe una red “muy grande de comercio e inversión y eso va más allá de la política”, pero está pendiente de si el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Valdrack Jaentschke, “emite algún comentario sobre esto”.

“Seguramente lo hará y seguramente no nos agradará, pero es parte del juego político”, agrega Martínez.

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“La relación se mantiene”

A pesar de que la dictadura cerró la Embajada de Nicaragua en Guatemala en diciembre del año pasado, en señal de molestia por no haber sido invitados a la investidura presidencial de Bernardo Arévalo, el ministerio de Relaciones Exteriores guatemalteco afirma que “la relación se mantiene”, aunque “hay diferencias de visión de las cosas”.

El canciller no se atreve a llamar directamente “dictadura” al régimen de Ortega, pero contrasta con las definiciones de democracia y resalta que “la conclusión es obvia”. Agrega que al Gobierno de Arévalo le “preocupa y grandemente” las violaciones a los derechos humanos y todas las arbitrariedades que ocurren en Nicaragua.

“Este Gobierno ha regido su actuación en medio de un marco de compromiso con la democracia, y la democracia no son solo las elecciones, sino un escenario de espacios, de libertades y de apertura que no se tiene en Nicaragua. Lo vemos con preocupación, hay presos políticos, hay una situación de persecución a los liderazgos que emergen, una persecución a todos los sectores, hay desaparecidos y en eso, tristemente”, reiteró Martínez.