Los despidos anunciados por el régimen llegan a la UNA
La casa de estudios superiores justifica los despidos como una medida para ahorrar recursos.
- agosto 30, 2024
- 06:00 AM
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Los trabajadores de la Universidad Nacional Agraria de Nicaragua (UNA) viven momentos de zozobra por los primeros 18 despidos que forman parte de la medida de compactación del Estado, impulsada por el régimen de Daniel Ortega. La UNA argumenta que la cancelación de contratos es para ahorrar recursos.
Según fuentes de la casa de estudios superiores y el Consejo Nacional de Universidades (CNU), el número de despidos podría aumentar en las próximas horas. “La UNA abrió sus puertas a la ola de despidos la semana pasada, tras la llegada del nuevo rector de la universidad, Bosco Castillo Cruz, nombrado en ese cargo el 9 de agosto, en sustitución de Alberto Sediles Jaén”, confió una fuente a este medio.
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El funcionario del CNU aseguró que hasta el momento la mayoría de los despidos son docentes y en menor escala empleados de áreas administrativas y personal de la Dirección de Ciencias Ambientales y Cambio Climático. Agregó que el plan de compactación contempla cancelar los contratos de trabajo de al menos 70 empleados y que los recortes se harán efectivos paulatinamente en las siguientes semanas.
“Los trabajadores llegan a la universidad con el temor de que los llamen para entregarles sus cartas de despido. Es un ambiente de zozobra y los estudiantes están inconformes con lo que está ocurriendo”, dijo un empleado de la UNA. Lo que vive la UNA es parte de la ejecución de una medida del régimen para reducir los puestos públicos y que es disfrazada como una reestructuración.
El recorte de personal se ha extendido hasta las universidades públicas empezando con la Casimiro Sotelo, que opera en las instalaciones confiscadas a la Universidad Centroamérica UCA. La Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) también contempla aplicar un despido masivo de su personal.
Desde la llegada al poder de Ortega en 2007, la cantidad de empleados públicos en Nicaragua se cuadriplicó en los últimos tres periodos consecutivos, pero por primera vez en 17 años, el régimen ha anunciado una reducción en la planilla estatal que mantiene en vilo a miles de funcionarios.
Cuando Ortega llegó al poder en el 2007, en Nicaragua había unos 40 mil empleados públicos y al día de hoy más de 160 mil. El régimen ha convertido el servicio público en una herramienta de premio o castigo para los suyos, las contrataciones han seguido lineamientos políticos y el Estado, que paga sueldos con el dinero de todos los contribuyentes, se ha convertido en el principal empleador del país.